Aunque el viernes 01/04 el primer ministro japonés, Naoto Kan, cambió el mono de trabajo por un traje que señalaba un cambio en la crisis japonesa, el domingo 03/04 el Gobierno ha advertido de que pueden pasar "varios meses" antes de que cesen las filtraciones radiactivas de la central de Fukushima. Según informa la agencia local Kyodo, el Ejecutivo ha asegurado que es inevitable que la batalla sea "larga".
El ministro portavoz,
Yukio Edano, citado por la agencia Kyodo, dijo que
el Ejecutivo japonés estudia incrementar la ayuda a los evacuados en las inmediaciones de la central, donde se ha decretado un área de exclusión en un radio de 20 kilómetros.
Más de 3 semanas después del gran terremoto que desató la crisis nuclear, los operarios continúan sus trabajos día y noche para controlar 4 de los 6 reactores de la planta de Fukushima Daiichi, cuyo sistema de refrigeración resultó dañado por el tsunami que siguió al temblor.
El Gobierno japonés sostiene que la radiactividad detectada hasta el momento en las inmediaciones de la planta de energía atómica no conlleva un peligro inmediato para la salud más allá del área evacuada.
El portavoz ha añadido que los análisis efectuados a niños residentes a una distancia de 20 a 30 kilómetros de la central no muestran ninguna evidencia de que hayan sido expuestos a niveles excesivos de radiactividad. Según la televisión pública NHK, los análisis se realizaron entre el 28 y 30 de marzo entre 900 niños y adolescentes de hasta 15 años.
En la planta, los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO), la empresa operadora, localizaron el sábado una grieta de unos 20 centímetros por la que se filtra al mar agua con una elevada radiactividad.
Los intentos por cubrir la grieta con hormigón no tuvieron éxito, por lo que este domingo tienen previsto inyectar polímeros en polvo altamente absorbentes para tratar de detener el escape.
El viernes 01/04, el primer ministro Naoto Kan dijo que es "difícil" determinar cuándo concluirá la crisis de la planta de Fukushima y señaló que el Gobierno está preparado "para cualquier situación posible y concebible".
Mientras los técnicos luchan contrarreloj para sellar la brecha abierta en el reactor Nº2 de la central que filtra radiactividad al mar, los operarios que se juegan la vida día a día han recibido un duro golpe.
Los 2 trabajadores que realizaban operaciones de contención en la central nuclear que se encontraban desaparecidos desde el 17/03 han aparecido muertos en el interior de la central, según ha informado la Tokyo Electric Power Company (Tepco), la compañía nacional energética encargada de la gestión de la planta, según la agencia de noticias japonesa Kiodo.
La tragedia se une al último revés que ha sufrido el operativo desplegado en la central. Tepco ha informado que no ha podido sellar con hormigón la brecha descubierta en el reactor 2 y por donde se filtra radiactividad al mar.
Los técnicos de la operadora japonsesa intentarán ahora tapar la brecha con polímero en polvo, que tiene un gran poder absorbente. Vista la marcha de los trabajos en la planta, el portavoz Edano ha admitido que todavía "se tardarán meses" en controlar la radiactividad que emana de la central de Fukushima.
Preocupación por los trabajadores
Son muchos los peligros a los que se enfrentan unos trabajadores que ya son considerados héroes por la sociedad japonesa.
De ahora en adelante formarán parte de los estudios con que los científicos tratan de precisar cómo incide en la salud la exposición a dosis bajas de radiactividad: al menos 21 operarios pertenecientes al retén que permanece en Fukushima para intentar controlar los reactores de la planta ya sufren una aceleración en el ritmo de alteración del ADN por efecto de la radiación.
Así lo informó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que detalló por primera vez el número de trabajadores de Fukushima que ya han recibido una dosis superior a los 100 milisieverts (mSv), el umbral a partir del cual se considera que la radiactividad afecta la salud, informa Ferran Balsells
Los datos de la policía nipona sobre la cifra de víctimas recuerda la crudeza del terremoto y el posterior tsunami del pasado qq de marzo. El último recuento oficial, eleva hasta 12.009 los muertos y a 15.472 los desaparecidos.
