El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer por la noche, en Seúl, a otros jefes de Estado de las 20 mayores economías del mundo, a su sucesora, Dilma Rousseff, quién no habló durante la cena de trabajo que duró dos horas.
La conversación que mantuvieron Lula y Rousseff con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue “muy simpática”, según una fuente de la delegación brasileña. La presidenta electa continuará hoy acompañando a Lula, pero siempre sin manifestarse. En el final de la tarde, ambos regresarán en el mismo avión a Brasil.
Por la mañana, cuando volvió de un paseo por la capital coreana, una periodista le preguntó a Rousseff si hablaría sobre la guerra cambiaria, al acompañar a Lula en el G-20. “Querida, yo no tengo voz aquí todavía”, respondió. Después calificó como “desvalorización disfrazada” del dólar a la decisión de Estados Unidos de inyectar liquidez por u$s 600.000 millones en el mercado. Y se quejó porque la política del dólar débil “hace que el ajuste americano caiga en la cuenta de otros”.
Para Dilma, la solución sería no desvalorizar la moneda estadounidense, “pero nosotros no controlamos el Federal Reserve, que yo sepa”. Fue menos crítica sobre las intervenciones de China, que mantiene la moneda desvalorizada. Según la presidenta electa de Brasil, el yuan está vinculado al dólar y el problema es la moneda de Estados Unidos desvalorizada.
Rousseff afirmó que “no es bueno para Brasil” tener la moneda más valorizada entre las 20 economías más grandes. Aseguró que tomará “todas las medidas posibles” para evitar la valorización excesiva del real. Al ser consultada sobre las acciones que planea, citó al ex primer ministro británico Winston Churchill, asegurando que ‘hay ciertas medidas que uno no confiesa ni a nosotros mismos‘.
Horas después, al responder a la misma inquietud, Lula dijo que Brasil tiene cambio fluctuante, que “fluctúa para arriba o para abajo”. Según el presidente saliente, actualmente el gobierno está menos preocupado con las medidas “que tenemos que tomar para desvalorizar el real, que con las medidas que Estados Unidos tiene que tomar para valorizar el dólar”.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, intervino para señalar que las medidas tomadas para proteger al real “no dieron todo lo que deseábamos”. Señaló que la cotización de la moneda brasileña a 1,70 en relación al dólar “no es satisfactoria”. Y dijo que volverá a actuar si persiste una valorización acentuada.
En tanto, Lula minimizó la situación del real. Para el presidente, Brasil está importando mucho porque los brasileños tienen más dinero para consumir. Cree que el país está, inclusive, ayudando a Estados Unidos porque mantiene con Brasil el superávit comercial más importante. Pero señaló que Brasil tendrá este año un saldo comercial de u$s 15.000 millones.
Dirigiéndose a Mantega como si fuera a permanecer al frente de Hacienda en el futuro gobierno de Rousseff, Lula dijo que un desafío “extraordinario” de la nueva gestión será viajar más, mandar a los ministros al exterior con empresarios para hacer negocios. “No vamos a vender si nos quedamos llorando en Brasilia”, afirmó.
Pero Rousseff parece tener otros planes. Descartó ir al Foro Económico Mundial en febrero, en su primer año de gobierno, como hizo Lula para encontrar a la elite económica global. Y no tiene planes de realizar el tradicional viaje al exterior de los presidentes electos.
En cuanto a los futuros ministros, una cosa que quiere hacer es aumentar sus sueldos. Cree que de lo contrario “no vamos a tener gente para ser ministro en Brasil; (el salario) está muy desfasado en relación al mercado”.
Al hablar sobre su propio sueldo, que Lula cree que debe aumentarse, Dilma cayó de las nubes. “En esa historia, soy la última que me entero”, dijo.
Por aumentos, en Brasil compran insumos por adelantado
césar felicio y lilian cunha Belo Horizonte y San Pablo (
03:00
En los primeros ocho días hábiles de noviembre, el precio del aluminio para fabricación de latas se disparó un 5,52% en el mercado internacional. También este mes, el azúcar subió 12,85% y el cacao 1,80%. A su vez, el trigo acumula un alza de 40,97% en 12 meses. “Esto deja loco a cualquiera”, dijo Ivan Zurita, presidente de Nestlé Brasil, en una reciente entrevista a Valor.
