"La contrarrevolución, poco a poco, va tomando posiciones en ciertos niveles del Estado y del gobierno", dijo Esteban Morales, académico del Centro de Estudios sobre Estados Unidos, en un artículo inusualmente publicado en la página de internet de la Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba.
Aunque los especialistas en Cuba suelen ser críticos con el sistema de gobierno, pocas veces las publican temerosos de que sus palabras sean usadas para desprestigiar al proceso que ellos mismos apoyan.
"Hay gentes en posiciones de gobierno y estatal, que se están apalancando financieramente, para cuando la revolución se caiga, y otros, que pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas" como tuvo lugar en la antigua Unión Soviética, expresó Morales.
El académico hizo un recorrido por incidentes de corrupción en pequeña escala desde venta de leche en el mercado negro, soborno a funcionarios para agilizar trámites o el desvío de carne hacia mercados privados.
La corrupción "es mucho más peligrosa que la llamada disidencia interna. Esta última aún se encuentra aislada: carece de programa alternativo, no tiene líderes reales, no tiene masa. Pero la corrupción resulta ser la verdadera contrarrevolución", señaló.
Para Morales, el contrabando "hormiga" es dañino, pero el impacto es enorme cuando se trata de funcionarios "en altísimos cargos y con fuertes conexiones personales, internas y externas, generadas por decenas de años ocupando las mismas posiciones de poder".
Hizo alusión a la reciente destitución del general Rogelio Acevedo como presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba.
Aunque no se informó oficialmente sobre el motivo de su salida, rumores corrieron sobre ello en especial uso de aviones estatales para negocios privados y desvío multimillonarios de dinero.
Estos rumores "son como para quitar el sueño", manifestó Morales para quien "ya sea para reivindicar a Acevedo o condenarlo", hay que explicarle la situación al pueblo.
La prensa extranjeros se hizo eco esta semana del supuesto caso de corrupción entre directivos de la firma cubana Río Zaza, creada con dinero del ex guerrillero y posteriormente empresario chileno Max Marambi.
Morales advirtió que los funcionarios que se corrompen pierden sus valores y son fácil presa de presiones políticas y hasta chantajes por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses ávidos de destruir el comunismo en Cuba, tras casi 50 años de política hostil por parte de Washington.