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Brasilia, 16 abr (EFE).- El Supremo Tribunal de Brasil publicó hoy el fallo que apoya la extradición del ex activista de izquierdas italiano Césare Battisti, con lo que el jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, deberá tomar una decisión definitiva sobre el asunto.
"A pesar de que la decisión (del Supremo) no es vinculante, el Presidente de la República deberá observar los términos del tratado de extradición suscrito entre Brasil e Italia", dice el acta de la sesión del 18 de noviembre de 2009, en la que la corte decidió en favor de la entrega de Battisti a la justicia italiana.
El fallo también establece que los cuatro asesinatos que le han sido atribuidos a Battisti fueron cometidos "sin ningún propósito político inmediato o connotación de reacción legítima a un régimen opresivo", lo que impediría, a la luz del tratado de extradición, que Lula niegue su entrega por una supuesta "persecución".
Battisti fue miembro del grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas, la banda armada más activa durante la ola de violencia política que sacudió a Italia hace cuatro décadas.
En 1993, el ex activista fue juzgado en ausencia por un tribunal italiano que lo halló culpable de los asesinatos de dos policías, un joyero y un carnicero, cometidos entre 1977 y 1979.
Al momento de ser procesado estaba en Francia, donde había obtenido el estatus de refugiado político, pero huyó en 2004, cuando el Gobierno galo se disponía a revocar esa condición para entregarle a Italia.
Fue capturado en marzo de 2007 en Río de Janeiro, donde según fuentes policiales, fue detectado en una operación conjunta hecha por agentes de Brasil, Italia y Francia.
En enero del año pasado, el Gobierno brasileño le concedió un polémico estatus de refugiado político, que había sido negado en principio por el órgano oficial competente en esa materia, y que fue derogado durante el proceso en el Supremo Tribunal.
La concesión del refugio a Battisti generó un fuerte malestar en Italia, cuyo Gobierno llegó a retirar a su embajador en Brasil durante un mes a modo de protesta.
Tras la aprobación de la extradición en noviembre pasado, Lula dijo que no tomaría ninguna decisión hasta que el fallo estuviera publicado en el Diario Oficial del Poder Judicial, por lo que partir de hoy puede comenzar a correr la cuenta atrás para la definición del caso.
Sin embargo, la decisión del presidente brasileño pudiera ser postergada, en virtud de una condena a dos años de prisión que un tribunal de Río de Janeiro dictó contra el italiano, por haber ingresado a Brasil con un pasaporte falso.
"A pesar de que la decisión (del Supremo) no es vinculante, el Presidente de la República deberá observar los términos del tratado de extradición suscrito entre Brasil e Italia", dice el acta de la sesión del 18 de noviembre de 2009, en la que la corte decidió en favor de la entrega de Battisti a la justicia italiana.
El fallo también establece que los cuatro asesinatos que le han sido atribuidos a Battisti fueron cometidos "sin ningún propósito político inmediato o connotación de reacción legítima a un régimen opresivo", lo que impediría, a la luz del tratado de extradición, que Lula niegue su entrega por una supuesta "persecución".
Battisti fue miembro del grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas, la banda armada más activa durante la ola de violencia política que sacudió a Italia hace cuatro décadas.
En 1993, el ex activista fue juzgado en ausencia por un tribunal italiano que lo halló culpable de los asesinatos de dos policías, un joyero y un carnicero, cometidos entre 1977 y 1979.
Al momento de ser procesado estaba en Francia, donde había obtenido el estatus de refugiado político, pero huyó en 2004, cuando el Gobierno galo se disponía a revocar esa condición para entregarle a Italia.
Fue capturado en marzo de 2007 en Río de Janeiro, donde según fuentes policiales, fue detectado en una operación conjunta hecha por agentes de Brasil, Italia y Francia.
En enero del año pasado, el Gobierno brasileño le concedió un polémico estatus de refugiado político, que había sido negado en principio por el órgano oficial competente en esa materia, y que fue derogado durante el proceso en el Supremo Tribunal.
La concesión del refugio a Battisti generó un fuerte malestar en Italia, cuyo Gobierno llegó a retirar a su embajador en Brasil durante un mes a modo de protesta.
Tras la aprobación de la extradición en noviembre pasado, Lula dijo que no tomaría ninguna decisión hasta que el fallo estuviera publicado en el Diario Oficial del Poder Judicial, por lo que partir de hoy puede comenzar a correr la cuenta atrás para la definición del caso.
Sin embargo, la decisión del presidente brasileño pudiera ser postergada, en virtud de una condena a dos años de prisión que un tribunal de Río de Janeiro dictó contra el italiano, por haber ingresado a Brasil con un pasaporte falso.
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