Según el ejecutivo, la variación de precios de las commodities es el desafío más grande de la industria de alimentos y bebidas este año. Para esquivar esa escalada de precios, muchas empresas están invirtiendo en aumentar sus stocks y en lo que llaman “hedge” (cobertura) de insumos. Nestlé, Kopenhagen, Velho Barreiro, Ambev, Vilma Alimentos, Pastificio Selmi, entre otras, son algunas empresas que adhirieron a esa estrategia.
La empresa Vilma Alimentos, localizada Minas Gerais planea comprar este mes 80.000 toneladas de trigo argentino, suficiente para garantizar la producción hasta agosto de 2011. El volumen es 10.000 toneladas superior al que adquirió entre enero y octubre de este año. La firma produce 6.500 toneladas mensuales de fideos y la harina de trigo corresponde a 75% del costo del producto. Vilma duplicó también su nivel de stock de azúcar, comprando 3.000 toneladas para su línea de mezcla para tortas.
“Con el derrame de dólares en la economía de EE.UU., habrá más desplazamiento de inversores al mercado de commodities, por lo que decidimos adelantar nuestro proceso de compra”, dijo Cesar Tavares, vicepresidente de Vilma, al referirse a la compra de títulos de la deuda de EE.UU. por u$s 600.000 millones, de la semana pasada.
El mercado de trigo registró alzas de precios a lo largo del año por problemas en las cosechas de Rusia, Kazajistán y Ucrania que derrumbaron 5,5% la previsión de producción mundial. En este semestre subió 37,16%. Problemas de producción en India también empujaron la suba del azúcar un 20,10% desde enero.
Hacer stock fue también la estrategia de empresas de menor porte, como la fábrica de pan de queso Forno de Minas, también de Minas Gerais. La empresa está multiplicando por cinco su capacidad de stock de insumos. “Podremos tener en stock 2.500 toneladas de fécula de mandioca y 600 toneladas de trigo a partir de febrero”, dijo Helder Couto Mendonca, presidente de Forno de Minas. La empresa, que factura R$ 5 millones mensuales con la producción de 600 toneladas de pan de queso, invirtió R$ 4 millones en almacenamiento. Ambev, fabricante de cerveza más grande de Brasil, también enfrenta problemas con los insumos, tanto con los que usa para la bebida, como los utilizados para el embalaje, como el aluminio de las latas. “Los ‘hedges’ de azúcar y los costos más altos de embalajes tuvieron impacto en nuestro resultado”, afirmó Nelson Jamel, director financiero y de relaciones con los inversores de la cervecería la semana pasada, durante una teleconferencia sobre resultados de la compañía en el tercer trimestre.
El “hedge” es una especie de compra adelantada de insumos por un precio fijo, dijo Ricardo Selmi, presidente de Pastificio Selmi. El sistema se utiliza más para commodities importadas, como el trigo argentino. “Aumentamos la cartera de compras, recibiendo físicamente en etapas pre programadas. Así, frenamos al menos el efecto cambiario”, señaló.
En cuanto a Velho Barreiro, la empresa tiene tradición en el stock de insumos. “Lo hacemos hace 50 años porque dependemos de la cosecha de azúcar. Si algo sale mal, tenemos como resolverlo”, explicó su presidente.
La presidente electa de Brasil dejó de lado los trajes opacos y optó por un conjunto en el que lució una pollera que sorprendió. Los analistas aseguran que tiene la intención de mostrarse menos conservadora y más moderna
Por primera vez desde el casamiento de su hija, Paula, en abril de 2008, la presidente electa de Brasil, Dilma Rousseff dejó de lado el tradicional modelo, de saco y pantalón y se atrevió a usar una pollera.
El estreno fue durante la cena de ayer con los jefes de Estado, en el Museo Nacional de Corea.
La foto ya circula en todos los medios de Brasil, en donde la futura mandataria –que asume el 1 de enero de 2011– es criticada por ser y vestirse en forma muy conservadora.
Dilma además lució un saco largo verde esmeralda y para espantar el frío coreano usó medias negras y zapatos con taco bajo.
Para completar el nuevo look, Rousseff usó joyas de piedras oscuras pequeñas y llegó a la cena con un sobretodo negro hasta las rodillas.
Además para la agenda de día, la "elegida" de Lula, usó jeans negros, saco y anteojos oscuros deportivo que contrastó con el pelo corto.
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