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sexta-feira, 25 de junho de 2010

La carencia de previsiones y de medios favoreció la tragedia brasileña



El Pais , o eterno amor ao PT

Las lluvias provocaron 76 muertes y casi 100.000 personas fueron desalojadas

JUAN ARIAS - Río de Janeiro - 26/06/2010


La tragedia causada por las recientes lluvias en el noreste pobre de Brasil, sobre todo en los Estados de Alagoas y Pernambuco, podría haber tenido una dimensión menor. La prensa del país destaca que la falta de centros de protección civil y medios para preveer la magnitud de las tormentas fueron factores decisivos para que la cifra de muertos haya sido de 76 personas. Cerca de 100.000 tuvieron que ser desalojadas y acogidas en refugios.



    A FONDO

    Capital:
    Brasilia.
    Gobierno:
    República Federal.
    Población:
    191,908,598 (2008)

La carencia de medios impidió prever la llegada de las lluvias torrenciales y el desbordamiento de los ríos. El radar de Alagoas pudo detectar con ocho horas de anticipación el riesgo de lluvias torrenciales, pero al carecer de un servicio de protección civil no había quién organizase el desalojo de las viviendas, según afirmaba ayer el diario Folha de São Paulo. En otras ciudades afectadas ni siquiera tienen radares.

En una de las ciudades más golpeadas, Barreiros, en Pernambuco, donde murieron 12 personas, el drama podría ser mayor si las campanas de la iglesia no hubiesen advertido horas antes a la población para que se pusieran a salvo, según ha confirmado Francis Lacerda, meteorólogo del Estado de Pernambuco.

La tragedia ha puesto de manifiesto la fragilidad de las estructuras del Estado, que no han sabido prever y prevenir una catástrofe que revive cada año. En Alagoas, uno de los Estados más pobres del país, siete ciudades están en situación de calamidad pública y carecen de protección civil.

Lula volcado con las afectados

El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que no suele ser excesivamente partidario de visitar personalmente los lugares de desastres de cualquier tipo del país, esta vez se ha volcado con su presencia en las zonas más afectadas. Calzado con botas de goma, se ha metido en el fango, entre los escombros, ha abrazado a las personas que lloraban por las víctimas y ha podido ver con sus propios ojos como muchos vecinos hurgaban entre los escombros, hambrientos, en busca de restos de comida.

Además, el presidente ha cancelado su viaje a Canadá con motivo de la cumbre del G20 para seguir personalmente las tareas de ayuda a los damnificados.

El noreste pobre de Brasil es la mayor cantera de votos de Lula y de su candidata a la sucesión, Dilma Rousseff . En aquella región su popularidad supera el 90%. Temiendo que la oposición pudiese utilizar la tragedia de Alagoas y Pernambuco en tiempo de elecciones, Lula se ha volcado allí, no solo con su presencia, sino también con apoyo económico. "No habrá límites a la ayuda", afirmó, y destinó inmediatamente 550 millones de reales (unos 250 millones de euros), que se repartirán entre ambos Estados para cubrir las necesidades más urgentes. La ayuda podrá llegar a los 1.000 millones de reales (454 millones de euros).

La candidata Rousseff, preocupada con un electorado que le es fiel por su identificación con Lula, ha echado la culpa de la precariedad en que viven esos Estados a los Gobiernos anteriores. La oposición, sin embargo, le ha recordado que Lula lleva ya ocho años gobernando el país y que ella, como ministra de la Casa Civil, era la responsable de hacer funcionar las infraestructuras, sobre todo en los Estados más carentes de mecanismos de prevención ante las tragedias naturales.


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Fecha 09 Abril 2010

BRASILIA (AP) —
El máximo tribunal de justicia rechazó el jueves incluir al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la lista de acusados por un escándalo de corrupción que involucra a aliados del mandatario.
El Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) rechazó por unanimidad el pedido del ex diputado Roberto Jefferson para incluir al presidente en la lista de 39 acusados por el esquema de pago de sobornos a legisladores a cambio de apoyo a iniciativas del gobierno.
En la decisión, el STF determinó que el Procurador General de la República en ejercicio en 2005, cuando estalló el escándalo, no había encontrado indicios de la participación de Lula en el esquema.
El juez del STF Joaquim Barbosa, relator del caso, coincidió en que no existen pruebas para acoger el pedido de Jefferson.Tres ex ministros de Lula y diputados aliados del mandatario figuran entre los acusados por el pago de sobornos. Jefferson, quien fuera aliado del presidente, fue quien denunció la existencia del mecanismo de pagos y figura entre los acusados de participar en él.

