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sábado, 6 de março de 2010

"No seré yo quien se pegue al brillo de un Oscar que es de mucha gente"


Antonio Banderas


El corto 'La dama y la muerte', que él produce para Kandor estudios, compite en los Oscar como mejor cortometraje de animación

Marta Caballero
Qué majo es Antonio Banderas, que llama desde Nueva York el hombre y a los cinco minutos uno cree que habla con su tío el que se fue a vivir a América. Tiene un aire de hijo pródigo, o de astronauta. ¿Es que a alguien le cae mal? Está lo más lejos de ser un estirado o un divo al habla. Al contrario, le mueve al actor, director y productor el cometido de devolver riqueza a su tierra, así que cálidamente atiende a los medios para promocionar La dama y la muerte, simpático corto de animación que él produce para el estudio granadino Kandor Graphics y que está nominado a los Oscar (el Goya ya lo ganó). El de Málaga y el de Melanie, que mientras rueda barbudo con Soderbergh trama una sobre Boabdil, el último rey de Granada, habla de los animadores de esa empresa como “los chavales” y asegura que el premio, de ganarlo este domingo, es más de ellos que de él. Esto a pesar de que las últimas semanas haya puesto Hollywood patas arriba para buscar votos. ¿Es simpático o no?

PREGUNTA.- Enhorabuena por la candidatura de La dama y la muerte. ¿Juegan con muchas posibilidades?
RESPUESTA.- Obviamente la candidatura no es mía sino de todo ese grupo de profesionales a los que cariñosamente llamo "los chavales", que son como unos ochenta. No sé qué decirte de lo del Oscar, estas cosas es mejor no pensarlas. En nuestra candidatura hemos tratado de dar un mensaje muy claro para que los miembros del jurado vayan a ver la película. De las 5.000 posibilidades de voto sólo 500 se dan a este tipo de premios, porque implica para los miembros del jurado tener que desplazarse para votar por las propuestas. Yo mismo tampoco he podido votar por mi película porque he estado fuera de Los ángeles. Qué injusticia, ¿no? De todas formas, hemos animado mucho a la gente a que vaya a verlo porque creemos que nuestro corto puede competir.

P.- ¿Cuáles son las armas con las que juega el corto en su grupo de nominados?
R.- Lo mejor, la gran baza, es que en nuestro grupo no hay nominado ningún corto norteamericano. Son todas producciones europeas. Creo que nuestra apuesta es humilde, pero tiene mucha imaginación. Nuestras competidoras son, como La dama y la muerte, apuestas de futuro, de empresas que han adquirido la nueva tecnología y están entrenándose con cortometrajes. Así lo hicimos en Kandor Moon, para que los chicos probaran.

P.- El siguiente paso, si quieren ir con los tiempos, es entrenar a esos chavales en el 3D.
R.- Sí, es importante apuntarnos a ese carro. Kandor surgió como una empresa hecha para experimentar, precisamente.

P.- ¿Ha visto Avatar, por cierto?
R.- Sí, y me ha gustado. Soy consciente de que va a haber un antes y un después de esa película. El cine en las salas se ha convertido ya en otra cosa, pero esto pasa desde siempre. Es cierto que hay una pérdida de público porque ahora puedes ver en tu casa las películas con una pantalla magnífica, pero con Avatar vamos a vivir una recuperación de la magia del cine épico y de espectáculo. Luego hay otro cine más intimista que no necesita de ese tipo de tecnología, porque el cine sirve para muchas cosas más allá del entretenimiento. Tal vez al final se imponga la tercera dimensión, quién sabe. El caso es que el cine siempre ha vivido esos saltos, desde el mudo a nuestros días.

P.- Usted, que ha actuado, dirigido y producido, ya ha vivido alguno de estos saltos...
R.- He hecho un poco de todo en mi carrera. Forma parte de mi actitud como actor. He hecho desde underground a aventuras; de animación a cine político. Como director es diferente, cuando dirijo mi apuesta es mucho más personal.

P.- ¿Y cuáles son sus próximas apuestas? ¿Le veremos interpretando al rey Boabdil?
R.- De momento estoy preparando el proyecto, que es muy grande y muy difícil de realizar tal y como están las cosas ahora. Además, al versar sobre hechos que ocurrieron y que tienen relación con la actualidad, quisiera hacerlo de forma responsable, esto a pesar de la objetividad que otorgan 500 años de historia. Tenemos un guión que estamos mostrando en países árabes. Hemos tratado de buscar una forma de no ofender contando con la otra parte. En eso estamos, no quiero forzarlo, prefiero que salga de una forma natural. Yo interpretaré un papel pequeño, no a Boabdil, no.

P.- La historia española tiene mucha épica susceptible de convertirse en materia cinematográfica, ¿cree que hay mucho más espacio para este tipo de títulos?
R.- Lo que está sufriendo el cine español es una reestructuración, como todo el país. De lo que se trata es de saber cuántas películas son necesarias al año y cuál debe ser la cantidad que hay que invertir en ellas. Sobre todo hay que tener en cuenta que el cine no es sólo arte sino también finanzas. Y así estamos, intentando hacer el cubo de rubik.

P.- ¿Y para el Banderas director hay hueco?
R.- No me importaría, pero ahora hay una serie de buenos directores y hay que ponerse a la cola.

P.- ¿Ni en su empresa de animación?
R.- Difícil, porque estamos en un momento en el que tenemos que atacar dos o tres producciones a la vez e incluso hacer cosas para las televisiones también. Lo que quiero es que la empresa crezca y que los 80 chavales sean 150. Sería lo ideal, tenemos que ser conscientes de lo que tenemos ahora mismo.

P.- Si le dan el Oscar, ¿subirá a recogerlo usted?
R.- No creo que deba subir al escenario, en mi vida nunca he sido así. No quiero pegarme al brillo de un Oscar que pertenece a mucha gente, distaría mucho de lo que es nuestra empresa. Lo realmente satisfactorio sería traer una respuesta de vuelta a mi tierra, porque el proyecto es andaluz, nacido en Granada, y no voy a tratar de personalizarlo. Pero el Oscar, con su sombra, nos ayudaría mucho.





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