Se habla de Rubalcaba, PSOE, Izquierda Unida, la web 2.0... ¿pero cómo han acabado miles de personas en la Puerta del Sol?
Daniel Rodríguez Herrera
El origen de este movimiento se encuentra en la aprobación en enero de la Ley Sinde con los votos a favor del PP, merced al entusiasta apoyo a la norma del diputado José María Lasalle, quien tenía la teoría de que detrás de la oposición en la redes sociales al proyecto estaban en realidad cuatro gatos. Pero la ley, cuyo objetivo es cerrar por vías administrativas los sitios web de enlaces, contó con la oposición de la mayoría de los internautas, incluyendo a algunos de los blogueros y activistas más conocidos.
Fue entonces cuando algunos de ellos decidieron crear el 15 de febrero la iniciativa No Les Votes. Entre sus fundadores y redactores del manifiesto inicial estaban nuestro ex columnista Enrique Dans, el fundador de Weblogs SL Julio Alonso, el creador de Menéame Ricardo Galli y los abogados Javier de la Cueva, David Bravo, Carlos Sánchez Almeida yJavier Maestre. La propuesta era negarse a votar a los partidos que habían dado el sí a la Ley Sinde: PP, PSOE y CIU. El manifiesto que escribieron lamentaba que la democracia española había degenerado en partitocracia y que los representantes políticos no representaban en realidad los intereses de sus votantes.
Aunque la ley Sinde fue el principal motivo por el que cientos de personas se manifestaron en la Gala de los Goya contra los artistas de la ceja, fue más la gota que desbordó el vaso de la paciencia de muchos ciudadanos que la causa de las manifestaciones del pasado 15 de mayo. Tomando el relevo de No les votes, Democracia Real Ya tomó el testigo para organizar protestas en toda España durante la campaña electoral. Organizado a través de Facebook, principalmente, además de pedir una reforma de la ley electoral para acabar con la brecha actual entre políticos y ciudadanos reclaman una serie de medidas económicas de marcado carácter izquierdista.
No parece, sin embargo, que muchos de los asistentes a esas manifestaciones fueran conscientes ni del manifiesto ni de las propuestas de dicha plataforma. Aunque una parte estuviera plenamente de acuerdo, también hay quienes sólo se manifestaban contra la partitocracia, que ha sido la consigna principal con la que se llamó a las personas a manifestarse. Después de la manifestación, hubo incidentes en los que se rompieron lunas y se atacó el mobiliario urbano, y por los que se detuvo a varias personas. En internet se acusó a infiltrados de la policía de haberlos provocado, lo que indignó a quienes se lo creyeron.
Así, al día siguiente, algunos miembros de Democracia Real Ya acamparon en la Puerta del Sol. Su primera reivindicación: que se "liberara" a los vándalos de la noche anterior, lo que pone en duda los argumentos de quienes decían que aquellos no tenían nada que ver con la organización. Por la noche fueron desalojados. Hace años, aquello se hubiera quedado ahí. Pero en la era de Twitter, pronto se popularizó el llamamiento #acampadasol y el martes a las ocho de la tarde se llenó la Puerta del Sol. Los medios de comunicación comenzaron a tomarse con seriedad lo que estaba pasando, que pasó a ser tema de portada de periódicos y apertura de telediarios.
En las "asambleas" se ha empezado a votar este jueves por exigencias concretas de los acampados. Como cabía esperar, al margen de la reforma electoral, que podría lograr cierto consenso transversal, el resto de las medidas que propone el movimiento ahora nombrado Toma la plaza tienden a la izquierda política.
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