LA HABANA (AP) - Policías cubanos y agentes de seguridad detuvieron a un grupo de mujeres disidentes que realizaba una protesta, mientras cientos de simpatizantes del gobierno las rodeaban y gritaban consignas revolucionarias.
Mujeres de la Policía Nacional Revolucionaria y de las filas del ministerio de interior acordonaron la manifestación de una treintena de "Damas de Blanco" y a empellones las obligaron a abordar autobuses en los que las llevaron a un destino hasta ahora desconocido.
Las mujeres se habían reunido para conmemorar el séptimo aniversario de la detención y condena de sus esposos. En marzo de 2003, una redada culminó con condenas contra 75 disidentes acusados de recibir dinero y orientaciones de Estados Unidos. Las sentencias fueron de más de 20 años de cárcel pero una veintena de ellos fueron liberados por motivos de salud.
"Estamos aquí llamando la atención del mundo", dijo a periodistas Laura Pollán --casada con Héctor Maceda, condenado a 20 anos de cárcel-- una de las más destacadas del grupo de mujeres conocido como Damas de Blanco, por el color de los atuendos con los que suelen manifestarse.
Portando gladiolos en sus manos iniciaron su recorrido tras una misa en la barriada de Párraga, en las afueras de la capital. Unos 400 simpatizantes del gobierno se aglomeraron alrededor de las manifestantes y les gritaban consignas como "pin pon fuera, abajo la gusanera", "esta calle es de Fidel" y "el pueblo unido jamás será vencido".
Las "Damas" llegaron a caminar, además bajo la lluvia, unas 10 cuadras rodeadas además por un fuerte dispositivo de seguridad --hasta ese momento la mayoría personal de civil-- que las conminaba a subir a un autobús, hasta que de manera repentina aparecieron las mujeres con uniformes azules y verde olivo de las fuerzas del orden de la isla, que les salieron al cruce y formaron un cordón con sus manos rodeándolas.
A continuación llegaron autobuses, ambulancias y carros que las "Damas de Blanco" se resistieron a abordar por lo que fueron forzadas a empujones. Los simpatizantes gubernamentales continuaban gritando "Qué se vayan, que se vayan".
No se informó a dónde fueron llevadas.
La marcha fue seguida por el segundo secretario de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, Dale Lawton, quien no ofreció comentarios a la prensa.
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