Francisco Camps, durante la comparecencia en la que ha anunciado su dimisión. | Benito Pajares
- Deja su cargo después de más de ocho años al frente del Gobierno valenciano
- Dimite como 'sacrificio personal' para que Mariano Rajoy sea presidente
- Dice que es 'completamente inocente de las barbaridades que se han dicho'
- 'Allá los miserables que no han sabido ver un proyecto de futuro'
- 'No podrán demostrar nada porque no lo hay; estoy liberado para defenderme'
- Francisco Camps también ha dejado la presidencia del PP valenciano
El líder del PP valenciano, Francisco Camps, ha anunciado esta tarde su dimisión como presidente de la Generalitat Valenciana, después de que horas antes decidiera no acudir al juzgado para pagar la multa y asumir su culpabilidad en el 'caso de los trajes'. Camps también ha dimitido como presidente del PPCV.
Un "sacrificio personal para que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno y el PP gobierne España", así ha argumentado Camps su decisión de abandonar el Ejecutivo valenciano. Una decisión "firme, personal y sentida", y un "sacrificio político y familiar" de un Francisco Camps que ha insistido en que es "completamente inocente de las barbaridades que se han dicho de mí".
En la misma línea, y en referencia a la trama corrupta que le ha salpicado a él y a parte de su partido, Camps aseguró que "no podrán demostrar nada porque no hay nada. Estoy liberado para defenderme donde corresponda de todas estas infamias e insidias", con lo que ha dado a entender que no admitirá su culpabilidad en la 'causa de los trajes', como este miércoles han hecho Campos y Betoret, y que irá a juicio para demostrar su pretendida inocencia.
Un proceso 'brutal' que es 'falso'
El ya ex jefe del Consell defendió igualmente la inocencia de los otros tres imputados en la 'causa de los trajes', el ex vicepresidente del Consell, Víctor Campos, el ex secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, y el ex jefe de gabinete de la Conselleria de Turismo y actual jefe de Protocolo de la Diputación de Valencia, Rafael Betoret, y los situó, como en su caso, en el saco de las víctimas de un "absurdo proceso brutal que es falso". "Muchos bajarán la cabeza por las barbaridades que han ido contando durante estos dos años", añadió.
Camps dijo estar "harto de que no se hable de nuestra gente, nuestra cultura, nuestra industria, nuestro turismo y de la proyección y la grandeza de nuestra tierra" y envió un recado a sus detractores: "allá los miserables que no han sabido ver un proyecto de futuro".
Francisco Camps agradeció "las miles y miles y miles de muestras de apoyo y cercanía" que ha recibido tras ganar las recientes elecciones autonómicas y afirmó que se marcha "sin rencor ni dolor en el corazón, con menos de lo que vine". Camps defendió su condición de "muy honorable", que dijo haber llevado "con orgullo" y se despidió de la legión mediática sin aceptar preguntas, tónica predominante en los últimos tiempos.
Cambio de opinión
Francisco Camps ha sorprendido con la comparecencia después de que, al filo de las 15 horas, decidiera no acudir al TSJCV a presentar su escrito de conformidad, lo que suponía aceptar su culpabilidad en el proceso, así la multa exigida por la acusación popular.
Otros dos imputados, el que fuera vicepresidente del Consell Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de la Conselleria de Turismo Rafael Betoret habían cumplido con este cometido horas antes. Es más, el propio abogado de Camps esperaba a su representado desde las 8 de la mañana con el escrito de conformidad en la mano. Pero nunca llegó.
El todavía jefe del Consell se echó para atrás tras confirmar que iba en camino. Costa tampoco había acudido al TSJCV, a pesar de asegurar que acataría las directrices del partido. Poco después los rumores de una dimisión comenzaron a tomar fuerza.
En este nuevo escenario, el acuerdo de conformidad suscrito por Betoret y Campos está ahora en el aire. Porque Camps ya insinuado que defenderá su inocencia (es decir, que no pagará la multa como inicialmente se había especulado), lo que conduce directamente al juicio. Para evitarlo era imprescindible que los cuatro imputados aceptaran su culpabilidad. Y no ha ocurrido.
Camps ha dejado el cargo al frente del Gobierno valenciano recién iniciada su tercera legislatura al frente del Ejecutivo autonómico y después de más de ocho años como presidente.
Acorralado por la sombra de 'Gürtel'
La dimisión de Camps es el último capítulo de un serial que ha perseguido al jefe del Consell desde febrero de 2009. El día 19 de aquel mes apareció por primera vez su nombre vinculado a la trama destapada en Madrid. Una imputada aludía al pago de 30.000 euros en trajes para él. "Saldremos de esta", dijo el jefe del Consell.
Apenas un mes después, Garzón envió parte del caso Gürtel al TSJ de Valencia tras imputar a Camps, Costa, Campos y Betoret. El juez dijo que el presidente de la Comunidad Valenciana había recibido trajes por 12.783 euros pagados por la empresa Orange Market, regentada por Álvaro Pérez 'El Bigotes'. "Claro que me pago mis trajes", sentenció Camps días después rodeado de toda la cúpula del PP.
Las grabaciones de la Policía acreditaron la relación de Camps con 'El Bigotes'. La conversación del presidente valenciano llamando "amiguito del alma" al empresario y diciéndole aquello de "te quiero un huevo" han perseguido a Camps durante estos años.
Francisco Camps y el resto de imputados desfilaron por el TSJ en mayo de 2009 para declarar como imputados. El presidente aseguró que su ropa la pagó en efectivo con el dinero que le administra su mujer y que no tiene factura porque nunca la pide. "Llevo muchos años no pidiendo ni ticket ni factura cuando he pagado por ahí para que nadie crea que yo luego eso lo cargo a protocolo", explicó en su declaración.
El dirigente 'popular' consiguió el archivo de la causa en primera instancia por parte del TSJ, pero el Supremo lo reabrió en mayo del año pasado. Para entonces ya había caído Ricardo Costa, apartado de la secretaría general del partido y suspendido de militancia por Génova por su "actitud" ante las revelaciones del sumario.
El informe del juez revelaba que hasta ocho consellers, varios altos cargos y hasta los padres y suegros de Camps recibieron regalos de la trama.
Desde que el Supremo ordenó seguir investigando a Camps, toda la actualidad en torno al presidente circuló entre la bronca continua en las Cortes Valencianas y la irregular escenificación del apoyo de Rajoy a su barón. Camps ha peleado tanto por defender su inocencia como por sobrevivir al frente del PP valenciano. Lo segundo lo consiguió. Ganar las elecciones también.
Ahora, Camps ha cedido a la presión política, mediática y judicial y ha dejado su cargo, forzado en buena parte por la dirección nacional del partido, que instó al líder 'popular' a presentarse ante el TSJ y admitir su culpabilidad en la 'causa de los trajes' para evitar así el juicio. El temor de Mariano Rajoy, que podría estar cerca de la Presidencia del Gobierno según las encuestas, es que el juicio a Camps, Costa, Campos y Betoret tuviera lugar en plena campaña electoral.
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