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segunda-feira, 24 de novembro de 2008

Otro periodista asesinado de un tiro en la R.D. del Congo


Por elia
Actualizado 24-11-2008 09:09 CET

Didace Namujimbo fue asesinado el viernes por la noche en Bukavu (Kivu Sur) cuando volvía a casa. Había estado cubriendo el juicio de otro compañero suyo asesinado de igual manera el año pasado.

Otro periodista ha sido asesinado en la República Democrática del Congo, avergonzando una vez más al adjetivo del nombre de este país. Pero aunque el conflicto que los medios de todo el mundo han estado describiendo durante las últimas semanas es en el Kivu Norte, no ha sido allí donde se ha perpetrado el crimen, ni ha sido un daño colateral de las hostilidades.

Didace Namujimbo ha sido asesinado en Bukavu, la capital del Kivu Sur donde desde el 2004 se mantiene una (relativa) paz y donde se puede andar por las callas con (relativa) seguridad. Didace Namujimbo tenía 34 años y trabajaba desde febrero del 2006 para la Radio Okapi, un proyecto de la Fundación suiza Hirondelle auspiciado por la MONUC (la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el Congo). El viernes por la noche recibió un tiro en la cabeza cuando volvía a su casa hacia las 9 y media, pero su cuerpo no fue encontrado por los vecinos hasta la mañana siguiente. El dinero que llevaba encima seguía en su cartera, pero no sus dos teléfonso móviles, la herramienta de trabajo principal para cualquier periodista congoleño. Tuvo el mismo destino que su colega y amigo Serge Maheshe, asesinado también a sangre fría al volver a casa la noche del 13 de junio del año pasado. Al parecer Didace Namujimbo había estado haciendo el seguimiento del juicio contra los acusados del asesinato de Maheshe, que muchos observadores habían condenado como poco serio y lleno de incongruencias. Por su labor informativa sobre ese caso y otros temas que a menudo no eran del agrado de las autoridades congoleñas, Namujimbo pagó con su vida de igual manera que su antiguo compañero.

Tuve la ocasión de conocer tanto con Serge Maheshe como con Didace Namujimbo y la docena de periodistas de la Radio Okapi en Bukavu en el 2006, cuando trabajé en la oficina de información pública de la MONUC de la cual la radio formaba parta administrativamente. No sólo compartí incontables cafés y charlas con ellos sino que en muchas ocasiones trabajamos en estrecha colaboración, y a menudo viajamos juntos por los pueblos de la provincia. Didace Namujimbo era simpático y apuesto, siempre con un chiste a punto pero con determinación y rigor a la hora de hacer su trabajo. Poseía la perfecta combinanción de presencia física, simpatía, profesionalidad y dominio del lenguaje. En otro país que no fuera el Congo sin duda alguna habría tenido una larga carrera sembrada de éxitos y premios. En cambio en Bukavu recibió tan sólo una bala tras la oreja antes de cumplir los 35 dejando húerfanos a tres hijos pequeños y viuda a su esposa.

Cuando volví a Bukavu de visita la primavera pasada asistí a una manifestación de los periodistas de la ciudad por el Día Mundial por la Libertad de Prensa del 3 de mayo. Recorrieron las instituciones provinciales con pancartas reclamando justicia por las muertes de sus colegas. Se pararon delante del tribunal militar, de la corte provincial de justicia, de la delegación provincial de justicia y ante las oficinas del gobernador. En cada lugar leyeron discursos reclamando la libertad de prensa en la provincia y justicia ante los asesinatos de sus colegas. El gobernador, que había sido elegido hacía tan sólo unos pocos días, nos tuvo más de una hora esperando bajo el sol y al final dijo cuatro palabras de mala gana para cumplir la papeleta. Mientras esperábamos, Didace se mostró jovial como siempre mientras decía que los periodistas congoleños ya están acostumbrados a estas cosas y que había que tomárselo con filosofía.

Después de la manifestación estuve en las oficinas de la Radio Okapi charlando con algunos de los otros periodistas que trabajaban con Didace y les hice algunos retratos mientras trabajaban para acordarme de ellos después del viaje. Mientras disparaba la cámara no pude evitar pensar que quizás sería la última vez que vería a algunos de ellos. ¿Cuántos periodistas tienen que morir hasta que las autoridades dejen de burlarse de la justicia? A pesar de haber tenido elecciones democráticas con gran fanfarria hace ya dos años y de la presión internacional por mantener el estado de derecho, en la RD Congo la libertad de prensa sigue sin estar garantizada. Los periodistas congoleños, que ya de por si trabajan en condiciones precarias, siguen siendo amenazados, presionados, maltratados o incluso asesinados simplemente por querer cumplir con su deber de informar al público.

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