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BBC MUNDO RADIO
Caracas sigue jugando al despiste con la Audiencia Nacional. Después de unas semanas en las que Hugo Chávez ha contestado con tono displicente a la acusación del juez Velasco de "colaboración en una supuesta alianza entre ETA y las FARC", el último truco sacado de la chistera es la exigencia de "pruebas irrefutables" de "actividades terroristas" antes de actuar, vigilar y/o extraditar a terroristas etarras exiliados en territorio venezolano.
Habrá que ver si Venezuela sigue tensando la cuerda cuando Francia se sume a España a la hora de firmar requerimientos judiciales de este tipo. Porque el país vecino, sin quererlo, ha tenido que dar un paso más allá en la lucha contra el terrorismo etarra después de sufrir el primer asesinato de un gendarme a manos de ETA.
El compromiso de Nicolas Sarkozy con José Luis Rodríguez Zapatero es total. Ya no queda ningún resquicio, por pequeño que sea, por el que Francia pueda eludir su responsabilidad contra el terrorismo. Algo muy diferente a los tiempos en los que los agentes españoles contemplaban impotentes cómo los etarras que acababan de atentar en suelo español paseaban impunes por las calles de Hendaya o San Juan de Luz y celebraban sus atentados con vino francés. No fue hasta finales de los ochenta cuando Francia retiró el estatuto de refugiado político para los miembros de ETA.
Un régimen muy similar al que Hugo Chávez ha concedido ahora a los cerca de cuarenta presos etarras afincados en Venezuela. Con la hospitalidad brindada, la reserva de históricos de ETA dedica todos sus esfuerzos a planear y organizar en 'territorio seguro' los atentados que pretende perpetrar en España.
El último ejemplo es José Lorenzo Ayestarán Legorburu, alias 'Fanekas'. Detenido hace escasas semanas en Francia, Legorburu es uno de los últimos integrantes de una generación de terroristas que se benefició de la Ley de Amnistía del 77 para marchar a Latinoamérica y que en los últimos años habría vuelto a integrarse en las filas de ETA para reforzar una banda acosada por los éxitos policiales.
Tomando al pie de la letra las advertencias de Sarkozy, la persecución de Francia a ETA no conocerá fronteras así que Caracas tendrá que redoblar esfuerzos para burlar, además de a España, a Francia.
