El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y su homólogo zimbabuense, Robert Mugabe. | AFP
- 'Estamos hombro con hombro y en la misma línea, firmes contra las injusticias'
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, acusó este viernes a los "arrogantes y opresores" países occidentales de "tratar de apropiarse y controlar los recursos del mundo". Unas palabras que pronunció en Zimbabue durante la inauguración de la Feria Internacional de Muestras.
"Teherán y Harare han decidido permanecer firmes contra la arrogancia y no permitir que la injusticia, las violaciones de la soberanía y el empobrecimiento continúen", indicó el líder islamista en Bulawayo, la segunda ciudad del país africano. "Estamos hombro con hombro y en la misma línea, nuestros corazones están juntos y vamos a desarrollar nuestras relaciones", aseguró Ahmadineyad sobre la relación bilateral entre Irán y Zimbabue.
El presidente anfitrión, Robert Mugabe, acusó reiteradamente a EEUU, el Reino Unido -su antigua potencia colonial- y la UE de ser los responsables de la crisis política, social y económica de Zimbabue, que el pasado año sumió al país en el caos. "Las grandes potencias dificultan el camino del desarrollo científico y técnico" en el resto de países, denunció Ahmadineyad en alusión a las sanciones que las naciones occidentales quieren aplicar contra Irán por su programa nuclear.
Nuevas tensiones internas
Su visita ocasionó nuevas tensiones y enfrentamientos en el frágil Gobierno de unidad nacional del país africano. El mandatario de la República Islámica no pudo encontrarse con el primer ministro zimbabuense, Morgan Tsvangirai, que salió en un viaje a Botsuana y Sudáfrica antes de su llegada y cuyo partido, el Movimiento para la Reforma Democrática (MDC), ha criticado duramente la visita, calificándola de "afrenta a la democracia y al oprimido pueblo de Irán".
A su llegada, el jueves, al aeropuerto de Harare, Ahmadineyad fue recibido por Mugabe con 21 salvas de artillería y el sobrevuelo de aviones de las Fuerzas Aérea. Posteriormente, ambos países firmaron 10 acuerdos para promover las relaciones comerciales, financieras y técnicas. Por la noche, Mugabe ofreció a su homólogo un banquete oficial en el que ambos gobernantes arremetieron contra la "satánica presión" de Occidente sobre ambos países.
Ahmadineyad también atacó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: "Es utilizado por los poderosos como instrumento para incrementar la presión sobre nuestros países". Mugabe, por su parte, apoyó el programa nuclear iraní y "el derecho de Teherán al uso pacífico de la energía atómica, como se recoge en el Tratado de No Proliferación (TPN)". Para él, ambos países son "víctimas de sanciones ilegales e injustificadas impuestas por los países Occidentales, que pretenden socavar su soberanía, independencia e integridad territorial".