La situación en muchas ciudades del noroeste del país sigue siendo dramática. Las autoridades de Minami Sanriku, una de las más afectadas por el tsunami, evacuará a 1.100 personas a otras localidades. Más de 9.400 residentes se encuentran alojados en los refugios improvisados en la ciudad
Un asesor del primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo que la prioridad del Gobierno es detener las filtraciones de radiación que están asustando a los japoneses, interfiriendo con los trabajos y alejando a los turistas.
"Nosotros no hemos escapado de la situación de crisis, pero se ha estabilizado en parte", dijo Goshi Hosono, un legislador del partido gobernante y asesor de Kan. "La principal preocupación del pueblo japonés es cuándo se detendrá la filtración de sustancias radiactivas".
El operador de la planta Tokyo Electric Power Co (TEPCO) halló una grieta en un pozo de hormigón en su reactor número 2 en el complejo Fukushima Daiichi durante el fin de semana, la que generaba lecturas de 1.000 milisieverts de radiación por hora en el aire.
La filtraciones no pararon después de que se vertiera cemento en el pozo, y TEPCO recurrirá a polímeros que absorban agua para evitar que salga más contaminación.
"Nosotros esperamos que los polímeros absorban el agua y llenen la cañería para evitar que fluya agua", dijo Hidehiko Nishiyama, vicedirector general del Organismo de Seguridad Industrial y Nuclear (NISA, por su sigla en inglés).
El dijo que los más recientes esfuerzos por detener el flujo de agua radiactiva al Pacífico comenzarían en la tarde del domingo y que los trabajadores taparían los polímeros con más cemento para bloquear el agua.
Funcionarios creen que la grieta podría ser la fuente de las filtraciones de radiación que ha interferido con los esfuerzos para controlar el complejo de seis reactores y ha hecho que los niveles de radiación en el mar superen en 4.000 veces el límite legal.
Para enfriar el dañado reactor número 2, los ingenieros están estudiando alternativas para bombear agua, incluido un improvisado sistema de aire acondicionado, rociar las barras de combustible del reactor con agua vaporizada o utilizar el sistema de limpieza de la planta.
1er. ministro presionado
Mientras el desastre que ha dejado cerca de 28.000 personas muertas o desaparecidas entra en su 4ta. semana, Kan recorrió el sábado los pueblos litorales devastados en el norte de Japón, ofreciendo a los refugiados el apoyo del Gobierno para reconstruir sus casas y recuperar su estilo de vida.
"Será una especie de larga batalla, pero el Gobierno estará trabajando duro junto a ustedes hasta el final", dijo el 1er. ministro a la gente en un refugio en Rikuzentakata, un puerto pesquero destruido por el tsunami que ocurrió el 11/03 después de un poderoso terremoto, según lo citó la agencia de noticias Kyodo.
Impopular y bajo presión para que renunciara o convocara unas elecciones anticipadas antes del desastre, Kan ha sido criticado por su gestión de la crisis humanitaria y el desastre nuclear. Algunos sobrevivientes del tsunami dijeron que él fue a visitarlos demasiado tarde.
Kan también entró en una zona de evacuación de 20 kilómetros y visitó la aldea J, dentro de la zona, un recinto deportivo que sirve como cuartel general para los equipos de emergencia que intentan enfriar los reactores de la planta Fukushima Daiichi.
Los operadores de la planta no están cerca de recuperar el control de los reactores dañados, mientras las barras de combustible se sobrecalientan y los altos niveles de radiación fluyen al mar.
Japón enfrenta un total en daños que podría superar los US$ 300.000 millones, el desastre natural más costoso en la historia del mundo.
El Fondo Monetaria Internacional (FMI) dijo que la economía japonesa sufriría un duro golpe a corto plazo y que no podría descartar una nueva intervención del yen.
Las consecuencias para la tercera mayor economía del mundo suponen una caída de las manufacturas a un mínimo de dos años. Cortes de electricidad y los daños del terremoto han afectado las cadenas de suministros y la producción.
Agricultores en las tierras que rodean al reactor temen que los consumidores de Japón rechazarán sus cosechas.
"Cultivado en Fukushima" se ha convertido en una etiqueta de advertencia para las personas nerviosas por la radiación, que ya ha sido detectada en algunos vegetales cosechados cerca de la planta nuclear.
"No hay forma de que podamos vender algo", dijo el campesino Akio Abiko, de 73 años. "La gente en Tokio está demasiado sensible sobre este tipo de cosas", agregó.
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