LONDRES (AFP) - Los familiares de los soldados británicos muertos en Irak expresaron su ira contra el ex primer ministro Tony Blair, que este viernes comparecía ante la comisión que investiga la participación del Reino Unido en esa guerra.
"Querría que (Tony Blair) me mirara a los ojos y me dijera: 'Lo siento'. Pero no tiene agallas", afirmó Theresea Evans, cuyo hijo Llywelyn falleció en Irak en 2003, en el primer día de conflicto.
Esta madre recorrió 400 kilómetros, desde Llandudno, en el norte del país de Gales, para escuchar la declaración del ex primer ministro (1997-2007), pero reconoció que no esperaba respuestas sobre la muerte de su hijo.
Blair "no tiene sentimientos hacia nadie" y "no quiere venir a la misma habitación para enfrentarse a las familias", lamentó.
Las asociaciones que representan a las familias de los 179 soldados británicos muertos en Irak explicaron que Blair rechazó su solicitud para reunirse con ellos en el transcurso del día.
Las familias pueden seguir la audiencia a través de una conexión de vídeo en una sala anexa del centro de conferencias del corazón de Londres donde se llevan a cabo las audiencias.
Karen Thornton, de 47 años, que perdió a su hijo Lee en Irak en 2006, se declaró "muy enfadada" de ver de nuevo a Tony Blair en público, cuando había mantenido un perfil bajo desde que abandonó el poder en 2007.
Esta investigación "busca cubrir el caso", estimó mientras se fumaba un cigarillo durante una pausa de la audiencia.
"El 11 de septiembre no tiene nada que ver con nosotros", subrayó cuando Tony Blair comenzó a declarar. Blair aseguró que los atentados de Al Qaida contra Estados Unidos reforzaron su determinación de eliminar el riesgo que representaba el régimen de Saddam Hussein.
"Tiene este aire suficiente. Pero lo que quieren las familias al final es la verdad", destacó Karen Thornton.
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