Del Partido de los Trabajadores (PT)

  1. José Dirceu, acusado por Jefferson de ser el "jefe" y el "cerebro del mayor sistema de corrupción de la historia de la República".
  2. José Genoíno, presidente del PT. Denunciado por utilizar a Marcos Valério como garante de préstamos al PT junto a los bancos de Brasil, Banco Rural y BMG. También hay sobre él la sospecha de los dólares incautados en los calzoncillos del asesor de su hermano, el diputado José Guimarães.
  3. Delúbio Soares, tesorero del PT.
  4. Marcelo Sereno, dirigente nacional del PT.
  5. Silvio Pereira, dirigente nacional del PT, involucrado en escándalos de corrupción, en haber recibido una Land Rover de un proveedor de la Petrobras (que pudo ser beneficiado por decisión suya), y en el saqueo, junto con Delúbio y Sereno, de la suma de R$ 4.932.467,12.
  6. João Paulo Cunha (PT-SP), ex presidente de la Cámara. Su esposa es una de las personas que visitaron el Banco Rural en Brasilia. Su explicación inicial a la CPI de los Correos decía que ella había ido al banco sólo para pagar una cuenta de televisión por cable. Después se confirmó que había sacado R$ 50 mil. Discretamente, Cunha retiró la carta de la CPI. Después, los extractos del Rural confirmaron que ella recibió R$ 200 mil. Al preguntársele por el asunto, João Paulo Cunha dice que los repases de Marcos Valério serían "oportunamente justificados".
  7. Paulo Rocha (PT-SP) - Ex líder del PT en la Cámara. Descubrieron a una de sus asesoras entre las personas que fueron al Banco Rural. Con la confirmación de los saqueos (por valor de R$ 920 mil), renunció al liderazgo del partido.
  8. Profesor Luizinho (PT-SP), ex líder del gobierno en la Cámara, tuvo un asesor que recibió R$ 20 mil de Marcos Valério.
  9. José Mentor (PT-SP), quien tuvo una actuación polémica como relator de la CPI del Banco Banestado cuando hizo desaparecer, inexplicablemente, las menciones al Banco Rural en el informe final de la CPI. Su bufete recibió R$ 60 mil de una cuenta del Banco Rural cuyo titular era una empresa de Marcos Valério.
  10. José Nobre Guimarães (PT-CE), hermano de José Genuino. A su asesor le encontraron US$ 100.000,00 en el calzoncillo, además de R$ 200.000,00 en la maleta. El diputado Guimarães también es acusado de recibir R$ 250.000,00 de las cuentas de Marcos Valério.
  11. José Adalberto Vieira da Silva (PT-CE), preso por la Policía Federal con US$ 100.000,00 en el calzoncillo, asesor del diputado José Nobre Guimarães.
  12. Josias Gomes (PT - BA), sospechoso de retirar, personalmente, la cuantía de R$ 100 mil de las cuentas de Marcos Valério.
  13. Luis Gushiken, ex dirigente de la SECOM (Secretaria de Comunicación, hasta entonces con estatus de ministerio), que indicaba dirigentes para los fondos de pensión. Acusado de favorecimiento de una correctora de sus ex socios, vinculada a dichos fondos, que crecieron inexplicablemente después de la posesión del presidente Lula. Los fondos de pensión también son acusados de favorecimiento sospechoso al BMG y al Banco Rural (bancos utilizados por Marcos Valério) en la aplicación de sus recursos.

[editar] De la bancada aliada al gobierno Lula

La llamada "bancada aliada" está conformada por los partidos que daban apoyo político al PT antes del inicio del escándalo: el Partido Laborista Brasileño (PTB), el Partido Progresista (PP), el Partió Libertador (PL) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

