Temor por los retrasos en las obras de los estadios
El ex futbolista Romario, miembro de la comisión que visita las obras, desvela los retrasos en su construcción
Día 19/10/2011 - 10.35h
El
ex futbolista y diputado federal brasileño Romario ha afirmado que, por
lo que vio en su visita a once de las doce sedes del Mundial que Brasil
organizará en el 2014, el país no tendrá todos los estadios totalmente
listos para el evento.
«Apenas cuatro o cinco estadios estarán listos al cien por cien para la Copa de las Confederaciones
si las obras continúan al ritmo actual», ha asegurado el campeón
mundial en 1994 y miembro de una comisión del Congreso brasileño para
las obras del Mundial. «Solo nueve o diez (de los 12) estarán listos, y
solo seis o siete concluidos al cien por cien. Intentaremos organizar un
gran evento, pero estamos atrasados», ha agregado.
Según ha explicado, los estadios tienen problemas, pero menos que otras infraestructuras:
habrá «problemas de movilidad urbana en once de las doce sedes», en sus
sistemas de metro, circuitos de autobuses y nuevas autopistas.
Río de Janeiro, la única que cumple
Romario
ha indicado que la única ciudad que se salva es Río de Janeiro, debido a
que anticipó parte de las obras por los Juegos Panamericanos que
organizó en 2007 y los Juegos Olímpicos que organizará en 2016. «Pero Río de Janeiro tendrá problemas en los aeropuertos como las demás sedes», ha matizado.
A favor del alcohol en los estadios
El
ex futbolista también ha criticado las exigencias que la FIFA le está
imponiendo a Brasil para organizar el Mundial, como la prohibición de
que se concedan descuentos en las entradas para ancianos y estudiantes
de escuelas públicas y una norma que permita la venta de bebidas
alcohólicas en los estadios.
«Quiero
ver si Estados Unidos renunció a algo para organizar el Mundial de
1994. Apuesto que el 80 por ciento de esas exigencias no pasaron por
allá», ha criticado. Su intención es presentar un proyecto de ley que
permita la venta de alcohol en los estadios: «Si lo prohíben, muchos beberán antes del partido y entrarán borrachos al estadio, lo que será un problema mayor».
«Brasil
tiene que colocarse en su lugar y exigir el respeto a su soberanía. La
presidenta Dilma (Rousseff) tiene que decir que quien manda en el país
es el gobierno brasileño», ha instado.
Nenhum comentário:
Postar um comentário