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BBC MUNDO RADIO
La situación
Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.
NUEVA YORK.? Paradojas de la diplomacia: el retorno de Manuel Zelaya a Honduras tomó por sorpresa a buena parte de los principales actores del escenario diplomático internacional, que convergieron en esta ciudad para esa cumbre máxima de las relaciones internacionales que es la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Hubo inocultables rostros de asombro a medida que la noticia del sorpresivo retorno se extendía. Y en medio del mayor de los desconciertos por lo que puedan deparar los próximos días, tanto el gobierno de los Estados Unidos como la Organización de Estados Americanos (OEA) hacían encendidos llamados a la calma.
"Este es un cambio completo de escenario. Nadie sabe lo que puede ocurrir", confesó a La Nacion un diplomático que trabajó ayer en ese coincidente llamamiento a la serenidad en el pequeño país centroamericano.
Entre bambalinas, la coincidencia parecía apuntar a poner en espera cualquier reacción internacional hasta que se diluciden tres dudas centrales: cuál es la reacción popular en Honduras, cómo responderá el gobierno de facto y qué poder de convocatoria real tiene el derrocado Zelaya. Anoche, ninguno de los tres puntos parecía claro y, para muchos, ésa era la razón por la cual no se decidían medidas concretas.
El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, no pareció ajeno a esta cautela. En un primer momento se ofreció a viajar a Tegucigalpa, pero, con el correr de las horas y ante advertencias en sentido contrario del gobierno de facto de Roberto Micheletti, resolvió desensillar hasta que aclare.
"Quiero esperar a que haya una confirmación de que no hay un obstáculo para que yo viaje. Y la razón es muy simple: creo que la presencia del presidente Zelaya en Tegucigalpa apresura la necesidad de un diálogo para resolver esta situación y terminar de una vez por todas con ella´´, dijo el chileno.
En una reunión de emergencia del Consejo Permanente de la OEA, el embajador brasileño Lineu Pupo de Paula dio cuenta de lo que estaba pasando en la embajada de su país en Tegucigalpa: "El señor Zelaya está allí en calidad de huésped y nada más", dijo.
El gobierno norteamericano, que se sumó ayer al llamado a la calma, pareció tan descolocado como el resto por la novedad.
Y posiblemente molesto, porque el giro dado a la situación se aparta de su sugerencia de evitar medidas extremas y apostar, en cambio, por el agónico proceso de mediación encarado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
Tan descolocado quedó que ayer mismo la secretaria de Estado Hillary Clinton tenía pautada una reunión aquí con Arias con el declarado propósito de "impulsar" el proceso de diálogo en Honduras; proceso que, desde ayer, y ante el giro hondureño, está tan en el limbo como cualquier otra medida que se quiera tomar.
"Es imperativo que comience el diálogo, que se establezca un canal de comunicación entre el presidente Zelaya y el régimen de facto", dijo Clinton tras la reunión con Arias.
"También es imperativo que la vuelta del presidente Zelaya no conduzca a ningún conflicto o violencia, sino que cada uno actúe de modo pacífico para tratar de alcanzar un punto de acuerdo", añadió.
La jefa de la diplomacia norteamericana también consideró que, ahora que ha regresado Zelaya, "sería oportuno devolverlo a su puesto en las condiciones apropiadas".
El vocero del Departamento de Estado Philip Crowley dijo que Clinton también había discutido el giro en la crisis con el canciller brasileño, Celso Amorim, y que el embajador norteamericano en Tegucigalpa, Hugo Llorens, estaba en contacto tanto con Zelaya como con el gobierno de facto.
¿La sorpresa del gobierno norteamericano ante el regreso de Zelaya a Honduras se vuelve aún más evidente si se tiene en cuenta que, hace apenas 24 horas, el presidente Barack Obama había respaldado una vez más la necesidad de diálogo entre las partes. Y de evitar los pasos que pongan en riesgo la situación.
"Yo lo que quisiera ver es a las partes respaldar la propuesta de Arias. Y creo que esto haría que las próximas elecciones fueran mucho más legítimas", afirmó el mandatario, en relación con el llamado a elecciones que había formulado el gobierno de facto hondureño.
El papel de ChávezOtro vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, se sumó públicamente al coro del desconcierto. "Apenas he visto las noticias y, la verdad, sí, parece cierto que Zelaya ha regresado a Honduras, aunque no sabemos dónde se encuentra exactamente", dijo en una conferencia de prensa que dejó en evidencia la incertidumbre ante la situación.
"Lo único que podemos hacer es repetir nuestro llamado poco menos que diario a que ambas partes mantengan la calma. Y que se abstengan de dar pasos que puedan desencadenar violencia", reiteró.
La mayoría de las fuentes consultadas por LA NACION atribuyeron a la inspiración del venezolano Hugo Chávez buena parte de lo ocurrido ayer en Honduras.
A medida que se sucedían los hechos, crecía también la incertidumbre tanto en Washington como en Nueva York, donde los líderes del mundo confluirán hoy y mañana. Y, entre los llamados a la calma, todos parecían optar por esperar que el nuevo escenario tome forma.
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