  1. Roberto Jefferson (PTB-RJ), quien dio origen al escándalo cuando denunció la práctica del mensalão. Acusado de operar un esquema de recaudación de "contribuciones electorales" de proveedores de estatales como los Correos, el Instituto de Reaseguros de Brasil (IRB) y Furnas. También es acusado de crimen electoral, al recibir R$ 4 millones directamente de las manos de Marcos Valério (enviado de José Dirceu) para el PTB, en una operación no declarada a la Justicia Electoral.
  2. José Carlos Martínez (PTB-PR), diputado ya fallecido. Acusado de haber recibido R$ 1.000.000,00
  3. Romeu Queiroz (PTB-MG). Acusado de haber recibido R$ 350.000,00.
  4. José Janene (PP-PR), citado por Jefferson desde el inicio, era acusado de distribuir las mensualidades para diputados de PP. Su implicación fue comprobada por el testimonio de su asesor João Cláudio Genu a la Policía Federal, que confesó hacer los saqueos y entregar el dinero a la tesorería del PP.
  5. Pedro Corrêa (PP-PE), presidente del PP, también fue denunciado por Jefferson e inculpado por Genu.
  6. Pedro Henry (PP-MT), ex líder de la Cámara, también fue implicado por el testimonio de Genu.
  7. José Borba (PMDB-PR), ex líder del PMDB en la Cámara. Es acusado por la directora financiera de la SMPB de haber recibido R$ 2,1 millones, pero rehusó firmar el comprobante de saqueo (obligándola a ir hasta la agencia del banco para liberar el pago).
  8. Valdemar Costa Neto (PL-SP), acusado de ser el distribuidor del mensalão para los diputados a la Cámara del PL. Su ex tesorero, Jacinto Lodos, es acusado de ser el mayor beneficiario de los saqueos de las cuentas de Marcos Valério en el Banco Rural, al recibir R$ 10.837.500,00. Para evitar el proceso de casación, el diputado renunció a las prebendas, antes que fuera abierto el interrogatorio contra él.
  9. Obispo Rodrigues (PL-RJ) - coordinaba la bancada de la Iglesia Universal del Reino de Dios en la Cámara. Pudo haber recibido R$ 150 mil. Fue expulsado de su iglesia.
  10. Anderson Adauto (PL-MG), ex ministro de los transportes, quien recibió, por intermedio de su jefe de gabinete, el valor de R$ 1.000.000,00 de Marcos Valério.

[editar] Otros

  1. Marcos Valério, empresario, sin partido. Siendo el "operador del mensalão", está siendo acusado de diversos crímenes de orden política, financiera, criminal, electoral y fiscal.
  2. Eduardo Azeredo (PSDB-MG). No es acusado de implicación directa con el mensalão, pero es acusado de recibir recursos de Marcos Valério para componer el "cajero 2" de su campaña electoral.
  3. Duda Mendonça, publicista responsable de la campaña electoral de Lula. Su socia, Zilmar de la Silveira, aparece como beneficiaria de Marcos Valério, quien recibió de ella R$ 15.500.000,00.
  4. Fernanda Karina Somaggio, secretaria de Marcos Valério. Su agenda fue incautada por la Policía Federal y confirma la implicación de Valério con Delúbio Soares y con diversos diputados acusados posteriormente de implicación con el esquema de corrupción. Denunció también que los pagos eran hechos en maletas repletas de dinero.
  5. Renilda Soares, esposa de Valério. No añadió mucho a las investigaciones, pero denunció que José Dirceu tenía pleno conocimiento del esquema de corrupción de Valério, y que todo era hecho con su autorización.
  6. Banco Rural y BMG, bancos utilizados por Marcos Valério para sus operaciones. También son los bancos que hicieron los supuestos préstamos al PT, intermediados por Marcos Valério. Sobre estas entidades hay sospechas de beneficios indebidos por parte de políticas del gobierno, que les habría depositado recursos millonarios de fondos de pensión (caso del Banco Rural), además de haber otorgado preferencias sin explicación al banco BMG en la concesión de licencia para obtención de crédito vinculado al Instituto Nacional de Seguro Social (INSS). De hecho, el patrimonio y los recursos aplicados de estos bancos aumentaron siete veces durante el gobierno Lula.

Ascenso internacional y corrupción local

por Mario Osava / Fotos: Paulo Fridman / Carlos Humberto

No pudo terminar mejor 2009 para el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva: fue el centro de atención en variados encuentros internacionales y diversos medios del mundo lo eligieron figura del año. Según estiman varios analistas, la economía de su país está predestinada a dar el gran salto en 2014 para transformarse en la quinta mayor del mundo, aventajando a Gran Bretaña y Francia. Esto no quita que puertas hacia adentro, los escándalos de corrupción salpiquen al Senado y al Congreso. Aquí los pro y los contra de una nación que quiere dejar de ser la “eterna promesa”.

La euforia económica despertada por Brasil suena de forma más elocuente en el exterior. "Brasil despega", tituló la edición de la revista británica The Economist del 12 de noviembre. Luego, tanto el periódico español El País como el francés Le Monde eligieron al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como "el personaje del año". Además, Río de Janeiro fue la ciudad elegida para organizar los Juegos Olímpicos de 2016, dos años después de que este país sea sede de la Copa Mundial de Fútbol. Se suman el descubrimiento de gigantescas reservas de petróleo en el océano Atlántico, bajo aguas profundas brasileñas, y un futuro brillante parece abrirse a este país sudamericano de 192 millones de habitantes, hasta hace poco considerado como una "eterna promesa".

