WASHINGTON (AFP) - El equipo de Barack Obama para América Latina tomó cuerpo este jueves con la ratificación de varios embajadores, entre ellos el de Thomas Shannon para Brasil, demorado por varios meses por irritación de republicanos frente a la política de Washington hacia la región.
La confirmación en el Senado de cargos clave para América Latina, que al unísono recibió con agrado hace un año al primer presidente negro de Estados Unidos y su promesa de cambio para cortar con las políticas de su antecesor George W. Bush, se ha dado a cuentagotas.
El encargado de la diplomacia para América Latina, el secretario de Estado adjunto Arturo Valenzuela, asumió recién hace un mes, medio año después de haber sido designado por Obama.
Shannon fue confirmado este jueves en el Senado, antes de que los legisladores salieran de receso navideño, junto a los embajadores para Costa Rica, Anne Andrew, y para Uruguay, David Nelson.
El propio Valenzuela al asumir lamentó la demora para la renovación de los cargos, lo que a su juicio retrasó la puesta en práctica de la nueva política de diálogo de igual a igual y respeto de Washington hacia la región, esbozada por Obama en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago en abril.
"La tónica de este gobierno es que estamos interesados en poder articular una relación de respeto mutuo, un diálogo donde podemos ver cómo trabajar en forma conjunta", dijo Valenzuela, antes de emprender una primera gira por Sudamérica a mediados de diciembre.
El periplo de Shannon es ilustrativo de la ardua marcha para las nominaciones: fue designado por Obama para la embajada en Brasil el 27 de mayo, pero en julio el senador republicano Jim DeMint le impuso un primer veto, que también incluyó al secretario de Estado adjunto Valenzuela.
DeMint criticó que Obama repudiara el golpe de Estado de Honduras y pidiera la restitución del presidente derrocado Manuel Zelaya, quien a juicio de los republicanos se había acercado peligrosamente a gobiernos como el del venezolano Hugo Chávez.
El 5 de noviembre DeMint levantó su veto, luego de que la administración Obama le asegurara que Washington reconocería las elecciones en Honduras, a contracorriente de gran parte de los países de América Latina.
Valenzuela fue confirmado pero el senador republicano George LeMieux le impuso un veto a Shannon, molesto por otras actitudes de Obama hacia la región, como la incipiente apertura hacia Cuba.
Lemieux levantó su "hold" legislativo el 17 de diciembre tras recibir garantías del Departamento de Estado de que Estados Unidos volvería a otorgar visas a los hondureños y continuaría apoyando a la oposición cubana.
Mientras las luchas partidistas complicaban las cosas a Obama en lo interno, en lo externo disminuían las esperanzas de cambio que logró proyectar en la Cumbre de Trinidad.
El venezolano Hugo Chávez, quien tras la cumbre anunció que su país retornaba el embajador en Washington retirado ocho meses antes, dijo recientemente que bajo la presidencia de Obama, Estados Unidos "sigue oliendo a azufre", como en la época de Bush.
También el boliviano Evo Morales arremetió contra Obama y dijo "lamentar" que "se esté desgastando en tan corto tiempo".
Y el gobierno brasileño de Luis Inacio Lula da Silva, quien en marzo se convirtió en el primer mandatario de la región recibido en la Casa Blanca por Obama, se dijo "decepcionado" por la falta de "continuidad" de la política positiva de Washington, señaló el asesor presidencial Marco Aurelio Garcia.
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