El ciclón azota el Cantábrico con rachas de casi 230 km/h

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1. • Tres personas pierden la vida y otras tres resultan heridas a causa del temporal
   
2. • El mal tiempo obliga a suspender el tráfico ferroviario y a anular un total de 57 vuelos
   

SALAMANCA. Los bomberos retiran el tejado de una nave arrastrado por el viento en La Puebla de Yeltes. Foto: efe / carlos garcía

PONTEVEDRA. El rompeolas del puerto de A Guarda aguanta el embate del temporal marítimo, ayer. Foto: afp / miguel riopa

BILBAO. Un incendio forestal quema en el monte Artxanda, cerca de la capital vizcaína, azuzado por el viento. Foto: efe / miguel toña

AITOR UBARRETXENA / SAN SEBASTIÁN
MAYKA NAVARRO / SANTIAGO

El ciclón Xynthia mostró ayer su origen inestable y, como era de esperar, mantuvo todo el día un comportamiento irregular, tirando a caprichoso. La borrasca, que por la mañana afectó sin causar incidencias serias a las islas Canarias, llegó ya por la tarde a Galicia, el norte de Castilla y León y las comunidades del Cantábrico. Allí, el viento –con golpes de hasta 228 kilómetros por hora– tuvo efectos más graves. Una mujer de 83 años falleció en Vilar de Barrio (Ourense) al caerle encima un muro; otras dos personas perecieron en Arlanzón (Burgos) al chocar su coche con un árbol caído; la circulación de trenes se cortó durante horas en todo el norte –Renfe preveía restablecer el servicio de madrugada–;
se cancelaron 57 vuelos; y 100.000 abonados sufrieron cortes de luz.
Con todo, en ciudades como Santiago de Compostela, la tormenta de origen tropical apenas tuvo repercusión. Muchos habitantes de la población gallega que, advertidos por las autoridades, optaron por quedarse en casa, vieron como la previsión de un gran temporal se quedó en lluvia, nada fuera de lo habitual alí. «Esto es de risa», comentaron algunos.
No muy lejos, en cambio, un hombre fue ingresado en el Hospital de Vigo, tras herirse al caer un andamio en la localidad pontevedresa de Tomiño. En León, el viento provocó el derrumbe parcial de una vivienda, lo que causó heridas de diversa consideración a una mujer de 75 años, mientras que en Salamanca un hombre sufrió heridas al caer un tejado arrancado por el viento.

VIENTO HURACANADO / El temporal también afectó a las comunidades de Madrid, Cantabria y Navarra donde los bomberos realizaron más de 400 salidas. Hasta última hora de la noche, las ráfagas de viento más intensas se habían registrado en los observatorios de Orduña (Vizcaya), con un golpe de 228 kilómetros por hora, y en el pico del Midi, en el Pirineo francés, con 216.
«No creo que sea el mejor fin de semana para hacer footing por el bosque cuando se está en algunas de las comunidades autónomas que están en alerta roja; ni para ir a ver las olas del mar; ni para reparar los tejados de las casas», advirtió el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubal-
caba. También en Euskadi, el Gobierno vasco, en coordinación con el resto de instituciones, lanzó reiterados mensajes de alerta, instando a la población a quedarse en casa pasadas las siete de la tarde.

PASEOS CERRADOS / No hubo autobuses a partir de esa hora ni se permitió el tráfico de camiones. Tampoco se celebraron actos al aire libre y se tomaron medidas para proteger inmuebles expuestos en las zonas costeras. En San Sebastián, el ayuntamiento cerró paseos marítimos y parques. También en Vitoria se limitó el acceso a espacios públicos.
A las seis de la tarde, cuando apenas había comenzado la franja horaria de mayor peligro, se registraron en Vizcaya rachas de viento de 173 kilómetros por hora. En Abaltzisketa (Guipúzcoa), el temporal derribó una grúa sobre una casa de tres pisos y, cerca de Bilbao, se desató un incendio forestal en el monte Artxanda. Algunos caseríos fueron desalojados de forma preventiva.
Euskadi vivirá hoy los últimos coletazos del ciclón, que mantendrá a 41 provincias en alerta, según la Agencia Estatal de Meteorología.

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