En lo interno, la popularidad de Lula cercana a 80% de los encuestados, confirma el entusiasmo y la confianza en un gobierno que cosecha resultados de siembras propias y heredadas. Han surgido incluso acusaciones de "culto a la personalidad", desatadas por el filme Lula, el hijo de Brasil, dirigido por Fabio Barreto, que cuenta la vida del presidente, especialmente su infancia. Antes de su estreno comercial el primer día de 2010, hubo exhibiciones especiales en Brasilia y en otras ciudades. Gran parte de esa popularidad se debe a programas sociales como la Beca Familia, que concede una pequeña ayuda monetaria mensual a 11 millones de familias muy pobres, pero fue decisivo el crecimiento económico que permitió crear 7,7 millones de empleos entre 2003 y 2008, los seis primeros años de su gobierno.

El impacto de la crisis financiera internacional golpeó con dureza a algunos sectores en el último trimestre de 2008. Sólo en diciembre de ese año, Brasil perdió 654.946 empleos formales, según datos del Ministerio del Trabajo. La recesión económica, técnicamente definida por la caída del producto interno bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos, sólo duró ese período mínimo en Brasil. Sin embargo, la recuperación no tuvo el ritmo esperado y la economía terminó en 2009 estancada, según proyecciones estadísticas basadas en datos ya conocidos. Pese a esto, el año pasado se generaron cerca de un millón de nuevos empleos formales, sobre todo en sectores volcados al mercado interno, como la construcción y el comercio, que compensaron con creces la fuerte caída de las exportaciones.

Para 2010 las previsiones menos optimistas indican un crecimiento del PIB de al menos 5%. Brasil reanudó un largo ciclo de expansión, según las autoridades económicas, un vaticinio confirmado por el gran apetito con que ingresan las inversiones extranjeras por todas las vías posibles. Ese flujo disminuyó poco después de que el gobierno adoptara, en octubre pasado, un impuesto de 2% a la entrada de capitales extranjeros, como forma de atenuar la sobrevaluación de la moneda nacional frente el dólar y de evitar "burbujas", especialmente en la bolsa de valores.

El hecho de destacarse como uno de los primeros países grandes en superar la crisis consolidó a Brasil como una de las principales naciones "emergentes" en el escenario internacional, con influencia y poder en las más diversas dimensiones de la agenda global, desde la economía hasta la seguridad, pasando por la cuestión climática. La imagen brasileña ya venía en ascenso, debido a su estabilidad democrática y económica, a la intensa acción diplomática ejercida por Lula y su cancillería y a la importancia de este país en distintas áreas, como la producción de alimentos y la protección ambiental.

Salir velozmente de la crisis financiera, aunque lejos de un crecimiento como el de China o India, reduce la distancia económica respecto de los países ricos. Lula y The Economist creen en la posibilidad de que Brasil se convierta en la quinta mayor economía del mundo en 2014, superando a Gran Bretaña y Francia. Pero la proyección internacional de Brasil no se debe a su economía, sino a un conjunto de dimensiones en las que este país se hizo relevante. Un ejemplo fue el discurso que pronunció Lula en Copenhague en diciembre último, condenando la falta de un acuerdo efectivo para mitigar el calentamiento global y ofreciendo un aporte al fondo que debería constituirse exclusivamente de recursos de países industrializados.

Brasil está destinado a liderar la transición de la era del petróleo a la "civilización de la biomasa", según Ignacy Sachs, el "ecosocioeconomista" que dirige el Centro del Brasil Contemporáneo en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (L'École des hautes études en sciences sociales) de París. El crecimiento económico de Brasil es muy inferior al de China, pero apunta más a la cooperación que a la explotación intensiva de recursos naturales ajenos, que fue característica del colonialismo. Como país mestizo, con fuertes lazos históricos con Africa, Europa y América Latina, además de numerosos inmigrantes árabes y asiáticos, sus amplias relaciones internacionales tienen justificaciones multidimensionales, que incluyen las étnicas, culturales y ambientales, además de las comerciales. Su influencia se extiende a áreas novedosas, como las llamadas tecnologías sociales, con soluciones colectivas y participativas para los viejos dramas de la pobreza y la desigualdad, y el amplio conocimiento sobre agricultura tropical desarrollado en las últimas décadas.

