El Ejército israelí mató este lunes al menos a nueve activistas de derechos humanos al abordar en aguas internacionales un barco que formaba parte de la 'Flotilla de la Libertad', que pretendía llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza. Israel ha declinado revelar el más mínimo detalle sobre la identidad de los muertosPor su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, ha decretado tres días de luto en respuesta a un ataque cuyas consecuencias calificó de "masacre". Tres activistas españoles a bordo Israel ha remolcado a ese puerto todas las embarcaciones de la flotilla"No sabemos aún cómo se encuentran los tres españoles a bordo de la flota", dijo el encargado de Asuntos Consulares de la embajada española en Israel, Manuel Durán, que se desplazó al puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, para ofrecerles protección consular, aunque las primeras informaciones apuntan a que se encuentran bien. Diferentes versiones sobre el abordaje Imágenes transmitidas en directo por la televisión turca muestran el momento del abordaje y la petición por megafonía de uno de los activistas, Yardim Gemilerine Mudahale, que anunciaba al Ejército israelí la existencia de "tres muertos" y que afirmaba: "Necesitamos ayuda". El alto mando israelí sostuvo que sus hombres abrieron fuego después de que los activistas disparasenLa versión del Ejército israelí es que un grupo violento de activistas recibió a los comandos con varas de acero, granadas de estruendo, navajas, cócteles incendiarios y otras armas con las que causaron graves heridas a dos de los primeros soldados, a uno de los cuales tiraron a una cubierta inferior. "En cierto momento los equipos antidisturbios que llevaban los comandos dejaron de ser suficiente para el escenario en el que se veían", explicó el jefe del Ejército, Gaby Ashkenazi, en rueda de prensa en Tel Aviv. El alto mando sostuvo que sus hombres abrieron fuego después de que los activistas disparasen con dos pistolas que quitaron a dos comandos que habían conseguido reducir a golpes. El Consejo de Seguridad de la ONU inició este lunes su reunión de urgencia para deliberar sobre el incidente y pactar una respuesta conjunta sobre el asalto israelí en aguas internacionales. Golpe al proceso de paz en Palestina El jefe de Gobierno en Gaza, Ismail Haniye, calificó el ataque como "brutal" y pidió a la comunidad internacional que ponga fin "al mayor país de piratas". Desde Ramala, el gobierno de Abás pidió sendas reuniones de urgencia de la Liga Árabe y del Consejo de Seguridad de la ONU, que se celebrarán en las próximas horas, mientras en Israel temen una nueva Intifada.
Las trágicas consecuencias del asalto han desencadenado una ola de protestas y condenas en la comunidad internacional y han obligado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a suspender la entrevista que tenía programada para este martes en Washington con el presidente de EE UU, Barack Obama, y regresar a Israel. El mandatario hebreo aseguró que los soldados israelíes actuaron para defender sus vidas.
"Los muertos ascienden a nueve", aseguró una portavoz militar en un escueta comunicación telefónica en la que declinó revelar el más mínimo detalle sobre la identidad o nacionalidad de los muertos, que al parecer son en su mayoría turcos. Organizaciones humanitarias elevan, no obstante, a entre catorce y dieciséis el computo de víctimas mortales.
El número de heridos, varios en estado grave, asciende a 38 activistas internacionales y cinco soldados israelíes, de acuerdo con diversas fuentes.
En Israel se desconocía a media tarde la situación de los tres españoles de la expedición: el valenciano David Segarra, periodista del canal venezolano Telesur; y dos cooperantes de la ONG 'Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría', el madrileño Manuel Tapial y la catalana Laura Arau.
Israel ha remolcado a ese puerto todas las embarcaciones de la flotilla y a sus pasajeros en condición de arresto, aunque algunos se han encerrado en sus cabinas y rehúsan entregarse. La autoridad israelí dijo que todos los activistas serán deportados de inmediato, excepto aquellos que se nieguen a ser expulsados, que pasarán a estar "en manos de la justicia israelí".
El asalto a la flotilla, formada por seis embarcaciones que transportaban a más de 750 activistas de 60 nacionalidades -entre ellos varios diputados europeos y una premio Nobel de la Paz, la norirlandesa Mairead Corrigan Maguire- y el escritor Henning Mankell, mundialmente conocido por sus novelas negras, además de un cargamento de 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población de la franja, se produjo antes del amanecer.
Alrededor de las 4.00 hora local (1.00 GMT) dos helicópteros del Ejército israelí con comandos de la unidad de elite de la Armada se posaron uno detrás de otro sobre la cubierta superior del Mavi Marmara, cuyo pasaje era en su mayoría turco, el barco más grande y cuyo abordaje desencadenó la tragedia.
Un canal árabe que transmitía también en directo desde el barco perdió la señal al comenzar la intervención armada y desde entonces ha sido imposible contactar con cualquier de los activistas, parlamentarios europeos o periodistas a bordo porque todos sus aparatos de comunicación han sido requisados por Israel.
Testigos presenciales citados en los primeros momentos del ataque hablaban de que los comandos descendieron de los helicópteros disparando sobre la cubierta y ocasionaron el baño de sangre.
Israel llevaba días preparando el asalto a la flotilla para hacer cumplir el bloqueo por tierra, mar y aire que impuso a Gaza hace tres años, los mismos que gobierna en la franja palestina el movimiento islamista Hamás. Desde entonces, Israel impide el libre acceso de bienes de consumo, materiales de construcción y todo tipo de productos básicos y medicamentos, lo que impulsaba la acción humanitaria de la 'Flotilla de la Libertad'.
La crisis diplomática con Turquía -que ha convocado a consultas a su embajador en Tel Aviv-, las condenas internacionales y el temor a disturbios por parte de los palestinos llevaron a Netanyahu a acortar la visita que realizaba a Canadá y a cancelar la entrevista que iba a celebrar este martes en la Casa Blanca con Obama.
Se trataba de la tercera entrevista que ambos interlocutores pensaban celebrar desde que asumieran hace algo más de un año el poder e iniciaran una relación en la que pronto mostraron fuertes divergencias por la resistencia de Netanyahu a poner fin a la ocupación israelí y crear un estado palestino independiente.
Tras la suspensión de la entrevista de Obama y Netanyahu, las consecuencias que el ataque israelí de este lunes pueda tener sobre ese proceso negociador son una incógnita.