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sábado, 6 de março de 2010

Al volante del nuevo Aston Martin Rapide

A la venta por 199.100 euros

  • Es un sofisticado trabajo de diseño, ingeniería y estilo
  • El primer año se van a producir 2.000 unidades
  • Comparte motor y algunos elementos con el DB9
  • La elegancia en la entrega de la potencia no le restan prestaciones
  • Ofrece una gran estabilidad y aplomo en la salida de curvas

El Rapide consolida y culmina el renacimiento de la mítica marca británica Aston Martin, la favorita de James Bond, tras su venta por Ford, a mediados de 2007, a un grupo de inversiones privados encabezados por Prodrive. El Rapide es el primer deportivo de cuatro puertas, cinco si contamos el portón trasero, y cuatro plazas de Aston Martin y está llamado a competir con el Porsche Panamera, aunque su presidente ejecutivo, Ulrich Bez, se niegue rotundamente a esta comparación.

Pese a sus cinco metros de largo, el diseño del Rapide mantiene el inconfundible y elegante estilo de Aston Martin y es un excitante deportivo en todas sus dimensiones. El gran capó, ligeramente inclinado y rematado en una amplia boca ovalada con doble entrada de aire, marca de la casa, permite identificar a un Aston Martin a distancia.

La personalidad se la aportan dos pequeñas tomas de aire en la parte superior de acero mate y unas ópticas con un solo faro bixenon bordeado en el interior por una línea de luces de LED que son el intermitente. También mantiene la línea lateral, con un segundo intermitente también de LED insertados en una estrecha pieza cromada y la elegante caída de la luneta trasera.

Para mantener el estilo la línea de la carrocería se eleva a la altura de las puertas traseras, lo que penaliza un poco la visión desde el interior detrás. Lo más novedoso es el portón trasero que da acceso al maletero más grande de la marca, 301 litros, y donde se ha conseguido mantener la elegancia del conjunto y los característicos faros de la marca en forma de C y con 360 LEDs.

Desarrollado a partir del DB9, también de cuatro plazas pero con dos puertas, con el que comparte la arquitectura de la plataforma, el motor y otros elementos, el Rapide es 29 centímetros más largo pero se ha controlado el peso de los materiales, consiguiendo que sea sólo 190 kilos superior, 1.950 kilos, y se ha mejorado su rigidez estructural. El resultado son unas prestaciones y un comportamiento en carretera similares al resto de gama Aston Martin, con la máxima manejabilidad.

Para conseguir un perfecto reparto de pesos (51, 49), que garanticen el mejor comportamiento dinámico y estabilidad, el motor está situado delante, en posición central, mientras la caja de cambios automática de seis velocidades, con control eléctrico, se ha posicionado en la parte trasera y sobre ella, con forma de silla de montar a caballo, el amplio depósito de combustible, con capacidad para 90,5 litros, que permite recorrer 480 km sin repostar.

En el interior es donde el Rapide muestra en todo su esplendor la exclusividad y elegancia que Aston Martin a todos sus modelos y que en este caso ha obligado a buscar innovadoras soluciones. Las cuatro plazas son casi idénticas, como un confortable sillón, pero de diseño deportivo y arquitectónico y con un excelente ajuste lateral. Están tapizadas en un cuero de alta calidad, que se utiliza también para vestir el resto del interior, combinado con inserciones de madera y de acero mate, mientras el techo es de Alcántara.

Sólo las delanteras pueden ajustarse y en todas sus dimensiones, incluso lumbar, lo que se hace con unos mandos eléctricos situados en la parte interior del túnel central. Los respaldos de las plazas traseras se pueden abatir apretando un botón al lado del cinturón de seguridad.

Cuentan además con un original asa de cuero y metal que queda pegada a la carrocería con un imán oculto. Las puertas, sin arco en la parte superior, se abren con un ángulo de 70 grados, superior a otros modelos de la marca, y se elevan 12 grados, lo que hace muy fácil entrar y salir pese a la baja posición de los asientos y al ancho borde de la carrocería.

