Vaya dónde vaya Silvio Berlusconi siempre acaba convirtiéndose en el centro de la polémica. Esta vez ha sido la cumbre del G-20 y su presa elegida la mísmisima primera dama estadounidense, Michelle Obama.
Al primer ministro italiano ya no le hace falta ni siquiera hablar, con un gesto logra que toda la prensa le convierta en su objetivo. Mientras un sencillo abrazo y un apretón de manos fue el saludo elegido por 'Il Cavaliere' para encontrarse con Barack Obama, para Michelle guardaba un gesto exagerado que no hizo ninguna gracia al presidente norteamericano, a la vista de la expresión de disgusto de Obama.
Parece que el primer ministro italiano ha cogido gusto a esto de los 'escándalos' ante otros mandatarios. Sonado fue el encuentro con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado 10 de septiembre cuando intentó hacer las paces con las ministras españolas por las palabras de hace un año en las que calificaba al Ejecutivo español de "excesivamente rosa".
"Quiero precisar que, como siempre, hablaba con ironía. Era una expresión de admiración. La prensa, como siempre, cambia las cosas", aseguró al respecto Il Cavaliere ante Elena Salgado y Carme Chacón.
"El mayor regalo que ha dado Dios al hombre son las mujeres. Así que cómo podía el primer ministro de Italia, la patria de Casanova y de los playboys, criticar a las ministras. Era todo una broma", señaló entre las sonrisas de la Delegación española. Una reacción que le costó fuertes críticas al Gobierno de Zapatero.
Esta vez Berlusconi ha apuntado más alto y, según publican algunos medios extranjeros, ha provocado el malestar del presidente de EEUU, al que no le gustó nada la actitud del primer ministro ante su mujer.Palácio do Congresso Nacional - Praça dos Três Poderes
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