El secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, exigió la "inmediata e incondicional" liberación del soldado Gilad Shalit, en un comunicado emitido al conmemorarse hoy, viernes, el 4º aniversario de su secuestro, en territorio israelí, por parte de grupos terroristas palestinos. "Hoy se cumple el cuarto aniversario del secuestro del soldado israelí Gilad Shalit –señala la declaración–. Mis pensamientos están con los padres de Gilad: sinceramente espero que pronto puedan darle la bienvenida a casa a su hijo." "Hace mucho tiempo que el Reino Unido pidió la inmediata e incondicional liberación de Gilad Shalit y hoy reiteramos esa solicitud”, pero “también es vital que Hamas permita que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visite inmediatamente a Gilad y se asegure de que goza de buena salud”, ya que “su mantenimiento en cautiverio sin acceso alguno del CICR y con sólo un muy ocasional y mínimo contacto con su familia es totalmente inaceptable". El canciller británico le reclamó a Hamás "renunciar a la violencia y tomar medidas inmediatas y concretas en el marco de los principios del Cuarteto (para Medio Oriente) y liberar a Gilad Shalit sin más demora". Nacido el 28 de agosto de 1986 en Naharía, al norte de Israel, Gilad Shalit fue capturado el 25 de junio de 2006, junto al cruce Kerem Shalom, en una acción que fue reivindicada conjuntamente por el Ejército del Islam y los brazos armados de Hamas (Brigadas Izzedin al-Qassam) y de los Comités de Resistencia Popular. En el ataque a la base militar murieron dos soldados israelíes, el teniente Hanan Barak y el sargento Pavel Slutzker, y un tercero resultó herido. Por entonces se decía que los captores reclamaban la liberación de mujeres y menores palestinos detenidos en cárceles israelíes a cambio de información sobre el rehén, pero luego quedó claro que la verdadera intención era que ese beneficio alcanzase también a terroristas palestinos. Los últimos intentos de negociación llegaron hasta un intercambio de 1.000 presos palestinos por Shalit, muchos de ellos acusados por Israel de terrorismo -450 de ellos serían miembros de Hamas-, lo cual dificulta un eventual arreglo ya que parte de la sociedad israelí no quiere que gente “con sangre en las manos” pueda volver a atacar a civiles. Los sucesivos gobiernos israelíes de Ehud Olmert y Netanyahu tuvieron marchas y contramarchas al respecto, y la última propuesta fue que los sospechosos de terrorismo no puedan regresar a los territorios, sino que sean deportados al exterior, especialmente a Siria, lo cual fue rechazado por Hamas. CGG |