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sexta-feira, 30 de maio de 2008

El tictac del mundo

JOSÉ CERVERA. 24.05.2008 - 12:24h
Home de la web Worldclock.
  • World Clock (reloj mundial) ofrece una serie de estadísticas que crecen vertiginosamente según pasan los segundos.
  • Lo ha diseñado el estudio de creación Poodwaddle.
  • Hay estadísticas de medio ambiente, de salud, de alimentación, de población y hasta de sexo.
  • Lee aquí 'TODAS LAS ENTREGAS DE NOVÍSIMOS EN LA RED'.
Minuteca todo sobre:

La circunferencia de un reloj es una sorprendentemente sofisticada convención para representar el tiempo. Sorprendente, y sencilla de integrar en una máquina, en especial una basada en engranajes y otro tipo de ruedas.

El movimiento de las agujas es simple, y la lectura intuitiva (con muy poco entrenamiento), lo que ha hecho de esta representación del tiempo una simbología universal que se ha extendido incluso fuera del ámbito temporal; hablamos así de ejes que giran 'en el sentido contrario a las agujas del reloj', y en las películas de guerra los pilotos se indican unos a otros direcciones utilizando el dial de un reloj ('enemigos a las 4 en punto').

El reloj mundial evita sin embargo los diales y se limita a amontonar toda una serie de números que crecen frenéticamente.
Lo cierto es que el dial del reloj es un poderoso sistema para representar gráficamente cantidades que crecen con el tiempo. Alrededor de esta metáfora, el estudio de creación Poodwaddle ha diseñado toda una panoplia de relojes del máximo interés.

El principal, que reune la máxima cantidad de información en el mínimo espacio, es el World Clock (reloj mundial). Presidido, como es lógico, por un reloj que muestra la hora (extraída de nuestro propio ordenador), el reloj mundial evita sin embargo los diales y se limita a amontonar toda una serie de números que crecen frenéticamente.

Cada uno muestra un dato y su evolución con el tiempo, calculado a partir de estadísticas oficiales. Datos que van desde la población mundial al número de presos en los Estados Unidos de América; desde la temperatura media del globo terráqueo al número de muertos por enfermedades cardiovasculares; desde los coches producidos a la cantidad de barriles de petróleo extraídos del subsuelo. Cada una de las líneas parpadea a su propio ritmo, marcando el acelerado efecto del paso del tiempo.

En la parte superior del World Clock hay cinco botones, que ponen a cero la cuenta; así podemos conocer todos los números empezando desde principios del año, del mes, de la semana, del día o desde ahora mismo, desde que pulsamos el botón.

Se pueden ver estadísticas criminales en los Estados Unidos e incluso números de sexo extraídos de buscadores.
Así, podemos descubrir que en cinco meses han muerto en el planeta más de veintidós millones y medio de personas, y cuántas de ellas eran mujeres mientras intentaban abortar (casi 25.000). Podemos ver que un día se fabrican más de 200.000 nuevas computadoras, y se detectan 25.000 cánceres, y se infectan 6.000 personas de SIDA, y desaparecen cerca de 30.000 hectáreas de selva, y se extinguen casi 75 especies. Podemos saber cuánta gente murió de cáncer desde finales de abril (casi medio millón), cuántos de lepra (apenas 400), a cuántos se llevó la hepatitis (poco más de 10.000) y a cuántos los accidentes de tráfico (75.000), los incendios (20.000) o los envenenamientos (más de 22.000).

De un único vistazo podemos tener una idea de cuántos somos, de qué morimos y qué le estamos haciendo al planeta. En varios idiomas, e incluso con una versión descargable, para que funcione incluso cuando estemos desconectados de la Red.

Poodwaddle incluso ofrece toda una serie de relojes parciales temáticos, dedicados a diferentes aspectos; en el Food Clock podemos contemplar la cantidad de pollos, vacas o cerdos sacrificados para alimentarnos, y hay otros dedicados a la población mundial, estadísticas de salud, una serie de contadores y relojes con la hora en distintos husos, estadísticas criminales en los Estados Unidos, incluso números de sexo extraídos de buscadores.

Todas estas versiones reducidas pueden instalarse como un añadido en páginas web y blog ajenos, aunque para nosotros tiene el inconveniente de estar tan sólo en inglés.

Todas estas versiones reducidas, que están en inglés, pueden instalarse como un añadido en páginas web y blog ajenos.
El efecto del World Clock es hipnótico. Enfrentado con tantas cifras simultáneas que parpadean (unas calmosas, otras en un borroso frenesí), el cerebro salta entre sensaciones: pena, horror, curiosidad, incredulidad, sorpresa. Domina una contradictoria sensación de plena comprensión e insatisfacción intelectual.

Los números están ahí, transmitiendo la impresión de conocimiento total, proporcionando un panorama superhumano de la situación del planeta y sus habitantes. Y al mismo tiempo su acelerada progresión habla de vidas ajenas y remotas, de catástrofes, tragedias y luchas que se producen muy lejos, entre gentes desconocidas cuyas vidas están tan distantes como sus tierras. Uno piensa que tiene todos los elementos para comprender, y a la vez entiende que la verdadera comprensión no está en esos números fugaces.

Pronto, la curiosidad y la confusión son vencidos por el vértigo; tal vez el verdadero objetivo del World Clock. Vértigo ante la inmensidad, ante lo inabarcable; la sensación que proporciona la contemplación del mar desde un barco, o la noche estrellada.

Stalin dijo una vez que una muerte es una tragedia, mientras que un millón de muertes son una estadística. Al dictador soviético le hubiese encantado esta sencilla visualización capaz de transformar incontables tragedias en simples estadísticas. Y sin embargo hay algo motivador en se vértigo, una llamada a la acción, un despertar de la curiosidad y el ansia de saber. Un simple rectángulo gris con números fugaces puede también agitar.

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