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La firma francesa ha democratizado el excelente sistema 4Control -con cuatro ruedas directrices- incorporándolo en motorizaciones menos potentes y, por tanto, más accesibles.
¿Cómo es?
En Renault no están muy satisfechos con la evolución del Laguna, al menos en lo que se refiere al mercado español.
Entre los meses de enero y octubre de 2009, la firma del rombo ha comercializado alrededor de 5.000 unidades, una inferior a la lograda por Volkswagen, Opel, Citroën, Ford y Peugeot con sus respectivos modelos: Passat, Insignia, C5, Mondeo y 407.
El Laguna, por tanto, tan sólo ha superado, en lo que llevamos del año, al Toyota Avensis, Honda Accord, Mazda6, Chevrolet Épica y Kia Magentis.
Estos resultados han llevado a los responsables de la marca francesa a replantearse la gama de esta berlina media en el mercado español. Para ello le han dotado de un precio más competitivo y de un mayor equipamiento, tanto en confort como en seguridad y dinamismo.
Fruto de esa decisión llega esta unidad a nuestras manos, que incorpora dos de las grandes novedades del Laguna, ahora a un precio más razonable. Hablamos del 4Control, un sistema que hace que todas las ruedas del vehículo giren; y del TomTom Carminat, que no es otra cosa que un navegador TomTom integrado en el cuadro de instrumentos.
Respecto al primer sistema -el 4Control-, este dispositivo que convierte a las cuatro ruedas en directrices está disponible en las versiones más accesibles y, por tanto, menos potentes. Un buen ejemplo es la unidad probada, que cuenta con el motor 2.0 dCi de 130 caballos -probablemente la mecánica más demandada- y el acabado GT.
Si lo comparamos con el acabado Expression -algo más económico-, este Laguna con el 4Control es aproximadamente 900 euros más caro. En este precio se incluye, además del dispositivo que hace que giren todas las ruedas, el retrovisor interior fotosensible, una tapicería específica con cuero y tejido y las llantas de aleación de 17 pulgadas, en lugar de 16. Como contrapartida, el Expression incorpora el mencionado navegador TomTom del que más adelante hablaremos.
Teniendo en cuenta el mayor equipamiento y, sobre todo, que la diferencia de precio es razonable, desde aquí creemos que el sistema 4Control es muy recomendable, sobre todo para aquellos que valoren que una berlina tenga un comportamiento dinámico.
Además, aquel que opte por este Laguna GT 2.0 dCi 4Control y esté también interesado en el navegador TomTom, lo puede adquirir como extra por 490 euros. Por tanto, la diferencia real entre ambas versiones -siempre teniendo en cuenta que el GT tiene un mayor equipamiento- es de casi 1.400 euros, una cantidad que continúa siendo razonable.
En Marcha
Como decíamos anteriormente, el 4Control es un sistema muy recomendable puesto que convierte una berlina con un buen comportamiento, en otra con un agarre excelente. De ahí que con el 4Control, el Laguna pierda ese carácter algo aburguesado que le caracterizaba, para convertirse en un vehículo muy dinámico, divertido y fácil de conducir.
Y respecto a la segunda novedad -la inclusión del TomTom- es todo un acierto. Por una cantidad razonable de dinero -490 euros- tienes en el coche un navegador de buena calidad, muy intuitivo y, sobre todo, fijo. Es decir, que te puedes despedir de tener cables rondando por el vehículo, además de conectarlo continuamente a la toma de corriente del mechero para cargarlo.
Como contrapartida, la pega de contar con este dispositivo ajeno a Renault, es que el TomTom pierde aquí algo de la usabilidad que le caracteriza, ya que Renault no ha incluido un mando específico para manejarlo, sino que ha adaptado el que tenía anteriormente.
No obstante, son sólo pequeñas críticas que no rebajan la alta nota final del vehículo. Y es que este Renault Laguna se caracteriza por ser un coche muy completo, una berlina que obtiene una nota alta en todos los apartados.
Así, comprobamos que el puesto de conducción es confortable, los asientos presentan una buena ergonomía, el habitáculo es amplio, el maletero también es bastante grande y regular, el confort de marcha es excelente y la mayoría de las piezas y elementos parecen estar bien acabados y ajustadas.
A todo ello se suma un equipamiento muy completo que incluye de seire: seis airbags, control de estabilidad, faros antiniebla, volante multifunción, ordenador de viaje, ayuda al aparcamiento trasero, retrovisor fotosensible, climatizador independiente, sensores de lluvia y de luz y conexión bluetooth, entre otros elementos.
Y por último, el motor, que es refinado, agradable, progresivo y presenta unas buenas prestaciones con uno consumo contenido.
Quizás las únicas críticas que puede merecer el Laguna es que algunos de sus mandos no son excesivamente intuitivos -como es el caso del equipo de audio-. Igual de criticable será que, en lugar de rueda de repuesto, Renault ha optado por el tan criticado kit antipinchazos.
Y por último los pasajeros traseros no disponen de un gran espacio para los pies, debido al abultado túnel de transmisión y, sobre todo, a la forma de los asientos delanteros.
Conclusión
Sobre raíles. Así es cómo actúa el Renault Laguna con el sistema 4Control, con cuatro ruedas directrices. Esta berlina abandona su carácter aburguesado para convertirse en un coche con un gran dinamismo. A todo ello se añade un completo equipamiento y una buena terminación de sus materiales. ¿Críticas? El kit antipinchazos, el espacio para los pies de los pasajeros traseros y, quizás, el diseño, que no termina de cuajar, lo que desemboca en unas ventas contenidas.
