Retrato sobre las Maras, de Isabel Muñoz. | ELMUNDO.es
- El promedio es 12 asesinatos diarios en un país de 6 millones de habitantes
- El presidente Mauricio Funes evadió el tema en su mensaje de fin de año
- En México debería haber 78.000 homicidios para igualar la tasa salvadoreña
Ni el México en guerra contra el narcotráfico, ni la Colombia y su eterna guerra civil. El triste mérito de ser el país más violento del continente corresponde a El Salvador. Los números facilitados por la Policía Nacional Civil (PNC) hablan de 4.365 asesinatos cometidos durante 2009 en este pequeño país centroamericano de poco más de 6 millones de habitantes.
La cifra es la más elevada de la década y supone un aumento del 37% sobre los 3.179 reportados en 2008. La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes se disparó a 71, cuando la Organización Mundial para la Salud cree que con una tasa de 10 ya se puede considerar que un país sufre una epidemia.
Para igualar los 71 homicidios por cada 100.000 habitantes de El Salvador, en un país como Chile deberían de haberse cometido 12.100 asesinatos en 2009; en España la cifra debería haber superado los 32.000; en México se habrían necesitado más de 78.000 homicidios; y casi 225.000 en Estados Unidos.
Mauricio Ramírez Landaverde, subdirector de la PNC, atribuyó el alza al accionar de las pandillas: “Las maras han venido evolucionando, se han involucrado en delitos más lucrativos y utilizan a menores de edad”.
Silencio presidencial
El presidente de la República, Mauricio Funes, prefirió no tocar el tema de la violencia en su mensaje de fin de año. Funes centró su discurso en la situación económica y en la respuesta gubernamental a las torrenciales lluvias que en noviembre dejaron más de 200 muertos y daños por casi 350 millones de dólares. De la crisis de seguridad ciudadana no dijo ni una sola palabra.
Sin embargo, el programa de gobierno que Funes presentó durante la campaña para el quinquenio 2009-2014 sí contemplaba la inseguridad. En el apartado “Seguridad de verdad”, el presidente se comprometió a “convertir El Salvador en un país donde la vida familiar y comunitaria pueda desarrollarse despojada del miedo” y a “derrotar la delincuencia y el crimen organizado”.
Pese a que gobierna el país más violento, distintas encuestas sitúan a Funes con porcentajes de aprobación a su gestión superiores al 80%, lo que lo convierte en el presidente mejor evaluado por sus gobernados en América.
La inseguridad es un negocio
Un estudio del Programa de la Naciones Unidos para el Desarrollo (PNUD) presentado en octubre pasado ya registra a los tres países del triángulo norte centroamericano –El Salvador, Honduras y Guatemala– como la zona más violenta e insegura del mundo. El informe también consignó que en esos tres países hay 190.000 guardias de seguridad privada y apenas 50.000 agentes de policía.
En noviembre pasado, Funes decretó aumentar la presencia de la Fuerza Armada en las calles salvadoreñas durante un semestre. Los soldados, a los que se les han dado atribuciones que la Constitución reserva para la PNC, no han logrado disminuir de forma la criminalidad. Al contrario, hubo más homicidios en la segunda mitad del año que en la primera.
El izquierdista Funes asumió el Ejecutivo el 1 de junio de 2009 tras 20 años consecutivos de gobierno de la derecha. Lo hizo con una oferta de cambio en las condiciones de vida de los salvadoreños.
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