No todo es color de rosas

En el plano interno, 2009 fue un año de muchos altercados parlamentarios. El líder del Senado brasileño, José Sarney, estuvo a punto de clausurar su carrera política de 50 años, cuyo ápice fue la presidencia (1985-1990), al protagonizar el mayor escándalo de corrupción de 2009. Pero la supervivencia de Sarney amplió la imagen de impunidad de los políticos de este país. En mayo surgieron informaciones sobre medidas ocultas del Senado que favorecían a parientes y amigos de políticos. El escándalo estalló en junio, cuando el periódico O Estado de São Paulo reveló la existencia de más de 300 "actos secretos" para el nombramiento de nuevos funcionarios y aumentos salariales en beneficio de los "apadrinados".

Las denuncias se multiplicaron. Se hizo público que por lo menos 663 de esas medidas no publicadas estaban vigentes desde hacía más de una década. En ese lapso, Sarney presidió el Senado por dos bienios (1995-1997 y 2003-2005) y tres otros presidentes de la cámara alta tuvieron que renunciar para evitar la proscripción política debido a irregularidades cometidas. Varios parientes de Sarney estaban entre los beneficiados de los actos secretos, ejecutados por los directores generales, funcionarios de carrera de la institución que probablemente serán los únicos castigados, aunque resulte imposible que hayan actuado sin órdenes de los dirigentes políticos. Además, se descubrió que la cámara alta tenía 181 directores entre sus más de 10 mil funcionarios, incluyendo subcontratados y prestadores eventuales de servicios, y que 350 tienen remuneración superior a la máxima autorizada legalmente, que es la de los jueces del Supremo Tribunal Federal de Brasil.

El Senado se compone de 81 escaños, con tres representantes de cada uno de los 27 estados brasileños. Es la casa del federalismo. "La crisis no es mía, es del Senado que debemos preservar", se defendió Sarney, ante la avalancha de denuncias difundidas por la prensa, en las que aparecen dos de sus sobrinas y un nieto nombrados irregularmente y escuchas telefónicas comprometiéndolo con varios "actos secretos". Contribuyó decisivamente a salvarlo el apoyo activo del presidente Lula. "No se puede tratar a Sarney como a una persona común", justificó el mandatario, defendiendo la alianza que considera indispensable para las elecciones presidenciales de octubre de este año, entre su Partido de los Trabajadores (PT) y el del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Sarney comanda un sector importante del PMDB, aunque construyó su carrera entre los políticos que apoyaron la dictadura militar (1964-1985) y que hoy se encuentran mayoritariamente en otros partidos. Once pedidos para someterlo al Consejo de Etica del Senado, que podrían llevar a su inhabilitación política, fueron archivados sin debate, abortando una ofensiva de la oposición. El Senador Flavio Arns dejó el PT en agosto último declarándose "avergonzado" de pertenecer a un partido que "echó a la basura" su bandera ética al defender a Sarney.

El escándalo perdió repercusión en los meses siguientes y fue sepultado en noviembre, por lo menos en la prensa, por otro que puso en el banquillo al gobernador del distrito federal, José Arruda, acusado de distribuir "recompensas" a los diputados distritales con dinero obtenido ilegalmente de varias empresas. Las denuncias contra Arruda fueron hechas por el ex secretario de Relaciones Institucionales de su propio gobierno, Durval Barbosa, procesado en más de 30 causas judiciales por fraudes varios, que decidió colaborar con la policía para beneficiarse con la reducción de sus penas.

La operación de la Policía Federal, subordinada al Ministerio de Justicia, se desató con el título de "Caja de Pandora" y cuenta con muchas escuchas telefónicas y documentos que involucran a numerosos políticos y empresarios en la red de corrupción que habría favorecido a algunas empresas en las licitaciones. El escándalo ganó el apodo de "mensalão de Brasilia" (N. de la R.: Esquema de compra de votos de parlamentarios), por su similitud con el de 2005, que involucró a varios dirigentes del PT allegados a Lula, en supuestos pagos mensuales a diputados del oficialismo para asegurar sus votos en la aprobación de proyectos importantes.

Las denuncias provocaron renuncias de ministros y líderes del PT, sin la condena judicial de nadie hasta ahora, pero interrumpió la carrera de algunos políticos que eran apuntados como posibles sucesores de Lula, como el ex Jefe de la Casa Civil de la Presidencia, José Dirceu de Oliveira, y el ex ministro de Hacienda, Antonio Palocci. Arruda dejó el Partido Demócratas (DEM) para evitar la expulsión, perdiendo así condiciones para disputar la reelección en octubre de 2010. El escándalo debilitó al DEM, del que Arruda era el único gobernante estadual, y por ende la alianza opositora entre esa fuerza y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).

