Por Juan Carlos Chavez
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Hace 10 años, el niño Elián González fue sacado a la fuerza por agentes federales de la casa de sus parientes en Miami y entregado a su padre, poniendo fin a una dramática disputa legal por su custodia que acaparó la atención internacional y marcó profundamente al exilio cubano.
"Nuestro exilio hizo lo que tenía que hacer. Se trataba de lograr que un niño pudiese vivir en libertad como lo quiso su madre, que murió en el intento'', afirmó Sylvia G. Iriondo, presidenta de la organización Madres y Mujeres Anti-Represión por Cuba (M.A.R. por Cuba). "Lamentablemente no fue así. El resto de la historia está plasmada en el rostro de un niño sometido al adoctrinamiento del régimen castrista''.
En noviembre de 1999, Elián fue rescatado en alta mar junto con otros dos sobrevivientes de un naufragio de balseros cubanos. Su madre, Elizabeth Brottons, y otros 10, murieron ahogados. Entregado en custodia a Lázaro González, un tío paterno en Miami, su historia conmovió a la mayoría de los exiliados, que abogaron ante las autoridades para que no fuera enviado de vuelta a Cuba.
El entonces gobernante Fidel Castro se puso al frente de una campaña internacional por su recuperación. El padre de Elián, Juan Miguel González, viajó a Estados Unidos para reclamar su custodia. Los exiliados insistían ante Washington en que González se hallaba bajo una intensa presión de las autoridades cubanas y que Elián sería exhibido como un trofeo político.
Finalmente, el 28 de junio, cuando venció el plazo de una moción legal que impedía su salida de Estados Unidos, González y el niño regresaron a Cuba. Desde entonces, Elián ha sido tratado como una personalidad de Estado. Tanto Fidel como el actual gobernante Raúl Castro lo han visitado con frecuencia y han solicitado su presencia en actos oficiales y fiestas privadas. Corresponsales extranjeros y opositores en la isla han advertido que su casa en Cárdenas, provincia de Matanzas, es vigilada por la Seguridad del Estado. Recientemente, apareció como delegado al IX Congreso de la Juventud Comunista, celebrado en La Habana.
"El gobierno del ex presidente Bill Clinton y la entonces secretaria de Justicia, Janet Reno, prometieron que estarían monitoreando la situación de Elián. Después de que se lo llevaron, no se preocuparon más. Ahora parece un niño serio, un niño que por dentro quiere explotar como una bomba atómica'', comentó Armando Gutiérrez, quien fue el vocero de la familia.
El aniversario será recordado hoy desde el mediodía en la Casa Elián, 2319 NW 2 St., donde el niño vivió por 148 días con la familia de Lázaro González.
"No hay nada especial, pero a los que vengan se le darín algunos 'motivitos', nada de gran escala'', indicó a El Nuevo Herald, Delfín González, de 77 años, tío abuelo de Elián.
Gutiérrez, quien está escribiendo un libro sobre los acontecimientos, aseguró que Washington no cumplió con su promesa de vigilar la situación de Elián, una vez que llegara a la isla.
El sábado, en una conferencia en la Universidad de Miami, Clinton dijo que no estaba arrepentido de haber enviado de regreso a Elián, al tiempo que señaló que volvería a ordenar el operativo en La Pequeña Habana.
"Hice todo lo que pude para tratar de solucionar ese problema de forma pacífica'', comentó Clinton.
El ex alcalde de Miami, Joe Carollo, afirmó que fue una tragedia en muchos sentidos.
"Sentía que la Seguridad [del Estado] cubana estuvo en este arreglo'', apuntó Carollo.
La operación para recuperar a Elián quedó plasmada en una foto de Alan Díaz, de la agencia Associated Press, ganadora del Premio Pulitzer. La imagen muestra a un agente federal apuntando su arma a Elián y Donato Dalrymple, uno de los hombres que lo rescataron en alta mar.
"La tristeza siempre está perenne'', dijo Delfín. "Le troncharon la vida después de haber gozado de libertad, es una desgracia''.