El plantel xeneize llegó hoy a Río de Janeiro y fue a reconocer el estadio, donde mañana buscará la final de la Copa Libertadores ante Fluminense; Riquelme está mejor
RIO DE JANEIRO.– Las especulaciones previas empiezan a quedar a un lado. Cada vez falta menos para que Fluminense y Boca definan a uno de los finalistas de la Copa Santander Libertadores. Esta tarde, el plantel xeneize llegó a esta ciudad y, luego, fue a reconocer al enorme estadio Maracaná, donde mañana a partir de las 21.50 se disputará la segunda semifinal, tras el 2 a 2 en la ida, en la cancha de Racing.
Boca sabe que necesita otra hazaña, una más en una década plena de éxitos. Ante equipos brasileños, le fue bien en el plano internacional y el antecedente inmediato de Atlas, de México, en cuartos de final lo motiva. Es que el club de la Ribera deberá ganar o empatar por más de dos goles ante Fluminense para pasar directamente a la final y defender el título conseguido un año atrás. Con ese mismo panorama, se encontró en Guadalajara y pasó.
Boca se topará con un estadio prácticamente desconocido. Es que el conjunto xeneize paseó su estirpe por distintos escenarios brasileños en los últimos años, pero por la Copa Libertadores no visitó el Maracaná, inaugurado en 1950, donde Fluminense ganó todos los partidos que jugó en esta Copa y sólo le convirtieron un gol (San Pablo en cuartos de final). El campo de juego en Río de Janeiro es más grande que el de la Bombonera. Las dimensiones del terreno del Maracaná son 110 X 75, mientras que la cancha de Boca tiene 100 X 65.
Por torneos oficiales, Boca visitó tres veces el Maracaná, con dos traspiés y un éxito. La primera vez fue en la final de la Libertadores 1963. En el primer partido, los xeneizes cayeron en Brasil por 3 a 2 y, luego, volvieron a perder en la vuelta, en la Bombonera, por 2 a 1.
La segunda oportunidad fue en la Copa Libertadores de 1991. Por los cuartos de final, el equipo por entonces dirigido por Oscar Tabárez perdió en el Maracaná en el partido de ida por 2 a 1, aunque luego dio vuelta la serie como local (3 a 0). La última vez fue en la fase de grupos de la Copa Mercosur 1998. Aquella vez, el conjunto dirigido por Carlos Bianchi venció por 2 a 0 en el Maracaná a Flamengo, con tantos de Rey y Matellán. De los hombres que jugarán mañana, ese día ingresó Sebastián Battaglia, en el segundo tiempo.
"La pelota corre bastante rápido. Es una linda cancha para jugar. Boca está acostumbrado a jugar en terrenos difíciles, sabemos que el estadio va a estar lleno y será similar a lo de Cruzeiro", señaló Julio César Cáceres a radio Del Plata. El paraguayo ya jugó en el Maracaná con Olimpia, en 2002, año en que su equipo salió campeón de la Copa Libertadores.
"Habrá que ser inteligentes. Será un partido difícil, pero con una mínima diferencia podemos pasar a la final", siguió Cáceres. "Lo bueno es que Boca está marcando goles y vamos a tratar de hacer más de un gol", adelantó, consciente de que necesitan ganar y de que con un empate a cero o en uno Fluminense pasará a la final. "Vamos a tratar de presionar arriba, pero ellos son jugadores bastante rápidos. Por eso hay que ser inteligente para jugar", insistió el paraguayo.