El pequeño, de 17 meses, fue maltratado hasta la muerte por su madre, su pareja y un amigo de ambos durante ocho meses.- El caso reabre el debate sobre la revisión urgente de las leyes de protección infantiles
ELPAÍS.com - Madrid - 16/11/2008
Con sólo 17 meses, Baby P conoció el infierno de los malos tratos y la pasividad de los servicios sociales y sanitarios. La terrible historia de este niño británico, apodado Baby P por motivos legales, que falleció en 2007 tras ser brutalmente maltratado y y usado como un "saco de boxeo" durante más de ocho meses por su madre, su pareja y un amigo de ambos en Londres ha conmocionado a la sociedad británica y reabierto el debate sobre la revisión urgente de las leyes de protección infantiles.
- Capital:
- Londres.
- Gobierno:
- Monarquía Constitucional.
- Población:
- 60.943.912 (est. 2008)
Reino Unido
A FONDO
El pequeño, que nació el 1 de marzo de 2006, quedó a cargo de su madre tras el divorcio de los padres. A principios de 2007, la madre comenzó una relación sentimental con otro hombre y parece ser que fue cuando comenzó el infierno que vivió durante ocho meses Baby P. Esta semana, la mujer, su pareja y un amigo de ambos han sido condenados a 14 años de cárcel acusados de maltratar y torturar durante ocho meses al niño, que falleció en agosto de 2007.
Además de la actuación de los tres adultos, varios medios británicos denuncian que una cadena de errores policiales y la pasividad de los servicios sociales provocaron que nadie pusiera freno a los abusos que sufría el pequeño. El periódico británico The Independent asegura que varios trabajadores sociales visitaron hasta en 60 ocasiones al pequeño y que que la falta de pruebas ralentizaron la detención de los tres culpables.
Durante ocho meses, el niño acudió al hospital en varias ocasiones con moratones, heridas, traumatismos y mordeduras. En agosto de 2007, Baby P fue hallado muerto en su cuna rodeado de manchas de sangre y con ocho costillas rotas. Fuentes de la investigación han asegurado además que el niño tenía más de 50 heridas, 15 de ellas alrededor de la boca.
El calvario de Baby P ha abierto un gran debate en los medios de comunicación británicos y ha conmocionado a la sociedad del país. Muchos sectores ya han exigido la revisión urgente de las leyes de protección infantiles. Por su parte, el primer ministro Gordon Brown ha asegurado ha asegurado que su gobierno hará todo lo que esté en su mano para que el caso de Baby P no vuelva a repetirse.
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