El nivel de contaminación es 1.850 veces superior al límite permitido.- El agua radiactiva dentro de la planta impide a los trabajadores continuar las labores para restaurar los sistemas de refrigeración.- Detectada en el reactor 2 una radiación 10 millones de veces superior a la normal.- El número de fallecidos es ya de 10.500
JOSE REINOSO | Tokio (Enviado Especial) 27/03/2011
Consulta el especial: Días de pesadilla para Japón
Rafael Grossi, subdirector general adjunto del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), decía ayer mismo a este periódico que la situación en la central de Fukushima es grave y que "en cualquier momento" puede degradarse. Y las noticias que llegan desde Japón no suben los ánimos. El agua radiactiva dentro de la planta impide a los trabajadores la restauración de los sistemas de refrigeración de la central nuclear, algo fundamental para evitar la fusión de los núcleos. Los técnicos que trabajaban en el reactor 2 han tenido que ser evacuados, informa Tepco, después de que se detectaran en él niveles de radiación 10 millones de veces superiores a los normales.
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Estado de los reactores de la planta nuclear de Fukushima I
GRAFICO - El Pais - 25-03-2011
- MARIANO ZAFRA / ANTONIO ALONSO
Tokio dice que la temperatura de los reactores se ha estabilizado
Además, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa ha informado esta madrugada (hora española) de que los niveles de yodo radiactivo en el agua de mar recogida en las inmediaciones de la central nuclear de Fukushima-1 supera ya en 1.850 veces el límite legal. Las muestras tomadas ayer mostraban unos niveles 1.250 veces superior al límite.
El portavoz de la Agencia, Hidehiko Nishiyama, ha señalado que las fugas de los reactores son las responsables de estos altos niveles de radiación, ya que el agua que ha llegado al mar había estado previamente acumulada en los edificios que alojan las turbinas. Nueva información que se unen a los nuevos datos de víctimas que la policía japonesa facilita a diario. El último balance cifra en 10.489 los fallecidos, mientras que otras 16.621 personas se encuentran aún desaparecidas. Además de unas 240.000 personas refugiadas en 1.900 centros de evacuación a raíz del desastre, que supone la peor crisis de Japón tras la II Guerra Mundial.
Cuando el nivel conocido ya era una potencial amenaza para el mar con 1.250 veces más de radiactividad que el límite legal, el portavoz de la agencia de seguridad nuclear japonesa, Hidehiko Nishiyama, ya confirmaba que se trataba de un nivel "relativamente alto". Además de contaminar el agua, las fugas radiactivas como consecuencia de los problemas en la central han contaminado agua, verduras y leche -lo que ha llevado a muchos países a prohibir la importación de productos de la zona- en las prefecturas vecinas.
Las mediciones facilitadas por Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera Fukushima, suponen un incremento importante de la radiación en el agua del mar respecto a las efectuadas el martes, cuando el nivel de yodo 131 fue de 126 veces el tope legal, y el jueves, cuando fue 145 veces más alto. Fueron realizadas a 330 metros de la costa.
Beber medio litro de agua dulce con el actual nivel de radiactividad expondría a una persona a la dosis máxima permitida en un año, según Nishiyama, quien descartó que la contaminación suponga una amenaza para la vida marina y la seguridad en el consumo de pescado. "Hablando en general, el material radiactivo soltado al mar será dispersado por las corrientes, así que haría falta mucho más para que las algas y la vida marina lo absorbieran", afirmó.
También dijo que, dado que el tiempo en que el yodo radiactivo se reduce a la mitad es de ocho días, "para cuando la gente coma productos del mar, las cantidades habrán disminuido probablemente de forma significativa".
Sin embargo, Tepco aseguró que los niveles de cesio 137, que tiene un ciclo de reducción de unos 30 años, eran 79,6 veces el máximo legal. El Gobierno aseguró que a 30 kilómetros de la costa, los niveles de yodo 131 estaban dentro de los límites aceptables.
Aunque las palabras de Nishiyama intentan enviar un mensaje de tranquilidad a la población, el anuncio del aumento de radiactividad en el mar provocará probablemente una nueva señal de alerta internacional. Varios países, como Estados Unidos, Australia, Singapur y Rusia, han prohibido la importación de alimentos procedentes de las prefecturas cercanas a Fukushima I, después de que fueran detectadas altas dosis de radiación en la leche y una docena de tipos de verduras de esta zona. Algunos Gobiernos habían puesto ya bajo vigilancia las importaciones de pescado y marisco japonés, unas medidas que probablemente ahora se intensificarán.
En la central, los técnicos continuaron trabajando para estabilizar los reactores, tras las sospechas surgidas el viernes pasado de que la unidad 3 -de un total de seis- podría haber sufrido una grieta.
La agencia de seguridad nuclear dijo ayer que la temperatura y la presión en todos los reactores se han estabilizado. Tras haberlos rociado durante días con agua de mar para bajar la temperatura -lo que estaría en el origen de la actual contaminación del agua-, los ingenieros han comenzado a bombear agua dulce para evitar los efectos corrosivos del agua salada. Estados Unidos ha enviado dos barcazas con agua desde una de sus bases navales, cercana a Tokio.
En el noreste del país, los equipos de rescate siguen buscando cadáveres entre la devastación causada por el terremoto y el tsunami, mientras más de 250.000 personas siguen en campos de desplazados. Sin embargo, la distribución de ayuda y comida y el servicio de electricidad han mejorado.
En Tokio, la vida ha vuelto en gran medida a la normalidad, aunque algunos japoneses y extranjeros siguen aún en el sur del país o en el extranjero. Los supermercados continúan con problemas de abastecimiento de agua mineral, ya que la población ha acaparado botellas tras la detección temporal en el agua del grifo de la capital de niveles de radiación superiores a los admisibles para los bebés.
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