[Valid Atom 1.0]

domingo, 3 de janeiro de 2010

Kaká y su infancia en la ciudad de São Paulo


Kaká durante un acto de la Fundación del Real Madrid. Reuters

Kaká durante un acto de la Fundación del Real Madrid. Reuters

  • A mí me impresionan muchos gigantescos edificios de São Paulo
  • ¡No está nada mal tomarse un plato de pasta a 170 metros de altura!

Es para mí un placer y un honor poder escribir acerca de la ciudad más bonita del mundo. Supongo que para la mayoría de las personas, la suya es la ciudad más bonita, así que no he sido muy original en mi arranque, desde luego.

Sé que las raíces, como en el árbol, son lo más importante de una persona, y que aunque el árbol cambie sus hojas, sus raíces no cambian. Nací en Brasilia, pero São Paulo me estaba esperando. Allí me crié, fui a mi primer colegio, hice mis primeros amigos, pegué mis primeras patadas a un balón de fútbol, marqué mis primeros goles; en Sao Paulo me eduqué, disfruté mi adolescencia y mi juventud; allí enfoqué lo que debía ser mi vida personal, religiosa y profesional.

Sí he decir que fue lo que más hice en São Paulo, creo que fue sonreír. Me reí mucho y con los ojos muy abiertos. Por supuesto que también tuve momentos difíciles, pero cuando se es un niño los momentos difíciles no lo parecen tanto. Hoy miro hacia atrás y, por encima de todo, veo a un niño feliz.

He de decir que, a diferencia de otros grandísimos futbolistas que ha dado y da Brasil, yo fui un privilegiado. No pasé hambre, no me castigó la pobreza y no encontré miles de obstáculos para vivir feliz. Siendo pequeño, no recuerdo bien a qué edad, mi mamá, que era maestra de escuela, me llevó para que le acompañara a una favela durante unas clases que tenía que dar. Aquello se me quedó grabado para siempre, y es algo contra lo que mi país deberá luchar con todo su esfuerzo. Por mucho que favela y Brasil parezcan palabras asociadas, no debemos permitirlo. El día que se consiga será el dí a más feliz para Brasil.

En São Paulo viví hasta que mi carrera futbolística me reclamó en Europa. A lo largo de los 15 años de mi vida allí, desde los cuatro a los 19, pude conocer la ciudad, por supuesto, pero que nadie piense que mañana podría fichar como guía turístico de São Paulo, porque se trata de una ciudad gigantesca. Si me permiten, creo que se trata de tres o cuatro grandes ciudades en una sola.

Ah, para seguir adelante convendría decir que los de São Paulo somos paulistanos, algo que supongo que no sabe todo el mundo. En todas partes se conoce a paulistas: Fittipaldi , Senna, Toquinho, Massa... Otros, como yo, llegaron muy niños para quedarse: Lula da Silva, Caetano Veloso, Payard...

Sao Paulo es inmensa, bulliciosa, agitada, trepidante, agotadora, colorida, rica... Nosotros la llamamos la ciudad que no puede detenerse . Sao Paulo, hoy con más de 11 millones de habitantes, ha tenido que hacerse grande peleando mucho a lo largo de sus cinco siglos de vida. Y todo lo que es hoy tiene que ver con sus orígenes.

La religiosidad y el sello comercial que adquirió desde su nacimiento la fueron modelando año a año, década a década, siglo a siglo. Cuando iba al colegio, los profesores solían hacer mucho hincapié en eso, seguro que para enseñarnos desde el comienzo que sin luchar no se pueden conseguir los triunfos. Es algo que me ha servido para mi carrera. Yo creo que todo el que va a São Paulo sabe que tiene que estar preparado para pelear. Como hoy es la ciudad de los negocios, es fácil ver por las calles a ejecutivos corriendo de un lado para otro. Y desde luego que imagino en dónde se reúnen.

Por mi profesión he estado en muchos países, pero creo que no hay otra ciudad que supere a Sao Paulo en número de rascacielos y grandes edificios. ¡Es la ciudad de las oficinas y los despachos! Tanto que hace unos años la Ley prohibió construir más edificios altos. Si a esto le unimos la diversidad racial de la ciudad, no es de extrañar que algunas productoras de cine y de series de televisión hayan rodado películas y capítulos en las calles como si se tratara de Nueva York.

¡Es verdad! Porque después de Nueva York y de Hong Kong, es la tercera ciudad del mundo con más grandes edificios. Hay tantos y tan juntos que en algunas calles apenas pueden colarse los rayos del sol y en sus avenidas se forman unas corrientes de viento impresionantes.

Sé que para los habitantes de las grandes ciudades de Europa, algo de lo que peor llevan es el tráfico. Puedo decir que, en este sentido el tráfico de Madrid es una hormiga comparada con el elefante de São Paulo.

En 2003, los gobernantes no tuvieron más remedio que poner en marcha el 'rodízio', un sistema de limitación para sacar los coches a través de un complicado procedimiento de tablas que no sé explicar muy bien. Lo que sé es que el caos era enorme y que ahora no lo es tanto, pero aun así, nada tiene que ver con Madrid.

A mí me impresionan muchos gigantescos edificios de São Paulo, pero es que hay mucho donde elegir porque son más de 5. 000. Uno de los que más me llama la atención es el Edificio Italia (qué curioso) con un restaurante en la planta 42 que es una maravilla.

¡No está nada mal tomarse un plato de pasta a 170 metros de altura! Por haber edificios de todas las clases, hay hasta uno con forma de ola, el Copan. La primera vez que lo vi me quedé de piedra.

Hay otro rascacielos que me encanta, que es el Altino Arantes, que es gigantesco y que se parece muchísimo al Empire State de Nueva York. El nuestro tiene en todo lo alto una gigantesca bandera de Brasil. ¡Es espectacular!

La lista es interminable, desde luego, pero que nadie piense que São Paulo es sólo bloques de hormigón y cristal, por muy bonitos que sean los edificios. Hay grandes parques y en algunos de ellos pegué muy buenos pelotazos. Hay más de 40 parques urbanos y uno de ellos, el Ibirapuera, es el más grande de toda América Latina.

Estamos muy orgullosos también de El Pico do Jaraguá que es nuestra montaña más alta. Y no es precisamente por su altura, que no va más allá de los 1.100 metros, sino porque forma parte del llamado Cinturón Verde de Sao Paulo, que fue calificada Reserva de la Biosfera por la Unesco. En los parques de Aminação, Villa Lobos o Juventude he pasado también días inolvidables.

Me siento muy orgulloso de ser paulistano, la ciudad donde me enamoré y donde me casé; la ciudad de mi vida y de mi corazón.









LAST






Sphere: Related Content
26/10/2008 free counters