Sin embargo, fue el Poder Legislativo el más afectado por los escándalos de corrupción en 2009. Antes de la "crisis del Senado", que estimuló a quienes impulsan la extinción de esa cámara legislativa, cerca de la mitad de los 513 congresistas fueron involucrados en la llamada "jarana de los pasajes". Recursos públicos que les son entregados para viajar a sus lugares de origen y cumplir sus misiones parlamentarias, fueron destinados a viajes de turismo de parientes y amigos y a otros gastos de carácter personal. Algunos reconocieron el error y devolvieron el dinero, pero la mayoría justificaron sus irregularidades en la ausencia de reglas precisas para el presupuesto de sus oficinas parlamentarias.

En suma, 2009 terminó con el Poder Legislativo brasileño perdiendo credibilidad. Hay que aclarar que es una de las instituciones que siempre estuvieron entre las de menor confianza manifestada por la población en las encuestas.


Corrupción en Brasil

December 1st, 2005
El destituído Jose dirceu
El destituído Jose dirceu

Expulsaron de la política “a la mano derecha” de Lula
La crisis de corrupción en Brasil acabó por expulsar de la política a José
Dirceu, que fue la “mano derecha” del presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante los últimos quince años y perdió su escaño de diputado

El pleno de la Cámara Baja destituyó a Dirceu por 293 votos a favor y 192 en contra, en una sesión extraordinaria convocada después de que el Supremo
Tribunal rechazase el último recurso del líder izquierdista para evitar ser condenado al ostracismo.

Según la decisión legislativa, Dirceu no podrá ser candidato ni ocupar cargo público alguno hasta el año 2016, cuando, según recordó en su último discurso ante el Plenario, tenga 70 años de edad.

Lo que él mismo calificó de “infierno en vida” comenzó en mayo pasado, cuando el laborista Roberto Jefferson denunció la existencia de una red montada por el Partido de los Trabajadores (PT) para sobornar a diputados y construir así la mayoría parlamentaria que el Gobierno de Lula no obtuvo en las urnas en 2002.

El denunciante Roberto  Jefferson
El denunciante Roberto Jefferson

Según Jefferson, el “jefe” de ese “aparato de corrupción” era Dirceu, quien para entonces estaba a cargo del influyente Ministerio de la Presidencia, desde el que controlaba con mano de hierro todos los resortes políticos del gobierno.

En sus denuncias, Jefferson sostuvo que Dirceu sabía de todo y que tenía a
“aislado” a Lula, a quien exculpó de las corruptelas.

Preocupación de Lula
Preocupación de Lula

El líder laborista incluso provocó su renuncia al Gobierno. El 14 de junio pasado, Jefferson le instó por televisión: “José, sal de ahí y sal rápido, que harás de Lula un reo”.

Dos días después, el más influyente ministro de Lula renunció, aunque siempre ha negado todas las acusaciones.

Inmediatamente retomó su mandato de diputado, pero el Consejo de Etica de la
Cámara Baja le procesó por las mismas denuncias que le hicieron abandonar el
Gobierno.

Dirceu, abogado de 59 años, es uno de los líderes más representativos de la izquierda brasileña y su vida ha tenido trazos de novela, sobre todo en las décadas de los años 60 y 70, cuando en Suramérica imperaban las dictaduras.
Quien lo conoció en su juventud dice que su envidiable olfato político le convirtió en un respetado líder universitario.

Detenido en 1968, durante un congreso estudiantil, fue uno de los catorce presos que el régimen militar brasileño liberó un año después a cambio del embajador estadounidense, Charles Elbrick, secuestrado por la guerrilla que operaba en Brasil.

Se refugió en Cuba, donde fue entrenado como guerrillero y, según un ex comandante de la guerrilla brasileña, llegó a trabajar para el servicio secreto del presidente cubano, Fidel Castro.

En 1971 regresó a Brasil clandestinamente y con nuevo rostro, producto de una cirugía estética, para integrarse al “Movimiento de Liberación Popular”, inspirado por el régimen cubano, pero las armas no le gustaban y regresó a La Habana.
“Entrené guerrilleros, pero no me envolví. No era lo mío”, dijo Dirceu, que finalmente dejó Cuba en 1975 bajo la falsa identidad de Carlos Enrique
Gouveia de Melo, un supuesto empresario de origen judío.

