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segunda-feira, 14 de março de 2011

Nueva réplica de 6.2 en Japón #prayforjapan, #tsunami, #japon, #japao #jishin #japan #terremoto

Unas 160 personas pudieron haberse expuesto a la radiación después del incendio en uno de los dos reactores dañados
: 13.03.11 08:57pm - Redacción y EFE: redaccion@laprensa.hn


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Tokio,

Japón

Una planta nuclear en Tokai, en la provincia de Ibaraki (norte de Tokio), sufrió hoy problemas en su sistema de refrigeración a consecuencia del terremoto del pasado viernes, según informó la agencia local Kyodo.
Se trata de la tercera central japonesa, junto a las de Fukushima y Onagawa, que registra algún tipo de incidente tras el fuerte seísmo del viernes, que alcanzó una magnitud de 9 grados en la escala Richter y devastó con un tsunami la costa nororiental de Japón.
Según fuentes de las autoridades de Ibaraki citadas por Kyodo, uno de los dos sistemas de refrigeración de la planta número 2 de Tokai se paralizó aunque el otro funciona con normalidad, por lo que no se prevén problemas para el reactor nuclear.
La planta operadora es Japan Atomic Power, que consideró posible evitar el sobrecalentamiento del reactor mediante ese segundo sistema de refrigeración.
El terremoto del este 11 de marzo provocó la paralización automática de once de las 51 centrales nucleares que hay en Japón.
En una de ellas, en Fukushima, el nivel de radiactividad se elevó hoy por encima del permitido, entre el temor a una fusión del núcleo en alguno de los reactores de la central 1 por causa de un bloqueo en su sistema de refrigeración.
El Gobierno nipón dijo que los esfuerzos se centran en rebajar la temperatura de dos de los seis reactores de agua en ebullición de la central, el 1 y 3.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena informó hoy de que las autoridades japonesas declararon el estado de emergencia nuclear para otra planta atómica, en Onagawa, debido a su elevado nivel de radiactividad.
Japón comunicó al OIEA que la operadora de la central nuclear de Onagawa, Tohoku Electric Power Company, ha fijado el nivel de alerta de esa central en uno, el más bajo de una escala de siete.
Las autoridades niponas dijeron al organismo de la ONU que "los tres reactores en la planta nuclear de Onagawa están bajo control".

Japón sufre el peor desastre nuclear

Japón, modelo de país nuclear, ejemplo de uso de tecnología atómica incluso en la peor zona sísmica del planeta, vive días de pesadilla pendiente de la central de Fukushima I, a 240 kilómetros de Tokio.

Tras el terremoto y el tsunami del viernes, dos reactores de la nuclear perdieron el sistema de refrigeración y durante más de 24 horas liberaron al exterior gases radiactivos para reducir la presión en el interior y evitar un desastre aún mayor.

La compañía gestora de la central de Fukushima I informó que la radiación emitida superó los límites legales permitidos tras el estallido que desencadenó un incendio y una enorme nube blanca envolvió el entorno, desatando los peores augurios. Cuatro empleados resultaron “levemente heridos” en la explosión, informó la televisión pública NHK.

La agencia japonesa de seguridad nuclear calificó el accidente como nivel 4 en la escala de sucesos atómicos, INES, que va de 0 a 7. Esto lo convierte en el peor siniestro atómico desde Chernóbil -en 1986 y calificado como nivel 7- y en el quinto peor incidente civil de la historia.

La situación parece agravarse. Mientras los equipos lucharon por enfriar la central mediante la inyección de agua de mar, las autoridades confirmaron anoche que el reactor 3 también fue afectado, tras la avería inicial del número 1, al dejar de funcionar el sistema de refrigeración de emergencia.

Los expertos consultados no descartaron que se pudiera fundir el núcleo de la nuclear, pero la evolución es incierta y la información, imprecisa. Este fallo, inesperado, se suma a los problemas ya sufridos en el reactor 1 tras el terremoto y el tsunami que asolaron el país.

Sólo en dos ocasiones se han registrado accidentes peores: se trata de la explosión en Chernóbil -categoría 7, “accidente grave”- y de la fusión, en 1979, de un reactor en la central estadounidense de Three Mile Island -categoría 5, “accidente con consecuencias de mayor alcance”.

La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa informó que el número de personas expuestas a la radiación tras la explosión podría haber llegado a 160. Nueve personas han mostrado signos de exposición a radiación procedente de la planta. Unas 170,000 personas han sido evacuadas de las zonas cerca de las dos centrales, según la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA.

