El presidente, Robert Mugabe, y el líder opositor, Morgan Tsvangirai, se comprometen a negociar un gabinete de unidad nacional
AGENCIAS - Harare - 21/07/2008
El Gobierno y la oposición de Zimbabue han firmado hoy un acuerdo para iniciar un proceso de negociaciones que permitan al país salir de la grave crisis en que está inmerso desde que, el pasado 29 de marzo, se celebraron las elecciones legislativas y presidenciales que ganó la oposición pero cuyos resultados nunca fueron aceptados por el régimen, dirigido desde hace 28 años por Robert Mugabe. Con este acuerdo, firmado en un hotel de la capital, Harare, las dos partes se comprometen a negociar un gabinete de unidad nacional.
El presidente surafricano, Thabo Mbeki, mediador designado por la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC) en las conversaciones, ha dicho tras la ceremonia que el acuerdo compromete a las partes a un "intenso programa de trabajo" que finalice las negociaciones lo antes posible. Los firmantes, ha asegurado, "reconocen la urgencia de los asuntos que están discutiendo y se han comprometido a completar este proceso lo antes posible".
El acuerdo para iniciar las conversaciones se debía haber firmado el pasado miércoles, pero el líder opositor, Morgan Tsvangirai, que considera que Mbeki ha favorecido hasta ahora a Mugabe, se negó a hacerlo antes de que fuera revisado por la Unión Africana, la ONU y la SADC. Los representantes en la reunión, que se celebró el viernes en Pretoria, Suráfrica, apoyaron la propuesta de Mbeki de seguir mediando las negociaciones entre las facciones políticas enfrentadas y aseguraron que un grupo de referencia respaldará la tarea del gobernante surafricano.
El diálogo que se inicie a partir de este acuerdo debe servir para intentar reconducir a un país en ruinas en lo político y en lo económico, con una inflación de más de 1.000.000% y un régimen político dictatorial, con Mugabe al frente, que hace y deshace las elecciones a su antojo, como en marzo, cuando perdió la primera vuelta de las presidenciales y las legislativas a manos de Tsvangirai y nunca hizo honores al resultado. Intentó cocinarlo durante semanas, en las que no ofreció los resultados oficiales, sólo para conceder finalmente una apurada victoria al MDC, recuperable en una segunda vuelta.
La campaña de violencia contra la oposición entre ambas vueltas electorales -detenciones de miembros del MDC, asesinatos de decenas de partidarios, la detención del propio Tsvangirai varias veces- forzó finalmente al MDC a no participar en la segunda vuelta, que Mugabe celebró igualmente, pese a la condena internacional, que las calificó de "farsa". Desde entonces, la comunidad internacional ha presionado a ambos para que entablen negociaciones que resuelvan la mayor crisis en la historia del país.
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