Portugal vapulea a la campeona

• La selección cierra el histórico 2010 con su peor derrota en 68 años
• El contragolpe local, con Cristiano y Nani de figuras, destrozó a La Roja

Miguel A. Herguedas | Madrid

Actualizado jueves 18/11/2010 00:12 horas

Dos meses después de Buenos Aires, llegó el segundo revolcón de la campeona del mundo, extremadamente vulnerable de nuevo ante un rival con más velocidad y arrojo. Portugal echó mano de las mismas herramientas que Argentina para derruir el toque español, convincente durante los primeros minutos, expuesto a los continuos olés del público tras el descanso. La peor derrota desde 1942 y un pésimo cierre para 2010, el año que este mismo equipo tocó la gloria en Sudáfrica. [Narración y estadísticas: 4-0]

Con los titulares y los suplentes fue mejor Portugal, que había señalado esta fecha hace meses. Su intensidad en la presión y energía al contragolpe sirvieron como ejemplar venganza tras la eliminación en octavos del pasado Mundial. Las buenas intenciones de la candidatura ibérica para 2018, las risas y guiños, se limitaron a la fotografía previa. Desde entonces, Portugal se entregó con toda su alma y España fue devorada por el huracán.

Casi no había transcurrido ni un minuto cuando Casillas se acercó a su palo para sacar un tremendo zurdazo de Nani. Los chicos de Paulo Bento, todo disciplina y concentración, adelantaban la línea para ahogar la salida de la pelota. Especialmente Meireles y Moutinho, socorridos en la derecha por el omnipresente Nani. Si no habían quedado claras las intenciones, Cristiano despejó las dudas.

Cristiano frente a Piqué

Un minuto después de recibir una dura entrada de Busquets, devolvió la afrenta con un topetazo junto a la banda. Amarilla para CR-7, un misil por la izquierda, todo un incordio para Ramos y Piqué durante sus 45 minutos en acción. Enfrente, no bastaba con que Iniesta sacara conejos de la chistera. España movía la pelota con cierta precisión, pero sólo se acercó con un disparo fuera de Andrés y un frustrado intento por elevación de Villa.

Portugal, empeñado en cerrar los espacios, salía por piernas a la menor ocasión. Nani vio un desmarque de Postiga, aunque Casillas taponó a tiempo. Iniesta respondió a la media hora con un taconazo sublime hacia Capdevila, para que Silva errase el cabezazo a placer. La mejor ocasión visitante, la última, el preludio de la catástrofe.

Piqué sintió un pinchazo en el muslo y Cristiano percutió una y otra vez por su zona. Incluso dejó para el recuerdo una preciosa vaselina sobre Casillas empujada inútilmente ya dentro por Nani, que despistó al juez de línea y enfureció al propio CR-7. Arrojó con furia el brazalete y tomó aire. Un ratito después, tras un error en la entrega de Busquets, fabricó la jugada del 1-0, un quiebro fabuloso sobre Piqué, un disparo despejado a duras penas por Casillas y la puntilla final de Martins.

Cambios y olés

Del Bosque metió tres cambios tras el descanso (Marchena, Torres y Fábregas), aunque nada cambió. El delantero del Liverpool, lento en la derecha, desperdició la mejor combinación de la noche y dos acciones después, llegó Postiga con el descabello. Fue un contragolpe mortal, entre Nani, Moutinho y el delantero del Sporting, más que sutil con el recurso del tacón.

Aquello era una escabechina. Nani, tremendo en el despliegue, se acompañaba ahora de Danny y España se venía abajo con todo el equipo. Sólo se acercó con una volea de Fábregas tras dejada de Llorente. En un saque de Rui Patricio, el delantero del Zenit se lució con un control a la media vuelta ante Ramos. Postiga, ya en la frontal, se encargó de todo lo demás.

Retumbaron los olés de la grada, dolorosos, pertinaces. Y eso que había menos de media entrada en Da Luz. El árbitro francés, todo cortesía con los anfitriones, añadió además cuatro minutos de descuento. Y cuando Cazorla o Arbeloa querían irse como fuera de allí, Hugo Almeida cerró la cuenta, mano a mano con Casillas. Cabizbajo el héroe que recogió la copa aquella noche del 11 de julio en el Soccer City. Hundido todo un equipo del que sólo cabe esperar una recuperación acorde con su talento. Si alguien lo puede hacer son ellos.

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