Con ese nombre conoció y se casó con Clara Becker, quien sólo supo la verdad cuatro años después, cuando ya tenían un hijo y el Gobierno decretó una amnistía. Dirceu la abandonó para retomar la política.

Desde 1995 y hasta que Lula llegó al poder, fue presidente del PT y, junto con el actual jefe de Estado, dirigió el tránsito de esa formación desde el marxismo más radical a las posiciones moderadas de hoy, promoviendo sucesivas purgas de los llamados “radicales”.

Dirceu fue, en 2002, el principal artífice de la campaña electoral de Lula y su antiguo compañero le quiso tener bien cerca, en el poderoso Ministerio de la Presidencia.

Pero al viejo “guerrero del pueblo brasileño”, como lo definían unos carteles en su favor que todavía hoy cuelgan a las puertas del Congreso, se le cruzaron denuncias de corrupción similares a las que él profirió contra otros gobiernos y no pudo lidiar con ellas.

En su último discurso ante el Plenario, dijo que quería volver a su casa como diputado. No pudo y ahora deberá esperar al menos once años para realizar ese deseo.


Escándalo de corrupción alcanza al ministro de Economía de Lula



(IAR-Noticias) 22-Ag-05 EFE

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de  Brasil El escándalo de corrupción en Brasil, que ahora salpica al ministro de Hacienda, Antonio Palocci, puede causar cambios de nombres pero no de la política económica, advirtieron ayer asesores del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Palocci era hasta el viernes uno de los pocos bastiones del gobierno que no había sido alcanzado por las denuncias de corrupción que en junio detonaron la peor crisis política del país desde la que en 1992 provocó la renuncia del presidente Fernando Collor de Melo.

El ministro fue acusado por un ex asesor suyo de recibir comisiones de empresas particulares entre el 2001 y 2002, durante su segundo mandato como alcalde de Ribeirao Preto, a 319 kilómetros de Sao Paulo.

Palocci, que renunció a la Alcaldía para conducir la economía del país, fue acusado ante el Ministerio Público por el abogado Rogerio Buratti de recibir mensualmente 50,000 reales (unos $20,400) de empresas de recogida de basuras y de transferir las sumas al Partido de los Trabajadores (PT), que abandera Lula.

El ministro es el responsable de un diseño exitoso de expansión que este año puede llevar al país a un crecimiento superior al 3.4 por ciento inicialmente previsto y cercano al 5 por ciento en el 2006, año en que termina el mandato de Lula. Estos y otros resultados positivos de la economía han constituido hasta hoy el ''blindaje'' para un Lula cada vez más acosado por las acusaciones de sobornos a políticos aliados, tráfico de influencias, financiación irregular de campañas y hasta lavado de dinero que han provocado la caída de todos los miembros de la jefatura del PT.

La crisis, que también borró del mapa político a José Dirceu, ''el hombre fuerte'' del Gobierno y que le costó el estatus de ministro a Luis Gushiken, salpicó esta semana al ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, al ser involucrado en una trama de envío de remesas de dinero al exterior sin registros en el Banco Central.

La hipótesis de que Palocci no resista a las acusaciones han comenzado a discutirla en la prensa los asesores del gobierno y comentaristas políticos con el consenso de que el más firme candidato para dar continuidad a la política económica es el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Murilo Portugal.

Los primeros pasos de Portugal, de momento, apuntaron hacia los líderes de la oposición: los senadores Artur Virgilio, del Partido de la Social Democacia Brasileña (PSDB), y José Jorge del Frente Liberal (PFL), para pedir calma y recordar que las declaraciones de Buratti, reo en un proceso por extorsión, no contienen pruebas.

Su gestión tuvo efectos positivos inmediatos, pues Virgilio y Jorge cambiaron su deseo de convocar a Palocci a declarar en el Congreso por una actitud de mesura ante los nuevos sucesos.

Para los asesores del gobierno, el nuevo capítulo de la crisis política puede tener ''un lado positivo'', pues demostró que los ataques contra Palocci pondrían en serio riesgo a la economía.

Tras considerar que Palocci tiene credibilidad para resistir cualquier tipo de ataque, Lula ha emitido claras señales de que la política económica no cambiará por los efectos de la crisis.

''La economía se mantiene, porque estamos haciendo las cosas correctas'', ha pregonado el presidente brasileño en sus recientes apariciones públicas.