Las autoridades japonesas primero ordenaron evacuar las poblaciones en un radio de tres kilómetros, luego de 10 y finalmente de 20 kilómetros.

Los medidores de radiación en el exterior reflejaron el vertido. A las cuatro de la mañana -hora japonesa- el exterior registraba una radiación natural de 0,07 microsievert por hora. A las 15.29, la medición era de 1.015 microsievert/hora, 14.500 veces más, y de ahí empezó a decaer.

Si la información que llegaba desde Fukushima era confusa, todo empeoró por la tarde, cuando una explosión sacudió la planta y el humo se divisó a kilómetros.

El espectro de Chernóbil recorrió el planeta. Las imágenes transmitidas por la televisión japonesa mostraron que los muros de la instalación del reactor se derrumbaron y sólo había permanecido de pie una armazón de metal.

Varias columnas de humo salían de la planta en Fukushima, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Iwaki. La agencia japonesa de seguridad nuclear, NISA, aseguró posteriormente que la explosión no había afectado al edificio de la contención, aunque sí se había llevado parte del techo y de la pared del edificio del reactor. Japón atribuyó la explosión a que parte del hidrógeno liberado había explotado. Durante horas se sucedieron informaciones imprecisas sobre la refrigeración: se decía que la empresa Tokyo Power Electric Co, Tepco, la había conseguido conectar o que se había apagado. El director de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear, CSN, Juan Carlos Lentijo, resumió por la tarde: “La situación es precaria, pero la central está aguantando. Eso sí, tienen que conseguir refrigerarla o se puede descontrolar”. Lentijo justificó los vertidos radiactivos: “Es mejor una descarga por poco agradable que sea que tener una rotura dramática”.

Cinco horas después de la explosión, las autoridades intentaron una opción desesperada: refrigerar la nuclear directamente con agua de mar y ácido bórico, una sustancia que absorbe neutrones. “Ahora estamos tratando de analizar qué está detrás de la explosión”, dijo el vocero del Gobierno, Yukio Edano.

Según Edano, después de la explosión no se incrementaron los niveles de radiación en torno a la planta de Dai-ichi en Fukushima; al contrario, disminuyeron.

El funcionario no explicó cómo sucedió ese fenómeno, pero agregó que la explosión disminuyó la presión. Sin embargo, cualquier aumento de los niveles de radiación en el ambiente prácticamente podría elevar las tasas de cáncer a largo plazo. Las autoridades tienen intención de distribuir yodo, una sustancia que ayuda a la protección contra el cáncer de tiroides.

Acciones

Mientras las autoridades intentaban evitar el desastre en la central, a lo largo de la jornada se han adoptado medidas para alejar a la población de la zona. “Las evacuaciones en torno a las dos plantas nucleares afectadas han comenzado (...). Las medidas completas de evacuación [aún] no se han completado”, dijo el OIEA en un comunicado.

“Superbomberos”, formados para situaciones de urgencia, fueron enviados a la central para ayudar a los vecinos a alejarse de la zona. La dosis de radiactividad recibida por un individuo en el lugar del accidente correspondería a la que una persona puede absorber como máximo en un año, han asegurado los medios, citando un nivel de 1.015 microsievert. En los centros de evacuación, trabajadores con mascarillas y ropas protectoras utilizan escáneres de mano para examinar a todo aquel que llega. Quienes muestran signos de exposición o vivían dentro de la zona de 20 kilómetros son separados de los que simplemente buscaban refugio a causa del sismo.

Las autoridades se han esforzado por enviar un mensaje de calma. “Estudiamos las radiaciones con atención y tomamos todas las medidas para garantizar la seguridad de los habitantes”, aseguró el portavoz del Gobierno. Edano añadió que las radiaciones en el lugar habían sido “más bien bajas” tras la explosión, que “no ha tenido lugar en el reactor”, insistió.

“En este momento parece ser que el riesgo de salud pública es, probablemente, bastante bajo. Entendemos que la radiación que se ha escapado de la planta es muy pequeña en cantidad”, dijo el portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Gregory Hartl.

La Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, NRC, anunció que mandaba a dos expertos a Japón tras la explosión.

El primer ministro japonés Naoto Kan fue criticado por la reacción de su gobierno, considerado muy lento, tras la explosión.






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