Las dudas sobre Yahoo! y los problemas con Windows amenazan al gigante
Borrón y cuenta nueva para el mayor fabricante de software del mundo. Tras la resaca en su intento de hacerse con Yahoo!, con más de 480 millones de visitantes únicos mensuales, Microsoft vuelve al punto de partida en unas complejas negociaciones. Si un próximo acuerdo entre ambas compañías no lo remedia, su unidad de servicios online podría acumular cerca de 1.000 millones de dólares de pérdidas a finales del próximo junio. ¿Puede la compañía permitirse semejante agujero? Financieramente sí, aunque no por mucho tiempo. Estratégicamente, sería un suicidio anunciado. Más aún cuando la línea que aporta casi el 30% de sus ingresos, Windows, afronta su peor momento con Vista.
Las empresas se resisten a dejar la versión XP para pasar a Vista
Yahoo! era el antídoto ante el mal momento del 'software'
Windows 7 quitará protagonismo al ratón al usar la pantalla táctil
Los resultados financieros del primer trimestre del año inquietan. Las ventas en la unidad de negocio del sistema operativo cayeron un 24% respecto al mismo periodo en 2007 y el beneficio operativo un 26%, en parte motivado por la histórica multa de 899 millones de euros impuesta por la Comisión Europea en febrero. El director financiero de la compañía, Christopher Liddell, exculpó a Vista de la caída y habló de recesión económica y piratería. Pero Wall Street ya espera ansioso los resultados del ejercicio completo a finales de junio, temerosos de presenciar el principio del fin de la era Windows.
Para algunos analistas, la fallida estrategia de compra de Yahoo! era el antídoto indispensable para compensar el verdadero problema con Vista. Aun logrando un acuerdo de última hora para hacerse con el segmento de búsqueda y publicidad de la empresa liderada por Jerry Yang, Microsoft seguiría arrastrando un gran fardo en su negocio estrella. La compañía asegura haber vendido 140 millones de licencias de Vista en todo el mundo desde su lanzamiento, en noviembre de 2006. Pero según Neil McDonald, vicepresidente de investigación de Gartner y coautor de la reciente y polémica presentación "Windows se derrumba", la cifra es engañosa. "No es un dato exacto de base instalada real, simplemente refleja ventas de PC y portátiles con el software preinstalado, sin tener en cuenta el número de compañías y consumidores que se están pasando a XP". Sólo entre el 4% y el 6% de ordenadores en el segmento empresarial, dice la consultora, han migrado a Vista, pero hasta un 80% de las compañías con más de 1.000 PC han decidido volver a XP.
"Siempre hay una curva de aprendizaje para consumidores y empresas al comienzo de cualquier sistema operativo, pero el número de licencias vendidas es muy positivo", asegura Verónica Olocco, directora de la división de Windows Client de Microsoft Ibérica. Pese a confiar en el repunte de Vista, la compañía ha extendido a finales de junio la posibilidad de preinstalar XP en nuevos ordenadores. Y, hasta el 31 de enero de 2009, las versiones Vista Ultimate y Business se podrán rebajar a XP Professional, con soporte a clientes corporativos hasta abril de 2014. Eso sí, pagando. Dell, HP y Lenovo, en una industria con márgenes en plena caída, no se lo han pensado dos veces.
"Seguimos ofreciendo XP porque nos debemos a nuestros clientes, ellos deciden qué cubre sus necesidades en función del precio y prestaciones", explica Salvador Cayón, director de marketing de sistemas personales de HP. El propio mercado de PC crece más rápido que la venta de licencias de Vista. Según IDC, durante el primer trimestre del año la venta de PC aumentó en Europa occidental un 12,6%, mientras que los ingresos globales en la unidad de "cliente" de Microsoft, a la que se adscriben las licencias de Windows, cayeron un promedio del 1,2% en los tres últimos trimestres.
