Brasil y EEUU mantienen contactos informales con el objetivo de cerrar un futuro acuerdo comercial que aumente el flujo de petróleo y derivados desde el gigante suramericano hacia su vecino del norte. La recién estrenada Administración de Barack Obama ya ha dejado clara su voluntad de incrementar considerablemente las importaciones de crudo brasileño.
De concretarse el pacto comercial, algo que hoy por hoy parece muy probable y que depende únicamente de Brasil, la consecuencia más directa sería el desplazamiento de Venezuela del mercado energético estadounidense, donde actualmente consigue colocar entre el 40% y el 70% de su producción petrolífera.
Varias fuentes diplomáticas y gubernamentales de Brasilia han confirmado a El País el interés del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en aumentar la presencia brasileña en el mercado norteamericano de hidrocarburos, aunque ello implique una colisión frontal con los intereses venezolanos. Todo ello dependerá de la cantidad de crudo que la estatal brasileña Petrobras consiga bombear en los próximos años de los pozos perforados frente a los litorales de los estados de Río de Janeiro y São Paulo, así como del marco jurídico que Washington y Brasilia suscriban.
Desde Brasilia se insiste en que el primer objetivo del Gobierno es abastecer totalmente su mercado interno y dejar de depender de las importaciones de crudo. Una vez que alcance esta meta, Petrobras entrará en la pelea a cara de perro por los mercados mundiales de hidrocarburos y sus derivados. Por su cercanía geográfica y la fluidez del diálogo político que ya se ha establecido con su nuevo presidente, EEUU se convierte en el gran comprador natural del oro negro brasileño.
Del total de las importaciones norteamericanas de hidrocarburos, el 11% proviene de Venezuela con un valor diario de 80 millones de dólares (64 millones de euros). El País de Madrid Sphere: Related Content
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