Manifestantes marroquíes de diversos grupos sociales se han congregado en Casablanca, en una concentración pacífica. (EFE / Zacarías García)
" class="article-photo photo _620x282 imagebox cboxElement" rel="imagenes" style="height: 282px;" target="_blank">- Los jóvenes convocantes del 'Movimiento 20 de Febrero' insisten en que su país necesita ya "una Constitución democrática".
- Las protestas están apoyadas por una veintena de ONG.
- El régimen de Mohamed VI reconoce el derecho a manifestarse, pero hace responsables a los organizadores de "las repercusiones de posibles deslices".
- MAPA: Los países árabes inician una revolución
Miles de marroquíes salieron este domingo a las calles de la capital de Marruecos, Rabat, y de la mayor ciudad del país, Casablanca, para reclamar reformas democráticas que incluyen un cambio de la Constitución, y la disolución del Gobierno y el Parlamento.
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Los antidisturbios desalojan a los manifestantes en la plaza de las Naciones de Tánger. #20 feb #Maroc http://t.co/JWwZKE8
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thugs in Marrakech and Huceima stole my happiness@feb20 #Morocco @Moroccan4Change
Unas 4.000 personas se concentraron en la plaza Bab Alhad de Rabat, y cerca de 2.000 manifestantes se reunieron en el centro de Casablanca, en una jornada marcada por las fuertes lluvias y el mal tiempo.
Las fuerzas de seguridad se mantienen en un segundo planoTras el inicio de las manifestaciones a las 10.00 hora local, se fueron incorporando más personas a ambas concentraciones, en las que no dejaron de gritar consignas contra la corrupción y en demanda de más libertad.
Las fuerzas de seguridad se mantienen en un discreto segundo plano, aunque su presencia es palpable en las principales calles de ambas ciudades.
En Rabat, la principal arteria de la ciudad, el bulevar Mohamed V, ha sido despejado de vehículos, y furgonetas de la policía se encuentran en las calles aledañas.
En ambas concentraciones se han coreado consignas contra el presidente libio, Muamar al Gadafi, a quien los manifestantes calificaron de asesino.
También se ha repetido en todas las concentraciones la demanda de una nueva Constitución para Marruecos.
Aferrado a su paraguas, como la mayoría de los presentes en la plaza Bab Alhad de Rabat, Mohamed Haghcham, desempleado, protestaba contra los actuales gobernantes y los consejeros del rey Mohamed VI.
"Los colegas del rey no sirven para gobernar el país, porque son niños", dijo Haghcham, quien también se mostró optimista acerca de la llegada de las reformas a Marruecos.
Las manifestaciones se extienden por el país
Las manifestaciones que han tenido lugar este domingo en Rabat y Casablanca se extendieron a otras ciudades importantes de Marruecos, como Fez, Marraquech y Tánger.
En Tánger unos 6.000 manifestantes, según estimaciones de los organizadores (450 según fuentes oficiales), se reunieron en la plaza Beni Makada y gritaron consignas contra la corrupción y en demanda de más libertad.
Fez, Marraquech y Tánger piden reformas sociales, democráticas y constitucionales Abdelmunaim Musaui, dirigente de la Coordinadora Nacional de la Lucha Contra El Aumento de los Precios y El Deterioro de los Servicios Públicos, que participa en la protesta de Tánger, destacó la presencia en la manifestación de numerosas organizaciones de tendencias políticas variadas.
En la ciudad de Marraquech, otras 7.000 personas, según los organizadores (800 según fuentes oficiales), se concentraron en la plaza Bab Dukala y corearon consignas reclamando reformas democráticas profundas en Marruecos.
En la ciudad de Fez, alrededor de 4.000 personas, según los organizadores, salieron a las calles para concentrarse en la Plaza Florencia a pesar de las lluvias y del temporal.
También se han registrado protestas en otras ciudades del país, como Oujda, Alhucemas, Kenitra y Larache. El Gobierno marroquí ha reconocido que hubo manifestaciones en al menos 12 ciudades del país contra el régimen de Mohamed VI.
Según el presidente de la sección local de la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos (AMDH), Mohamed Ulad Ayad, "los manifestantes, entre los que hay una presencia masiva de jóvenes, pidieron reformas económicas, sociales y constitucionales".
