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segunda-feira, 28 de julho de 2008

Raúl Castro habló de sus obras


Fernando Ravsberg
Fernando Ravsberg
Cuba

Raúl Castro el 26 de julio en el cuartel Moncada
Raúl Castro habló ante unas 10.000 personas en el lugar donde ocurrió el primer intento de revolución.

El general Raúl Castro dio este sábado su primer discurso por el "Día de la Rebeldía Nacional" como presidente de Cuba, en el que se refirió a temas como la crisis económica mundial, la defensa y las obras que se realizan en la isla.

Frente al cuartel Moncada en Santiago de Cuba -donde ocurrió el primer y fallido intento de revolución el 26 de julio de 1953- Raúl Castro inició su discurso citando un poema de Rubén Martínez Villena.

"Hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones", dijo casi recitando.

Habló durante 48 minutos ante unas 10.000 personas, incluyendo la cúpula del Partido Comunista de Cuba y del Gobierno.

El mandatario se refirió a la crisis mundial de los alimentos y de los combustibles y afirmó "que la Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población".

Sobre la defensa del país dijo que seguirían preparándose mas allá de quien sea el ganador de las elecciones en Estados Unidos: se acondicionan teatros de operaciones, se moderniza el armamento y se graduaron 2.000 oficiales, la mayor cifra de los últimos 10 años.

Obras

Se refirió también a la necesidad de dar los pasos necesarios sin pérdida de tiempo, analizando los errores, "si algo hemos aprendido bien es que el tiempo pasa velozmente. Desperdiciarlo por inercia o vacilación es una negligencia imperdonable", dijo Raúl Castro.

Obras hidráulicas en Cuba (Foto: Raquel Pérez)
Las obras hidráulicas buscan garantizar el abastecimiento de agua en la zona oriental del país.

A su vez, anunció que el aniversario 50º del triunfo de la Revolución -que ocurrió el 1º de enero de 1959- se celebrará en Santiago, provincia donde se inició la guerra contra Fulgencio Batista y en la que se desarrolló la mayor parte de la lucha guerrillera organizada por su hermano Fidel Castro.

Hizo un recuento de todas las obras que se realizan en el país, viales, acueductos, trasvases, ampliación de refinerías y la producción de petrocasas, estas últimas construidas en la provincia de Cienfuegos y en la ciudad de Santiago de Cuba.

Entre las obras que se están desarrollando en Santiago de Cuba está "la reconstrucción y ampliación del acueducto. Este viejo y grave problema debe quedar resuelto definitivamente en 2010, cuando toda la ciudad tendrá solucionado el abasto diario de agua".

El presidente afirmó que "hasta ahora se han terminado 370 kilómetros de redes y 593 kilómetros de acometidas, aproximadamente la tercera parte de los necesarios, que ya han permitido beneficiar a algo más de 26.000 viviendas donde residen unos 111.000 santiagueros".

"Plan maestro"

Estas obras son parte de un plan maestro para garantizar el agua en la región oriental e incluye varios trasvases -en ejecución- que llevarán el vital líquido de una provincia a otra, evitando las escasez durante los períodos de sequía.

Soldado cubano (Foto: Raquel Pérez)
Castro dijo que no se descuidará la defensa, más allá de los resultados de las presidenciales en EE.UU.

Agregó, además, que "sólo en las provincias orientales y en Camagüey han sido reconstruidos alrededor de 3.550 kilómetros de caminos y carreteras, y la totalidad de los 120 kilómetros de vías férreas afectadas" por los huracanes.

En otros terrenos del acontecer nacional, afirmó que la desorganización en el trasporte de carga es tal que, según pruebas realizadas en 16 municipios, se podrían hacer los mismos trabajos utilizando apenas un 30% del combustible que se gasta en la actualidad.

En el terreno económico informó que el turismo llegó a 1.309.000 visitantes -creciendo un 14% con respecto a igual período de 2007- y que además se logró reducir los costos, con lo que las ganancias que producirá el sector serán mayores.

Hablando de la nueva ley jubilatoria, reiteró -casi como en cada uno de sus discursos- que los ciudadanos debían expresar sus criterios con franqueza, "no aspiramos a la unanimidad, que suele resultar ficticia, en éste o en cualquier otro tema".

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