Madrid, 1 ene (EFE).- España asumió hoy la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) con el compromiso de trabajar por la recuperación económica de la zona y tener más peso e influencia en su relación con Estados Unidos, América Latina y el Mediterráneo.
El Gobierno español asumió así su cuarta presidencia europea con el reto de despejar las dudas en el camino de la recuperación económica y del empleo, la consolidación de los derechos ciudadanos y reforzar la capacidad de liderazgo e influencia de los Veintisiete en el escenario internacional.
España también tendrá como principal tarea impulsar y dar forma a la nueva Europa nacida del Tratado de Lisboa, con la idea de hacerla más fuerte y coordinada y con capacidad de liderazgo ante desafíos como la salida de la crisis o el cambio climático.
El presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, tendrá la responsabilidad de poner en marcha el Tratado de Lisboa, que entró en vigor el pasado 1 de diciembre y que es el nuevo marco comunitario que ha logrado revitalizar a la Unión Europea después de meses de incertidumbre política y económica.
Además, el mandato de España viene condicionado por la crisis económica de la que aún se resiente la UE y por la necesidad de impulsar un marco de crecimiento sostenible que permita la creación de puestos de trabajo de calidad en los próximos años.
Afianzar la recuperación económica y lanzar una "nueva estrategia de política económica común" con una mayor coordinación entre los Estados miembros es uno de los principales objetivos de Zapatero.
También está dispuesto a recortar las ayudas fiscales y al sector privado para aligerar el alto déficit público, siempre que 2010 transcurra de mejor manera de lo que apuntan las previsiones.
El control migratorio es otra meta fijada por España, que defiende la unificación de los criterios de contratación laboral y de repatriación para quienes entren ilegalmente en la UE.
Más de 350 reuniones se celebrarán en España en los próximos seis meses, dentro de una agenda de alrededor de 3.000 actos que en su mayoría tendrán lugar en Bruselas.
Una vez elegidos el presidente estable del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y la Alta Representante para la Política Exterior, la británica Catherine Ashton, España sentará las reglas de convivencia de ambos cargos con la presidencia rotatoria.
El nuevo rostro visible de la UE -Van Rompuy- abarcará más protagonismo, aunque Zapatero quiere hacer valer todo el trabajo preparatorio para marcar su impronta durante el semestre.
Una de las aspiraciones del presidente español es reforzar la imagen de unidad de Europa en el exterior, con el fin de poder hablar de igual a igual en el mundo con las grandes potencias.
Aunque Zapatero verá rebajado su protagonismo al ceder a Van Rompuy la dirección de las cumbres, conservará el primer plano en las previstas en España, entre ellas las de Estados Unidos, América Latina, Unión por el Mediterráneo y Marruecos.
El fortalecimiento de la cooperación antiterrorista centrará la nueva agenda de trabajo que la UE debe consensuar con EEUU en la cumbre a la que asistirá Barack Obama a finales de mayo en Madrid.
Esta cita servirá para calibrar si la UE es capaz de hablar de igual a igual a potencias como Estados Unidos o China y de extender su imagen de unidad a otros capítulos de la política exterior, por encima de los intereses nacionales de los Veintisiete.
España pretende contribuir a ello haciendo valer su buena interlocución con regiones como el Magreb y Oriente Próximo, donde espera resultados tangibles que ayuden al mismo tiempo a desperezar a la adormilada Unión por el Mediterráneo.
Otros objetivos en este campo serán acercar un poco más a Turquía a la UE, frente a la resistencia de Francia y Alemania.
Pero la gran prioridad es Latinoamérica, que tendrá un papel protagonista. España intentará convencer a sus socios de que revoquen la posición común sobre Cuba y cerrar importantes acuerdos comerciales y de asociación con países de la región.
El Gobierno español tratará de conseguir el Acuerdo de Asociación con Centroamérica, además de avanzar en la conclusión de acuerdos multipartitos con países como Colombia y Perú.
España tratará también de reactivar las negociaciones con Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), bloqueadas desde el año 2004.
La cumbre bianual UE-América Latina, prevista para mayo en Madrid, será el escenario en el que España espera dar un fuerte impulso a estas negociaciones.
España también asume hoy la presidencia semestral de la Unión Europea Occidental (UEO), único foro europeo plenamente competente en materia de Defensa hasta el año 2000.
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