La incertidumbre se cierne sobre el referéndum del 12 de junio
A. MISSÉ / W. OPPENHEIMER - Bruselas / Londres - 31/05/2008
El no al Tratado de Lisboa avanza en las últimas encuestas sobre el referéndum de ratificación que Irlanda celebrará el 12 de junio. Aunque el sí mantiene aún una sustancial ventaja de ocho puntos en los sondeos, el avance del no, el alto porcentaje de indecisos (47%) y el precedente de 2001, cuando el no al Tratado de Niza se impuso contra pronóstico, da paso a la incertidumbre sobre el resultado.
El último sondeo, de Red C, señala que el sí tiene un apoyo del 41%, con un crecimiento de tres puntos; pero el no, aunque sólo obtiene el 33% de los votos, ha crecido cinco puntos desde el sondeo anterior. Fuentes diplomáticas en Bruselas estiman que el sí sólo tiene el apoyo del 51% de quienes tienen completamente decidido su voto.
Hace dos semanas, un sondeo de TNSmrbi para el Irish Times era mucho más optimista al vaticinar un 35% a favor y un 18% en contra, con casi la mitad de los votantes aún indecisos. En 2001, el mismo diario vaticinaba un mes antes del referéndum sobre el Tratado de Niza una ventaja del sí de 52 a 21. Pero ganó el no.
Como tantas veces en el pasado en Europa, la clase dirigente apoya el tratado, pero teme al voto de protesta que busca castigar a un Gobierno o simplemente expresar las frustraciones de la vida cotidiana. El actual clima de incertidumbre financiera y la polémica sobre la inmigración no son una ayuda para el Tratado de Lisboa.
Los políticos irlandeses han formado una piña para pedir el sí. Sólo el Sinn Fein -que juega en la República un papel mucho más modesto que en el Norte- está en contra. Lo apoyan los tres partidos del Gobierno (el Fianna Fail, que dirigía Bertie Ahern, recientemente sustituido por Brian Cowen; Los Verdes y los Progresistas Demócratas) y la oposición (Fine Gael y Partido Laborista).
La Iglesia católica, en cambio, ha adoptado una postura ambigua. No pide el no y en los últimos días ha aclarado que, en contra de lo que han afirmado otros, el nuevo tratado no afecta a la posición de Irlanda sobre el aborto. Pero no ha querido pedir el sí, un voto al que no le ha faltado apoyo desde el continente. Numerosas personalidades, desde la canciller alemana, Angela Merkel, al presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, han desfilado por Dublín ofreciendo toda suerte de garantías para disipar las dudas de los indecisos y apoyar el Tratado.
Al mismo tiempo, Bruselas ha paralizado todo lo que pueda molestar a los irlandeses como la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) y los aspectos del tratado que puedan suponer una pérdida de soberanía. Aún así, la Asociación de Agricultores Irlandeses, que inicialmente lo apoyaba, ha retirado su apoyo y aireado 10 razones para ello, desde "la abolición de la PAC" a "la destrucción de las granjas familiares".
El trato de favor desde Bruselas afecta especialmente a los aspectos simbólicos. A petición de Dublín, el presidente del Parlamento Europeo, Hans Gert Pöttering, se ha comprometido a aplazar el informe sobre los símbolos europeos (bandera, himno y divisa).
Otro asunto espinoso es el de la inmigración. Irlanda es de los pocos países que abrió sus puertas a los ciudadanos de los nuevos países de la ampliación. El resultado ha sido más de medio millón de inmigrantes, buena parte de los países bálticos, para un país de cuatro millones y medio de ciudadanos. Una fuerza laboral que ha sido decisiva para el despegue económico del país.
A los trabajadores irlandeses les preocupa especialmente que tras las sentencias del Tribunal de la UE de Luxemburgo, en los casos Laval, Viking y Rüffert, vean deterioradas sus condiciones salariales y laborales. Los sindicatos temen una avalancha de trabajadores del Este en condiciones laborales muy inferiores que presionen a la baja sus salarios y derechos. También hay un cierto rechazo a la participación de tropas irlandesas en las acciones militares de la Unión y en general cualquier ingerencia en su organización administrativa.
El conflicto institucional también proporciona réditos más tangibles a este país, como han hecho magistralmente en el pasado. En algunos años Irlanda ha sido el país que ha obtenido el saldo de recursos financieros en relación con su PIB, más favorable de la Unión.
Consulta irlandesa
- Sondeos. El sí (41%) tiene aún una clara ventaja, peroel no (33%) no deja de crece en cada encuesta. El porcentaje de indecisos es del 47% y recuerda el precedente del rechazo al Tratado de Niza en 2001.
- Iglesia. La jerarquía católica no pide el no, pero tampoco apoya el sí. La Iglesia sostiene que
el Tratado de Lisboa no afecta a la posición de Irlanda sobre el aborto.
- Fondos de la UE. En 1997, Irlanda tuvo un saldo favorable de 2.800 millones de la UE, un 4,4% de su PIB. En 2006, el PIB por habitante de Irlanda era el segundo de la UE (146% de la media).
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