Ante la llegada de por lo menos otros 30 centímetros (un pie) de nieve en zonas como Washington, Filadelfia y Nueva York, las preguntas podrían esclarecerse pronto.
El gobierno federal en Washington D.C. ha estado cerrado virtualmente desde el viernes por la tarde, cuando una gran tormenta dejó más de un metro de nieve en algunos sectores de la región.
Las oficinas podrían permanecer cerradas por lo menos hasta el miércoles.
La tormenta podría depositar hasta 50 centímetros (20 pulgadas) de nieve en Washington y otros 45 centímetros (18 pulgadas) cerca de la ciudad de Filadelfia, un punto crucial para el transporte en el noreste de Estados Unidos, para el miércoles por la noche.
Fuertes ventiscas se comenzaron a sentir en la costa Este de Estados Unidos desde la tarde del martes.
Hasta ahora, los efectos han sido mínimos. Muchos servicios esenciales del gobierno se llevan a cabo en oficinas en otras partes del país, y de todos modos, el 85% de los empleados federales trabajan fuera de la región de Washington.
Otros seguían trabajando desde sus casas a pesar de la tormenta.
Una vocera del Servicio de Recaudación Interna de Estados Unidos (IRS por sus siglas en inglés) indicó que las declaraciones de impuestos no deberán verse afectadas.
"Todo lo que resulte delicado será resuelto", indicó Linda Springer, ex directora de la Oficina de Control de Personal, que controla una fuerza laboral de casi dos millones de trabajadores federales.
En tanto, en otras regiones, el clima estaba causando estragos.
Las aerolíneas que debieron cancelar vuelos a la capital el fin de semana advirtieron que deberían suspenderse más viajes y que los pasajeros que no salieran la noche del martes probablemente ya no lo harían sino hasta después de la tormenta.
Otras zonas, incluyendo partes de Maryland, habían quedado bajo casi un metro (tres pies) de nieve tras la primera tormenta.
Un científico dijo que si toda la nieve caída sobre la costa este se derritiera, llenaría 12 millones de piscinas olímpicas o 30.000 edificios como el Empire State. Con 22,5 centímetros (nueve pulgadas) más de precipitación, Filadelfia y Washington D.C. tendrán su invierno más nevado desde que se comenzaron a registrar estos datos en 1884.
Decenas de miles de casas y negocios seguían sin electricidad y las compañías proveedoras dijeron que, debido a la gran cantidad de nieve en las calles, sus cuadrillas tenían problemas para arreglar los cables caídos antes de la próxima tormenta.
El Senado se reunió apenas por unos minutos el lunes y la Cámara de Representantes anunció que suspendería sus actividades por el resto de la semana.
Varias audiencias y reuniones fueron canceladas, entre ellas una que se tenía programada para el miércoles en torno a las exigencias para revisión de los autos Toyota.
Oficinas de la Comisión Federal de Comunicaciones y de la Comisión Federal de Comercio cancelaron audiencias y anuncios programados debido a la tormenta.
El cierre de estas oficinas por un día le cuestan al gobierno unos 100 millones de dólares en productividad perdida y en otros costos relacionados.
La Casa Blanca decidió trasladar por un día el concierto para celebrar el Mes de la Historia Negra, en el que actuarían Bob Dylan, Smokey Robinson y Natalie Cole. Estaba programado para el miércoles, pero se llevará a cabo el martes por la noche.
La segunda tormenta pasó por el centro-oeste del país la mañana del martes, donde obligó a cerrar escuelas y dejó las calles resbalosas desde Indianápolis hasta Chicago.
Fuertes vientos y gran cantidad de nieve llegaban a la costa este por la tarde del martes y para la noche del miércoles podrían cubrir Washington y Filadelfia.
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