Los choques más graves se han producido en Pando y Santa Cruz, regiones rebeldes que cuestionan el poder del presidente y quieren separarse
AGENCIAS - La Paz - 12/09/2008
El fantasma del conflicto civil planea sobre Bolivia. Al menos ocho personas han muerto y otras 34 han resultado heridas en los choques registrados este jueves entre partidarios del Gobierno indigenista de Evo Morales y seguidores de la oposición autonomista, según han informado fuentes gubernamentales, que no descartaron que la cifra de muertos fuera mayor.
Los enfrentamientos más graves han tenido lugar en una zona rural de la región amazónica de Pando, en el norte del país. El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, ha afirmado de la llegada a la morgue de Cobija, la capital de Pando, de ocho cuerpos con impactos de bala.
Este responsable ha asegurado que se trata de una "masacre perpetrada en contra de campesinos" a cargo de "sicarios" y "funcionarios de la Prefectura (Gobernación)" de Pando, que portaban "armas de guerra". Llorenti ha responsabilizado directamente de las muertes al gobernador de Pando, el autonomista Leopoldo Fernández. Éste, en declaraciones a la televisión, ha admitido que la situación en su región es "incontrolable", "escapa al control de las autoridades" y ha asegurado que se ha instaurado el "caos y anarquía".
Pocas horas después la violencia se ha trasladado a Santa Cruz. En esta provincia opositores autonomistas se enfrentaron en la capital con simpatizantes de Evo Morales en el barrio del Plan 3000, considerado un enclave oficialista. Casi todos los accesos a este humilde barrio permanecían cortados desde última hora de la tarde por miembros de la opositora y radical Unión Juvenil Cruceñista (UJC), que llegaron hasta este lugar para enfrentarse a sus habitantes en una ciudad que es considerada el feudo de la oposición a Morales.
Según vecinos de esta barriada, la policía intervino y dispersó a los jóvenes "unionistas" cuando, al parecer, se disponían a arrasar las dos calles de humildes casetas metálicas que sirven de zona comercial en el barrio.
La violencia daña la economía
Las protestas contra el Gobierno de Morales se iniciaron hace más de dos semanas cuando los prefectos (gobernadores) y dirigentes cívicos de las regiones rebeldes de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca anunciaron medidas de presión para exigir la devolución de una renta petrolera que antes recibían sus regiones. El Gobierno de Morales recortó en enero este ingreso regional para pagar una ayuda directa a los ancianos de todo el país.
Estos opositores coinciden, además, en reclamar un régimen autonómico para sus regiones y en su rechazo frontal a la nueva Constitución con la que Morales pretende refundar Bolivia.
Los radicales autonomistas también tomaron hoy varias instalaciones gasísticas del sureste boliviano y provocaron una importante restrición en el envío del energético hacia Brasil que luego se solventó, garantizando la exportación de gas hacia el país vecino al 90%.
Sin embargo, la exportación de gas hacia Argentina, unos dos millones de metros cúbicos diarios, fue cortada totalmente esta mañana debido a la ocupación de una planta en la región de Tarija (sur) por parte de los manifestantes.
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