De la bolsa de Sao Paulo a los cultivos en México, la economía de la región se enfrenta a un desafío.
Los mercados bursátiles de América Latina abrieron este martes registrando leves ganancias después de la dramática caída del lunes. Y más allá de la aparente recuperación de este martes, el derrumbe del lunes ha generado nuevas preocupaciones sobre cuán preparada está la región para sortear la actual crisis financiera mundial.
El lunes, el índice Merval de Buenos Aires, por ejemplo, se desplomó el 8,7%, su peor caída en seis años.
El mercado de valores de Sao Paulo se precipitó en más del 9%, su peor descenso en casi una década, una situación parecida a la de Santiago de Chile.
La caída en Ciudad de México resultó la más pronunciada desde el año 2000.
Tras el desplome del lunes, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, cambió su tono.
Si antes había dicho que su país tenía poco que temer de la crisis estadounidense, ahora elevó su tono crítico, acusó de irresponsabilidad al sistema financiero de EE.UU. y pidió una solución para no ser víctimas de lo que llamó "casino" creado por ese país.
"Los países pobres que hicieron su esfuerzo fiscal, que hicieron de todo para tener un período de crecimiento no pueden ser víctimas del casino montado en el sistema financiero estadounidense", expresó.
No obstante, Lula continuó asegurando que Brasil está bien preparado para capear el temporal.
Preocupaciones
La pregunta es: ¿cuán preparada está América Latina para sortear la actual crisis que vive el planeta?
Analistas coinciden en señalar que no hay dudas de que la región está más preparada que en años previos para absorber los efectos de las turbulencias.
Países como México o Brasil tienen una menor deuda pública que en la década de los 80 ó 90, años en que la región vivió una aguda crisis financiera.
Las exportaciones podrían sufrir por una recesión mundial. |
La mayoría de los países, además, posee mayores reservas y una mayor diversificación en las exportaciones.
Sin embargo, hay tres aspectos que preocupan:
La contracción de los créditos internacionales;
La caída de la demanda en el mercado estadounidense, y una recesión global; encabezada por EE.UU.
La posible caída, o volatilidad, en el precio de las materias primas latinoamericanas. En la actual coyuntura ningún banco latinoamericano ha quebrado todavía. Pero se teme que los efectos de una contracción de las líneas de créditos o de un aumento de las tasas de interés puedan filtrarse a través de los bancos locales, particularmente aquellos que son ramas de instituciones internacionales.
Esto afectaría a todos, desde los pequeños negocios hasta los exportadores en busca de créditos.
Vale recordar que uno de los principales factores detrás del, en términos generales, robusto crecimiento económico latinoamericano -que se ha ubicado entre el 4 y el 6% en los últimos tres años- es el reciente auge crediticio.
Un descenso en la economía de Estados Unidos, desde luego, sería más dañino para las economías más relacionadas con la de ese país, como las de México, América Central y Colombia.
Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, y la fuerte dependencia mexicana del mercado estadounidense es considerada como la principal causa por la que los pronósticos oficiales de crecimiento para este año han sido ubicados en el 2,5%, uno de los más bajos en América Latina.
Variaciones
México también podría resultar perjudicado por una reducción de las remesas familiares procedentes del vecino del norte y por una disminución en el turismo.
Las remesas de millones de ecuatorianos residentes en Estados Unidos o Europa podrían igualmente verse afectadas por una recesión global.
La repercusión de una caída en el precio de las materias primas o mercaderías latinoamericanas variaría de acuerdo con cada país.
Actualmente cerca del 45% de las exportaciones regionales son materias primas básicas, y el resto lo componen productos manufacturados.
Las exportaciones de productos primarios, como soja, mineral de hierro y metales, provienen mayoritariamente de Brasil, Argentina, Chile y Perú.
Ellos se verían particularmente afectados por una reducción en la demanda de China, cuya economía ya es vulnerable frente a una recesión en Estados Unidos.
Los expertos vaticinan que los pobres en América Latina sentirían gravemente los efectos de la crisis.
La turbulencia financiera sería otro obstáculo -junto con el aumento del precio de los alimentos- para mantener una reducción en los niveles de pobreza en la región.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) cerca del 35% de los latinoamericanos son pobres, lo cual equivale a unos 200 millones de personas
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