La idea de construir muros para cercar y evitar la expansión de 12 favelas en Río de Janeiro dividió a la opinión pública brasileña y despertó un fuerte debate, todavía latente. En la Rocinha, la pared será la más extensa, con más de 3000 metros, en relación a sus proporciones.
En junio, la Empresa de Obras Públicas del Gobierno del Estado de Río presentó un proyecto para hacer un parque ecológico y dos "ecolímites" (como se rebautizó a los muros) en la favela, con el fin de llegar a un consenso sobre la limitación del crecimiento del asentamiento en áreas preservadas.
Desde que se dieron los primeros trazos, la idea generó malestar entre los habitantes de Rocinha. Luego, la interacción mediante consultas a moradores que llevó adelante la Oficina do Imaginario del área social del gobierno, puso paños fríos.
Con un nuevo nombre ("ecolímite") se buscó poner fin a la idea de separación del muro. De lo consensuado con las diferentes asociaciones de moradores de la favela resultó un plan de trabajo nuevo: un parque. Según la descripción de la Emop, tendrá un área de 8000m2 y 700 metros de extensión, y estaría listo para febrero del año próximo. La inversión es de 10 millones de reales. Incluirá además de espacios verdes, ecotrillhas, bicisenda, campo deportivo, gimnasio al aire libre, bosque, juegos, huerta comunitaria, anfiteatro, palestra, un mirador y un centro de estudios ambientales. Un 90% del equipamiento fue propuesto por la gente del lugar.
También se pavimentarán calles y se hará una reforestación. Según los planes oficiales habrá un camino pavimentado por donde se pueda transitar y ese claro será un "área de convivencia", para integrar los espacios de la ciudad. Serán custodiadas por una guardia forestal formada por jóvenes de entre 16 y 24 años, habitantes de la favela, capacitados con ese fin.
Los muros serán hechos de hormigón armado, para resistir posibles ataques, y se levantarán en 12 comunidades: Babilônia y Chapéu Mangueira; Vidigal, Morro dos Cabritos, Parque da Cidade, Cantagalo y Pavão Pavãozinho; Ladeira de Tabajaras, Finca del Cielo, Benjamin Constant, Santa Marta y Rocinha.
En la EMOP informaron a lanacion.com que la inversión asciende a $ 40 millones, y cuenta con la financiación del fondo de conservación ambiental y desarrollo urbano del estado de Río de Janeiro (Fecam). De esta suma, precisaron, R$ 22 millones se destinarán a las obras en Rocinha y Chácara do Céu.
El primero de estos "ecolímites" fue el de Doña Marta. Y mientras en Rocinha la construcción está en marcha, en el resto de las favelas la construcción de los límites tardará más, ya que las licitaciones comenzarán el año próximo.
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