FUNCHAL, Portugal (AFP) - Las inundaciones y los corrimientos de tierras causados por lluvias torrenciales dejaron al menos 32 muertos y decenas de heridos este sábado en la isla portuguesa de Madeira, sobre todo en su capital, Funchal, donde los testigos describen una situación "caótica".
A última hora del día se esperaba la llegada del jefe de gobierno, José Sócrates, y del ministro del Interior, Rui Pereira, a la llamada isla de las flores, un pequeño paraíso turístico de 250.000 habitantes a 900 km al sudoeste de Portugal y a unos 500 km de las costas marroquíes.
El aeropuerto de Funchal permanecía cerrado el sábado por la noche. "Todavía no tenemos una previsión de reapertura", precisó un portavoz de Aeropuertos de Portugal (ANA).
Según el último balance provisional del gobierno regional autonómico, murieron 32 personas y otras 68 se encuentran hospitalizadas.
Un corresponsal de la AFP en Funchal vio cómo la lluvia caída durante toda la noche "se transformó a media mañana en lluvia torrencial, como una lluvia tropical". "Era un verdadero caos, contó. Los ríos se salieron de su cauce, las carreteras se convirtieron en torrentes, arrastrando barro y desechos y provocando corrimientos de tierra".
Además, los vientos que sobrepasaban los 100 km por hora y el mar embravecido causaron cuantiosos daños materiales en la isla.
Las inundaciones destruyeron puentes y casas, en particular en la región de Funchal y de Ribeira Brava, en la costa sur de la isla.
Al anochecer, algunos barrios de Funchal seguían privados de teléfono y de suministro eléctrico.
"Estoy muy preocupada porque no sé nada más que lo que veo por mi ventana. El mar está todo marrón, hay olas enormes", relató Margarida Freitas Vieira, una habitante de Funchal, a la agencia Lusa.
En la parte baja de esta ciudad de 100.000 habitantes, varios edificios fueron evacuados y es difícil circular por las carreteras, lo cual complica las tareas de salvamento.
"Cientos de personas tendrán que ser realojadas", declaró el vicepresidente del gobierno regional, Joao Cunha.
Por el día, varios hoteles de la isla, apreciada por los turistas, fueron evacuados.
"Nuestro hotel está situado cerca de un río, en el centro de Funchal, y nos dijeron que saliéramos del edificio porque había un peligro de hundimiento", contó Aymeric Payan, un francés de 27 años, contactado por teléfono por la AFP.
Varias localidades estaban aisladas, como el municipio de Curral das Freiras, de 4.000 habitantes, situado en una región montañosa de difícil acceso.
Las autoridades regionales, que aconsejaron a los habitantes permanecer en casa, hicieron un llamamiento a los médicos para reforzar los servicios de salud de los hospitales y movilizaron a funcionarios municipales para las tareas de socorro.
Según el Instituto Meteorológico portugués, lo peor ha pasado y el temporal debería amainar.
El sábado por la noche, el presidente del gobierno regional, Alberto Joao Jardim, conversó con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y anunció que pedirá una ayuda a Bruselas.
El rey de España Juan Carlos I afirmó que su país está dispuesto a prestar ayuda, declaró el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva.
View Larger MapSulamérica Trânsito
Sphere: Related Content