El gigante de Redmond se arriesga a perder su gran oportunidad en los países emergentes. El mercado de PC en Latinoamérica, Europa del Este, Oriente Medio o Asia crece a ritmos anuales superiores al 25%. Los ordenadores de bajo coste, como el Asus EeePC o el Everex Cloudbook, ya exitosos en países desarrollados, están destinados a arrasar en economías en despegue. Todos utilizan Linux, con la opción de instalar XP. Microsoft ha reaccionado extendiendo la comercialización de XP Starter, su versión para países en desarrollo, hasta junio de 2010, lo cual frenaría seriamente las opciones de Vista. Para muchos expertos, Vista Starter es aún demasiado complejo y pesado, pero la compañía sigue apostando por él. "La adopción en algunos países emergentes está siendo mucho mejor de la esperada. En Brasil, Vista Starter se lleva el 50% del volumen total de licencias de Windows vendidas", afirma Olocco.
En los mercados maduros, el punto negro apunta al segmento corporativo, indeciso y desconfiado ante la necesidad de migrar a Vista. Según Gartner, en 2010, fecha en la que el nuevo sistema operativo Windows 7 estaría disponible, un 30% de las grandes corporaciones en Europa utilizarán todavía XP frente al 58% de Vista. En España, las empresas son especialmente escépticas. "No figura en la agenda de nadie, los directivos españoles no están siendo proactivos respecto a Vista, simplemente no ven el valor añadido", dice Alberto Delgado, director general de Penteo ICT Analyst. Benjamin Gray, analista de Forrester Research, se muestra más favorable a la migración. "Recomendamos a la mayoría de compañías pasarse a Vista para evitar problemas de disponibilidad de XP y la confusión en torno al nuevo sistema", escribe en un informe.
Toda una industria se ha lanzado a conjeturar si Windows 7 será la solución al problema. Es el secreto mejor guardado incluso dentro de Microsoft. "Honestamente, no sabemos nada, el equipo de desarrollo no ha filtrado detalles al resto de grupos", dice Olocco. A finales de 2009, aclaró hace unos días Steve Ballmer, el nuevo software estará disponible, aunque dada la historia de retrasos en anteriores versiones, muchos señalan 2010 como la fecha plausible. La compañía busca cubrir los errores de Vista y cumplir la costumbre de ofrecer nuevas versiones de forma regular a clientes corporativos. Pero el consenso es claro: Windows 7 será una actualización menor con algunos cambios, no un rediseño completo. "Sería un error de calado hacer lo contrario", afirma Delgado. "Se critica a Microsoft porque obliga a sustituir la plataforma cada cierto tiempo, renovarla otra vez desde cero en apenas tres años no tendría sentido".
Gates y Ballmer ofrecieron esta semana en San Diego, California, una breve demostración de lo que está por llegar. Windows 7 soportará una interfaz táctil, Multi-Touch, en línea con la apuesta de la compañía por Surface, la tecnología con la que Gates espera revolucionar la forma en la que utilizamos ordenadores. "Hoy toda la interacción es a través del ratón. En el futuro, la importancia de la voz o la vista será enorme", aseguró. Con la nueva interfaz se podrán manipular fotos o planificar rutas de viaje sobre un mapa, directamente utilizando los dedos sobre la pantalla, en una experiencia muy similar al iPhone de Apple. Sin embargo, si Microsoft aspira a seguir vivo en su negocio tradicional, Windows 7 deberá cubrir múltiples huecos, desde los graves problemas de compatibilidad con aplicaciones o la posibilidad de migrar licencias a cualquier dispositivo hasta la reducción en el uso de recursos o el impulso en la modularidad del código.
Mientras, el tiempo juega en contra. Google le pisa los talones en su propio terreno con aplicaciones web de productividad como Google Apps y su reciente alianza con Salesforce. El objetivo de Sergey Brin y Larry Page es situarse los primeros en la tendencia que marcará la industria en los próximos años: cloud computing, ofreciendo servicios a consumidores y grandes empresas a través de Internet como única plataforma. Su evolución financiera marea. Con un incremento de ingresos del 420% desde 2004, un beneficio en 2007 de más de 4.200 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros) y un gasto en I+D sobre sus ventas del 13%, el buscador es capaz de todo.
El efecto Google no será el único contratiempo. La omnipresencia de Apple y Mac OS en el segmento de consumidores, su incremento de popularidad en el entorno corporativo y la figura de Linux como serio contrincante en mercados emergentes y el sector público serán fuertes obstáculos adicionales. Si a ello añadimos el complejo giro de mentalidad e innovación hacia los servicios e Internet, el reto es colosal. O, como concluye McDonald, "en Microsoft deben estar paranoicos". -
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