El túnel central, que sirve para enlazar el motor y la transmisión, se convierte también en un amplio reposabrazos entre las cuatro plazas, con una caja con tapa en la parte delantera y trasera. Este elemento ha recibido algunas críticas pero Bez lo defiende alegando que "es un coche para hacer una conducción relajada y este elemento resulta muy cómodo".

Ingenioso maletero

La ubicación de la transmisión y el depósito de combustible penaliza el maletero que tiene una curiosa forma en escalón. Pero los ingenieros de Aston Martin han sabido aprovechar un aparente hándicap con una bandeja móvil que puede levantarse para dejar un espacio del maletero accesible desde las plazas traseras, como en un deportivo biplaza, o dejarla plana para guardar un equipaje más grande en dos alturas.

El espacio del maletero se puede ampliar hasta 886 litros abatiendo el respaldo de las plazas traseras. Pese a todas estas innovaciones, el Rapide es un Aston Martin 100%. Sólo hay que insertar la exclusiva llave rematada en cristal en la ranura de la consola central, pisar el pedal del freno y mantenerla apretada unos segundos para que el motor V12 de seis litros despierte con su inconfundible sonido ronco y demuestre su casta.

Como en el resto de la gama, el cambio se acciona con cuatro botones ubicados a ambos lados del contacto. Es un sistema muy simple: P para estacionar, R para la marcha atrás que emite una señal acústica cuando se pulsa, N punto muerto y D, conducción.

Al pulsar la tecla D se pone en marcha con suavidad. Rapide es elegante incluso en la entrega de potencia de sus 470 caballos. El comportamiento es igual de eficiente a bajas revoluciones o a altas, con una sorprendente recuperación, y con entrega inmediata cuando se solicita. Basta apretar ligeramente el pedal del acelerador para que el motor ruja y el cuerpo se pegue al asiento.

Pero quizás donde su comportamiento resulta más agradable y, sobre todo estimulante para el conductor, es en carreteras de montaña. La alta rigidez torsional consigue una excelente estabilidad y una salida de curva con y seguridad. En este tipo de vías sorprende su aplomo y, sobre todo, la rapidez del cambio al utilizar las levas situadas tras el volante. Como en el resto de la gama, para volver al modo automático hay que pulsar la tecla D en el salpicadero.

En modo Sport, que se activa con un botón de la parte baja de la consola central, se consigue incluso una respuesta más rápida con una estabilidad igual de eficaz. Los frenos, que también han sido rediseñados para este modelo, actúan en la misma línea, eficaces pero suaves, y exigen muy poca distancia para actuar.

El equipamiento de seguridad de serie incluye ocho airbags, sistema de suspensión adaptativa, control dinámico de estabilidad, distribución electrónica de la frenada, asistente a la frenada de emergencia y freno de estacionamiento eléctrico que deja una superficie totalmente plana entre los dos plazas delanteras. En ese equipamiento se incluye también el equipo de sonido Bang & Olufsen con 15 altavoces que también lleva el DBS.

Además ofrece algunas posibilidades de personalización, además de la elección de los colores de la carrocería y el interior como la mordaza de los frenos que se puede elegir entre cuatro opciones de colores: rojo, negro o plata y las inserciones de madera de la consola central y la parte central del interior de las puertas que pueden ser de caoba, negro lacado, bambú, fresno, arce, oliva o fibra de carbono.

Entre las opciones destacan las pantallas de DVD para las plazas traseras, integradas en el respaldo de las delanteras, con cascos inalámbricos, mando a distancia y capacidad para seis discos que tienen un precio de 3.570 euros, el nombre del modelo bordado en los reposacabezas de los asientos (464 euros) o la climatización de los traseros (1.608 euros).

Ficha técnica

Lanzamiento. Primer trimestre 2010
Precio. 199.100 euros
Dimensiones. Longitud/anchura/altura/batalla: 5,01/1,92/1,36 /2,98 metros.
Maletero: 317 litros ampliable a 886
Mecánica. De 12 cilindros en V y 48 válvulas. Gasolina 6.0 de 470 caballos.
Cambio: automático de seis velocidades con levas en el volante.
Prestaciones. De 0 a 100 km/h: en 5,2 segundos.
Velocidad máxima: 296 km/h
Consumo medio: no facilitado, en prueba 16,8 l/100 km.
Emisiones de CO2: no facilitado







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