BOGOTA (Reuters) - Colombia aumentará la vigilancia de su frontera con Ecuador para evitar ataques de la guerrilla izquierdista y de otros grupos armados ilegales con la conformación de redes de civiles que recibirán una bonificación económica, dijo el jueves el presidente Alvaro Uribe.
El anuncio podría contribuir a acelerar el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países, suspendidas por Quito en marzo del 2008 después de un ataque de militares de Colombia en la selva de Ecuador en el que murió el líder de las FARC Raúl Reyes y 24 personas más.
El Gobierno del presidente de Ecuador, Rafael Correa, frecuentemente critica la escasa presencia militar de Colombia en la frontera, lo que en concepto del mandatario izquierdista permite el desborde del conflicto de su vecino hacia su país.
"Yo quiero invitarlos a que instalemos en toda esta línea del río, y en todos los sitios de la patria donde se requiera, las redes de cooperantes con bonificación económica. Se les da una plática cada mes, les ayuda a llevar sus obligaciones y los comprometemos más con la patria para informarle a la Fuerza Pública", dijo Uribe.
"Nosotros no somos capaces de poner un soldado cada metro, es imposible. Y los terroristas utilizan cualquier espacio. Nosotros tenemos que demostrarles a los colombianos, al Gobierno del Ecuador y al pueblo ecuatoriano toda nuestra voluntad y eficacia para cuidar la frontera", agregó durante una visita a una base militar en Puerto Ospina, en el departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador.
La frontera de Colombia con Ecuador, de 586 kilómetros, es una de las más afectadas por el narcotráfico y el conflicto colombiano.
Uribe impulsa desde que asumió el poder, en agosto del 2002, una ofensiva militar contra las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que obligó a un repliegue en apartadas zonas montañosas y selváticas.
La ofensiva, en medio de la que han muerto importantes comandantes guerrilleros mientras que miles de combatientes han desertado, redujo la capacidad militar de los rebeldes que pasaron de más de 17.000 a unos 9.000 hombres en armas, de acuerdo con fuentes de seguridad.
La conformación de redes de informantes que reciben el pago de recompensas ha sido fundamental en la estrategia de seguridad.
Sin embargo, los rebeldes aún mantienen una importante presencia en áreas claves para la producción y el tráfico de cocaína como la frontera con Ecuador.
Después de la crisis diplomática que afectó el comercio binacional, los gobiernos de Bogotá y de Quito han dado pasos en la recomposición de sus relaciones.
Colombia y Ecuador nombraron en noviembre encargados de negocios y en diciembre designaron agregados militares y de policía.
(Reporte de Luis Jaime Acosta; editado por Javier Leira)
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