NUEVA YORK (AFP) - El espionaje a los reporteros sigue siendo un arma muy utilizada por gobiernos, denunció el Centro para Protección de Periodistas en su informe sobre ataques a la libertad de prensa.Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Perú y Venezuela son los ejemplos señalados por el organismo independiente de defensa de la libertad de prensa en su informe anual "Ataques contra la prensa" publicado este martes en Nueva York.
"El espionaje tiene una historia desafortunada en la región", señala el documento antes de recordar el sonado caso del servicio de inteligencia del gobierno del ex presidente presidente peruano Alberto Fujimori.
En Cuba, "el espionaje es un procedimiento de rutina. Agentes de la seguridad del Estado han sometido a periodistas y disidentes a una constante vigilancia durante décadas, interceptando y grabando sus conversaciones telefónicas".
Sin embargo, destaca que a pese a que hay actualmente 22 periodistas presos en Cuba por delito de opinión, se está desarrollando una "vibrante cultura" a través de los blogs, aun cuando existen severas restricciones al acceso a internet.
"En México, el senador opositor Manilo Beltrones formuló acusaciones de espionaje político, alimentando la percepción existente en la prensa de que también los medios y los periodistas son blanco de espionaje", agrega el organismo.
En Colombia, la revista Semana destapó un plan de espionaje urdido por funcionarios de primer nivel del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
Pero el CPP denuncia que hubo también más casos de espionaje en Colombia, entre otros contra W Radio, Radio Caracol, el matutino El Espectador y el programa semanal de noticias Contravía en Canal Uno.
Las escuchas telefónicas -que son ilegales en Colombia sin una orden judicial- comenzaron según el CPP a principios de 2003 y continuaron hacia mitad de 2009, aún después de las denuncias en la prensa.
Durante ese período --asegura el informe-- funcionarios del DAS monitorearon y registraron miles de mensajes de correo electrónico y conversaciones telefónicas, y siguieron a opositores, jueces y periodistas.
En Argentina, una investigación federal indaga si funcionarios de alto rango habían ordenado o aprobado de manera tácita la interceptación de llamados telefónicos y mensajes de correo electrónico de opositores políticos.
La investigación de la jueza Sandra Arroyo comenzó luego de que hackers interceptaran cuentas de correo electrónico de varios periodistas y ejecutivos de medios, leyeran sus conversaciones con fuentes y divulgaran mensajes robados.
Las actividades habrían ocurrido en 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, esposo de la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
En Venezuela, "las autoridades hacen pocos esfuerzos por ocultar su espionaje en contra de periodistas. A menudo, las conversaciones que involucran a opositores políticos del Presidente Hugo Chávez Frías y a sectores críticos del gobierno son monitoreadas y registradas por el servicio secreto".
En Bolivia, el Senado abrió una investigación en torno al caso de Juan José Espada, periodista del canal crítico de televisión Unitel, quien se hallaba aparentemente vigilado por agentes de inteligencia de la policía nacional.
El CPP aclara que el espionaje de periodistas no es un estigma exclusivo de América latina y denuncia que Estados Unidos también lo padece.
En 2008, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) emitió una disculpa luego de que sus agentes violaran procedimientos al obtener registros telefónicos de varios periodistas que cubrían terrorismo islámico en el sudeste asiático.
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