El gobernante ha manifestado su apoyo al ministro, quien, a través de una nota, negó las denuncias y convocó para hoy una conferencia de prensa en la que promete aclarar su situación.






Detienen a gobernador de Brasilia por corrupción

Fuente: EFE
Se entrega gobernador de Brasilia, José Roberto Arruda, a las autoridades, tras que Tribunal ordenara su detención preventiva por intento de soborno

BRASILIA, Brasil, feb. 11, 2010.- La decisión de la Justicia brasileña de ordenar este jueves la detención preventiva del gobernador del Distrito Federal de Brasilia, José Roberto Arruda, acusado de corrupción, abre un precedente en la lucha contra la impunidad en el país.

Arruda, de 56 años y sin partido político, se entregó este jueves en la sede de la Policía Federal, poco después de que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) ordenara su detención preventiva y la de cinco subalternos suyos, acusados de intentar sobornar a un periodista.

La denuncia del Ministerio Público Federal contra el gobernador y sus cinco colaboradores por los delitos de concierto para delinquir y corrupción de testigos fue la base para la orden de detención emitida hoy por el STJ, que también determinó que Arruda deberá abandonar el cargo.

"La prisión del gobernador José Roberto Arruda puede ser el marco histórico de la quiebra de la impunidad en la política brasileña. La Justicia actuó, como es su deber", manifestó en un comunicado el presidente de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), Ophir Cavalcante.

Según Cavalcante, la sociedad brasileña, acostumbrada a que los numerosos casos de corrupción descubiertos en el país se queden sin castigo "puede, al fin, acreditar que hay luz al final del túnel".

Esta es la primera vez en el régimen democrático brasileño que un gobernador es detenido en el ejercicio del cargo.

Sin embargo, la permanencia de Arruda en la cárcel depende del resultado que obtengan sus abogados con un pedido de hábeas corpus que presentaron ante el Supremo Tribunal Federal (STF) y que será analizado hoy mismo por uno de los magistrados de la máxima corte.

El gobernador está en el ojo del huracán desde finales de noviembre pasado cuando su ex secretario de Relaciones Institucionales Durval Barbosa divulgó unas escandalosas imágenes grabadas con cámaras ocultas en las que se ve a Arruda y a varios diputados y miembros de su gobierno negociando la partición de sobornos.

El dinero que se repartía a manos llenas era producto de coimas de empresarios que se beneficiaban de contratos con el gobierno de Brasilia, la capital brasileña.

Entre los que aparecen en las imágenes figuran altos cargos de la administración del Distrito Federal y diez de los 24 diputados regionales que desde entonces han bloqueado en la Asamblea Legislativa la apertura de cualquier juicio político al gobernador.

Pese a que no aparece en ninguna de las grabaciones, el escándalo ha salpicado también al vicegobernador Paulo Octavio Alves Pereira, que debe ocupar el lugar de Arruda, razón por la cual el procurador general de la República, Roberto Gurgel, pidió una intervención del Gobierno federal en la administración de la capital.

Presionado por el escándalo y por las protestas populares, Arruda abandonó el pasado diciembre el partido Demócratas, al cual pertenecía, pero a pesar de la orden de detención sigue aferrado al puesto y hoy envió una carta a la Asamblea Legislativa en la que pide licencia del cargo "por el tiempo que perdure esta medida coercitiva", según señaló.

Arruda, que hace nueve años tuvo que renunciar al Senado por otro caso de corrupción, dice en la carta ser víctima de una "campaña insidiosa" y aunque consideró la decisión del Superior Tribunal de Justicia de ordenar su detención como "impropia, absurda", subrayó que debe "acatarla".

En los videos que lo llevaron a la cárcel, ampliamente difundidos por la televisión, se ve cómo Arruda y los demás implicados negocian las coimas a recibir y algunos de ellos guardan enormes fajos de dinero en bolsas, los calcetines, o en la ropa interior.

Una de las imágenes que más indignó a los brasileños muestra a Barbosa y otros implicados en una oración para agradecer a Dios por los favores recibidos.

En su primera defensa tras la divulgación de los vídeos, Arruda dijo que el dinero recibido era para comprar panetones (pan navideño) para regalar a los necesitados de Brasilia, mientras que que otro implicado dijo que había usado el dinero para pagar fotografías de personas pobres que no tenían siquiera documento de identidad.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no se ha pronunciado sobre la detención, pero según distintos medios locales, asesores suyos dijeron que el mandatario recibió la noticia con tristeza porque considera que no es bueno para el país que un gobernador vaya preso.






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26/10/2008 free counters