Películas y medicamentos falsificados en Bangkok, Tailandia. |Barbara Walton
- La farmacéutica pretende evitar que se fabriquen genéricos del compuesto
- En principio, el producto iba destinado a tratar la angina de pecho
Viagra, la pastilla azul para la disfunción eréctil que se ha convertido en la 'gallina de los huevos de oro' de la compañía Pfizer, podría ver pronto amenazado su reinado dentro de los fármacos más vendidos por culpa de la aparición de genéricos más baratos. Una situación que la farmacéutica quiere evitar o, por lo menos, retrasar lo máximo posible. Por ello llevará a juicio este miércoles al fabricante israelí Teva Pharmaceutical Industries, que pretende comercializar un producto igual en 2012, fecha en la que vence una de las patentes sobre Viagra.
Cuando el fármaco estaba en investigación, en 1990, Pfizer obtuvo una patente sobre sus compuestos -el citrato de sildenafilo es el principal ingrediente- que expira en marzo del próximo año. Una década después, cuando Viagra se convirtió en una de las pastillas más famosas del mundo y mostró su eficacia para la disfunción eréctil, la farmacéutica solicitó otra patente que cubriera este uso médico. La obtuvo y está en vigor hasta octubre de 2019. Y es entre ambos periodos donde está la polémica y el motivo del juicio.
Teva, el mayor fabricante de genéricos, quiere comercializar una copia de Viagra en 2012, alegando que los ingredientes quedan sin patente y, por tanto, pueden utilizarlos. Pfizer, por su parte, insiste en que eso sería infringir la otra patente, ya que la prescripción sería también para la disfunción eréctil y ese uso sí está protegido. En juego está un negocio que mueve unos unos 1.800 millones de dólares anuales (unos 1.250 millones de euros).
Los argumentos
Según la prensa estadounidense, Pfizer alega que inicialmente nadie, ni siquiera las personas familiarizadas con el desarrollo de fármacos, podía imaginar que una pastilla que se estaba probando para la angina de pecho -ése era el uso que le pensaban dar- iba a terminar convirtiéndose en la solución para los problemas sexuales de millones de hombres. Por eso la compañía considera que la protección de su producto, que se hizo en un momento en que no se adivinaba su potencialidad, es injusta y debería ampliarse hasta que acabe la segunda patente.
No obstante, Teva argumenta que algunas de las afirmaciones utilizadas para obtener esta segunda patente son inválidas porque estudios previos sí que habían apuntado que el sildenafilo funcionaba contra la disfunción eréctil y, por tanto, se podía prever ese uso.
Sea como sea, antes de empezar, el juicio ya ha levantado bastante expectación. Primero en el sector farmacéutico, ya que la resolución puede sentar un precedente sobre este tipo de pleitos. Segundo, en los consumidores, que esperan poder adquirir la pastilla a un precio mucho más económico que el actual. Y, tercero, en el mundo financiero. Según han contado desde Leerink Swann -especialistas en análisis- al 'Wall Street Journal', una victoria de Pfizer supondría un importante aumento de sus ganancias, que podrían incrementarse a un ritmo de un 3% anual entre 2013 y 2018. Sin embargo, si pierde sería Teva la que vería multiplicados sus ingresos, en torno a un 2%.
El caso y la sentencia final no influirán de momento en España, ya que como explican a ELMUNDO.es desde la filial española de Pfizer, "en nuestro país y en Europa el sistema de patentes es propio, distinto al americano". La pastilla azul está protegida en nuestro país hasta finales de 2013.
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