Washington, 8 feb (EFE).- Daniel Williams, un activista del grupo Human Rights Watch, pasó 36 horas de "miedo, confusión y brutalidad" durante su detención en Egipto pero, según relató, intentó enviar un mensaje a una amiga con el teléfono celular que sus captores no habían incautado.
El relato aparece en el sitio de internet de Human Rights Watch y describe la experiencia de Williams y otros colaboradores del Centro Legal Hisham Mubarak, de El Cairo, allanado por fuerzas militares que detuvieron a 28 activistas egipcios, tres periodistas extranjeros y dos investigadores extranjeros de derechos humanos.
"Fue una experiencia que brindó algunas respuestas sobre una de las preguntas clave en la revuelta egipcia: ¿de qué lado está el Ejército en la lucha entre los manifestantes por la democracia y las fuerzas gubernamentales?" escribió Williams.
El Centro Legal Hisham Mubarak, añadió, "sin duda ha apoyado las manifestaciones contra (el presidente Hosni) Mubarak, y durante años ha hecho un trabajo pionero sobre torturas y justicia", añadió.
Los soldados y otros individuos vestidos de civil y que Williams describe como agentes de seguridad y "matones abusivos", destrozaron ventanas y muebles en las oficinas del Centro Mubarak, confiscaron archivos y detuvieron a todas las personas que allí encontraron.
Los detenidos fueron esposados.
"Los agentes confiscaron nuestras bolsas, carteras y mochilas en las que teníamos, principalmente computadores portátiles y también billeteras, dinero, pasaportes y otros documentos", continuó.
Cuando los soldados iban a trasladar al grupo a otro sitio los expusieron a una multitud "y eso fue un momento particularmente grave: podíamos escuchar los insultos y algunas de esas personas que gritaban 'Egipto, Egipto' hacían con las manos gestos de degüello".
"En un sitio que alguien identificó como el edificio del Ministerio del Interior, los soldados interrogaron a los detenidos", agregó. "Allí nos quitaron las esposas pero nos vendaron los ojos".
En un momento en el que le dieron permiso para ir al baño, dijo Williams, llamó a una amiga "con un viejo Nokia que tenía oculto, porque no nos habían inspeccionado cuando nos detuvieron".
"Era demasiado temprano para que ella respondiera, lo sé, pero al menos el aviso de llamada le sugeriría que yo seguía vivo", indicó Williams, quien añadió que los guardias le vieron con el teléfono en la mano y le quitaron la batería.
Después de varias horas, y vicisitudes en el centro de detención, Williams fue liberado.
"La incursión en el Centro Legal Hisham Mubarak es un ejemplo de cómo persisten las prácticas abusivas de las fuerzas de seguridad en un contexto militar que afirma que quiere una transición", escribió.
"En este caso como en otros, ahora documentados por Human Rights Watch, el Ejército está, claramente, a cargo de los arrestos arbitrarios y a veces violentos, aún si las palizas y las torturas se 'encargan' a otras agencias o a matones", concluyó.
terça-feira, 8 de fevereiro de 2011
Activista de Human Rights Watch relata su "brutal" detención en Egipto
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