- La psiquiatría infantil tienen que cumplir la misión de desarrollarse como especialidad
(Ilustración: Raúl Arias)
MADRID.- El reto al que se enfrenta la psiquiatría infantil española en 2010 está claro. Todos los expertos consultados por SALUD coinciden en que tiene la misión casi única "de desarrollar su realidad como especialidad médica singular".
Según el calendario previsto, se debe crear una Comisión Nacional de la Especialidad y delimitar los requisitos que deben cumplir las unidades docentes para ser acreditadas y, posteriormente, llevar a cabo el programa de formación, que también debe ser definido", recuerda Jerónimo Saiz Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Este experto defiende que "de este modo se pondrá en marcha su incorporación al sistema MIR y se podrán ir incorporando nuevos especialistas, además de los ya existentes, al sistema sanitario cubriendo así una necesidad durante mucho tiempo insatisfecha".
Nadie duda de que el año que "hoy termina ha sido especialmente significativo para la psiquiatría infantil española, porque con la creación de la especialidad médica vía MIR en 2011 se subraya la importancia de una atención psiquiátrica especializada y diferenciada a niños y adolescentes al tiempo que se presentan nuevos retos y oportunidades para el desarrollo de este campo de la medicina", aclara Juan José Carballo, psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid.
De la misma opinión se muestra una de las máximas defensoras de la creación de esta especialidad, la doctora María Jesús Mardomingo, jefa del Sección de Psiquiatría y Psicología Infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, que reconoce, además, que el retraso en su aprobación ha tenido hasta ahora varias consecuencias: "No hay médicos especializados, los servicios creados son pocos e incumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la separación de las consultas de adultos y niños, y se ha provocado un grave problema de asistencia para los jóvenes enfermos, retrasando la inversión en docencia e investigación".
Unos efectos nocivos, sobre todo, cuando se valora que antes de cumplir los 18 años ya han aparecido el 100% de los trastornos del espectro autista, el 75% de los trastornos de ansiedad, el 50% de los trastornos bipolares y el 25% de las esquizofrenias. Se necesita, además, dotar de recursos asistenciales (implantación de servicios de psiquiatría infantil en toda la red sanitaria, creación de hospitales de día y de media estancia, entre otros) a los pacientes y a sus familiares. Pero, sobre todo, es fundamental mejorar los sistemas de detección precoz de las enfermedades mentales.
Colaboración
En este sentido padres y profesores juegan un papel fundamental por su contacto diario con los niños. Son ellos los que también deben aprender a reconocer la posible existencia de un problema mental, "el éxito de muchas intervenciones terapéuticas realizadas en psiquiatría infantil no puede darse sin la adecuada colaboración entre diferentes profesionales, no sólo del ámbito sanitario, sino también de otros sectores como educación o servicios sociales. El desarrollo de programas de coordinación de todos estos profesionales será una oportunidad para favorecer el curso evolutivo de los pacientes con trastornos psiquiátricos de inicio en la infancia o en la adolescencia", apostilla el doctor Carballo.
José María Sánchez Monge, presidente de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES), que ha reiterado también su satisfacción por la cercanía de la creación de la especialidad, cree que "esta medida es un punto de partida de un modelo comunitario de asistencia integral y continuada en salud mental para la infancia y la adolescencia, en el que se promocione la salud mental, se prevenga la enfermedad y se concluya con el tratamiento, la rehabilitación y la integración social y laboral".
Precisamente, Sánchez Monge cree que "en el marco de un mejor desarrollo de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, que presentará una nueva versión en los primeros meses de 2010, es fundamental que las comunidades autónomas cumplan con la adecuación de sus servicios para albergar programas específicos que den respuesta a las necesidades de niños y adolescentes en salud mental con el objetivo de mejorar la calidad, la equidad y la continuidad de la atención a los problemas mentales de este grupo de la población".
Celso Arango, jefe de la Unidad de Adolescentes de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), defiende que la "psiquiatría infantil tiene un futuro prometedor, además de que es muy agradecido poder intervenir en cerebros tan plásticos. Hay más posibilidades de cambio y es más esperanzador que en pacientes crónicos y adultos".
Para este especialista es "fundamental instaurar programas de detección precoz y de prevención primaria y secundaria, así como impulsar la investigación con el fin de poder llegar a establecer por qué se producen ciertas enfermedades mentales, cómo se puede intervenir para evitarlas y cuál es el tratamiento más efectivo". Cree también que el futuro "pasa por la creación de programas específicos para cada enfermedad mental con centros de referencia como ya sucede en otros países de nuestro entorno".
Y todo sin olvidar, como defiende FEAFES, la necesidad de «estimular y promover la actividad física, la alimentación equilibrada, la deshabituación tabáquica, los hábitos de vida saludables en la población infantojuvenil, además de formarla en la realidad de la enfermedad mental, su tratamiento, las conductas que potencian la salud mental y las acciones que favorecen la detección de los trastornos psiquiátricos».
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