Disturbios en algunas ciudades
Grupos de alborotadores e incontrolados han protagonizado disturbios en varias ciudades marroquíes dentro de la jornada de protestas que se viven en todo el país para reivindicar reformas democráticas que fue convocada por un grupo de jóvenes a través de Internet.
Los sucesos más graves se han registrado en las ciudades de Larache (noreste del país) y Alhucemas (norte) donde se han producido saqueos de agencias bancarias, ataques con piedras a comisarías y comercios, e incendios de vehículos.
Internet, el campo de batalla
Mientras partidos políticos y medios de comunicación lanzan el mensaje prácticamente unánime de que el caso marroquí es diferente al de los demás países árabes, los jóvenes convocantes de las protestas a través de Facebook (el 'Movimiento 20 de Febrero') insisten en que su país necesita ya "una Constitución democrática".
Hasta ahora, Internet ha sido el principal campo de batalla entre los partidarios de una profunda reforma constitucional y quienes defienden una monarquía ejecutiva, como la actual, al tiempo que alertan sobre los riesgos de la inestabilidad.
Los sabotajes en los grupos de Facebook han sido habituales hasta el último momento, según denunció Osama el Jlifi, creador de una de las páginas que llaman a la movilización.
Frente al 'Movimiento 20 de Febrero' han proliferado otros grupos en las redes sociales como 'No toques a mi rey', en el que se defiende con todo tipo de argumentos el "statu quo" del país magrebí.
El Gobierno permite las manifestaciones
El Marruecos oficial ha reconocido el derecho a las manifestaciones, sobre todo si son sociales, pero ha sembrado dudas sobre los convocantes de las protestas, más aún después de que el ilegalizado movimiento islamista Al Adl wal Ihsan (Justicia y Caridad) anunciase que va a participar en ellas.
El partido nacionalista Istiqlal, del primer ministro marroquí Abás el Fasi, hizo este sábado responsables a los organizadores de las protestas de "las repercusiones de posibles deslices" y rechazó las manifestaciones "que no se acomodan a la práctica democrática", según un comunicado difundido por la agencia oficial MAP.
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas y líder de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), Salahedin Mezuar, alertó de que Marruecos se arriesga a "perder en unas semanas lo que hemos conseguido en los diez últimos años", y avisó sobre los peligros para la inversión, en un encuentro con jóvenes del partido.
Tan sólo alguna figura aislada, como el ministro de Industria, Ahmed Reda Chami, de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, ha mostrado una posición algo más ambigua.
Apoyo en redes sociales
En su página de Facebook, Chami asegura que "manifestarse por sus ideas es un derecho fundamental" y añade que "Marruecos sigue teniendo necesidad de concluir las reformas políticas, económicas y sociales".
Las protestas están apoyadas por una veintena de ONG (entre ellas la influyente Asociación Marroquí de Derechos Humanos), tres partidos de izquierda, los islamistas de Justicia y Caridad, y han recibido el apoyo, entre otros, de una lista que engloba a muchos de los periodistas más combativos e independientes del país.
Del viernes al sábado se registraron incidentes aislados en algunas ciudades del país Aunque las calles de Rabat presentaban este sábado un aspecto normal, algunas ciudades marroquíes conocieron durante la noche del viernes al sábado incidentes aislados, como en Tánger (norte), donde cientos de manifestantes protestaron en el centro de la ciudad contra los elevados precios de la electricidad y el agua.
Tras la manifestación, un grupo de esos jóvenes atacó con piedras la fachada de la comisaría principal del segundo distrito en el barrio periférico de Al Auama, en esa ciudad, según informaron a Efe fuentes de las autoridades locales.
Los manifestantes también incendiaron parcialmente una agencia de Amendis, filial marroquí de la francesa Veolia, que está encargada de la distribución de agua y electricidad en Tánger, así como la sucursal de un banco.
También se registraron protestas en Asila (norte) contra el alcalde de la ciudad, Mohamed Benaisa, y en El Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, donde fuentes saharauis señalaron que hubo choques entre grupos de jóvenes independentistas y la policía.
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