Uribe se trasladó a Ituango para presidir un consejo de seguridad. |
El gobierno de Colombia responsabilizó a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por el atentado con explosivos en un pueblo del noroeste del país que dejó siete muertos y 52 heridos.
Al mismo tiempo ofreció una recompensa de unos US$270.000 por los guerrilleros que activaron la bomba en Ituango, departamento de Antioquia, en momentos en que se celebraba la fiesta anual de la localidad.
El artefacto había sido colocado en un recipiente de basura de una calle peatonal y detonó en la noche del jueves en momentos en que muchas familias se encontraban festejando en las calles del pueblo.
El presidente, Álvaro Uribe, se trasladó a Ituango, a unos 600 kilómetros de Bogotá, acompañado de su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, para celebrar un consejo extraordinario de seguridad.
Frente 18
A su llegada, Santos dijo lamentar lo que calificó de "acto terrorista, cobarde y con sevicia".
Responsabilizó además al Frente 18 de las FARC por el ataque y dijo que "aparentemente" el responsable de la detonación, a través de un teléfono celular, fue detenido y está en poder de la policía.
Por su parte, el comandante de la policía colombiana, Luis Eduardo Martínez, consideró que el atentado fue perpetrado como respuesta a la campaña del gobierno de erradicación de plantaciones ilícitas de coca.
El gobierno lamenta mucho este acto terrorista, cobarde y con sevicia. Juan Manuel Santos, ministro de Defensa |
Debilidad
Del consejo extraordinario de seguridad, que se llevaba a cabo este viernes en Ituango, participan también el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos y los jefes de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla y del Ejército Nacional, general Mario Montoya.
Antes de partir desde Bogotá, el presidente Uribe había dicho que el objetivo era adoptar medidas "tras el acto terrorista y prevenir otras acciones que afecten a la población civil".
El ataque se produce en momentos en que la guerrilla de las FARC aparece en uno de sus estapas más débiles, no sólo por la muerte de tres de sus principales jefes sino también por la creciente deserción en sus filas.
La situación es aprovechada por Uribe para mostrar que su campaña, apoyada por el gobierno de Estados Unidos, está rindiendo frutos.
A pesar de que Washington aportó más de US$5.000 millones en los últimos ochos años, principalmente en ayuda militar, para combatir el narcotráfico y los grupos rebeldes, Colombia sigue siendo el primer productor mundial de cocaína.
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