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English | · Brazil: The Xingu River is no place for Belo Monte |
Português | · Brasil: O Xingu não tem lugar para Belo Monte |
El 26 de agosto, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó un decreto que transfiere la concesión para utilizar el potencial hidroeléctrico de la represa de Belo Monte en el río Xingu, en el estado de Pará, al consorcio Norte Energia [pt], durante aproximadamente 35 años, y también autorizó el inicio del trabajo de construcción. Esta es una controvertida medida [pt], que incluye una inversión de 19.6 billones de reales y el potencial para suministrar energía a 26 millones de personas, a costa de deforestación, inundación de pueblos y desplazamiento de miles de personas. Se calcula que la acción del gobierno es para dar la impresión de que el proyecto de Belo Monte se está realizando bajo condiciones completamente normales y que la construcción de la represa es inevitable. Sin embargo, tras bastidores, los hechos sugieren algo más bien diferente.
Tras la charla oficial del gobierno sobre “normalidad”, la gente se ha estado organizando en movimientos de resistencia social y medioambiental [pt] en contra de la construcción desde los años 70. Están integrados por indios y habitantes de los ríos cuyo actual modo de vida y medios de sobrevivencia sufrirán un desastroso impacto si se construye la represa.
Los pueblos indígenas y habitantes de los ríos de toda el área del Amazonas donde se planea la planta hidroeléctrica se han unido para establecer estrategias en común para detener el embalsamiento de los ríos de la región del Amazonas. Estos grupos están luchando para ser escuchados con la finalidad de llamar la atención del público y exhortar a la gente a que una sus fuerzas para exigir la interrupción del proyecto antes de la fase de construcción de la represa. Esto tiene el propósito de promover el diálogo, hasta ahora virtualmente inexistente, entre los accionistas y los afectados con la construcción de la represa.
Cuentan con el apoyo de personas comprometidas con los indígenas y las causas medioambientales. Una de esas personas es el Obispo Erwin Kräutler, el último ganador del prestigioso Premio Right Livelihood por su trabajo de décadas como activista para los derechos de los indígenas. Kräutler, Obispo de Xingu, Pará, y Presidente del Consejo Misionero de los Indígenas, dice [pt]:
Estoy en contra del proyecto que fue hecho con autoritarismo y preconizando el discurso desarrollista del gobierno que solamente habla de las ventajas y nunca de las desventajas que traerá Belo Monte. Cerca de 30 mil personas serán explusadas de ahí [de Volta Grande del río Xingu] y llevadas Dios sabe a dónde. Esa obra va a ser la mayor agresión jamás vista en la Amazonía.
También comprometido con la causa, y uno de los líderes del caso planteado al Ministerio Federal de Pará, es el abogado Felício Pontes Júnior, que presentó su primera demanda en contra de Belo Monte en 2001, donde aseguraba que el proyecto no ha visto ninguna acción desde entonces. De no haberlo hecho, la planta ya estaría construida. En total, el Ministerio Federal de Pará ha visto ocho casos que tratan con el atropello de procedimientos legales y señalan irregularidades en la licencia medioambiental de la represa. Ninguna de estas demandas había llegado a la corte hasta el 2 de setiembre de este año, lo que muestra que solamente una orden judicial puede cambiar el juego.
Según Pontes Júnior, el gobierno está intentando la “táctica de los hechos cumplidos”, que en Derecho se refiere al intento de sortear demandas con la idea de que una vez completados los trabajos, ya no se pueden revertir. Sin embargo, los casos en giro todavía pueden evitar la construcción de la planta:
El gobierno federal habla de Belo Monte como si el hecho estuviera consumado. Tenemos procesos en giro que, si tuvieran decisiones favorables, pueden detener Belo Monte. (…) Nosotros no desistimos de detener el proyecto de Belo Monte. Queremos detener la construcción de la hidroeléctrica porque todos los estudios, de Unicamp, de USP, de UnB, muestran que es una obra inviable. (…) Nos negamos a tirar la toalla.
Las noticias sobre Belo Monte informadas en EcoAgência el 27 de setiembre muestran que Pontes Júnior no se ha dado por vencido en la lucha. Él y su colega Cláudio Terre do Amaral asistieron a una reunión el 24 de setiembre con los representantes de las aproximadamente 12 000 familias que viven en la zona de Volta Grande, que cubre 100km del río Xingu River en la municipalidad de Vitória do Xingu. Dos procesos opuestos se han visto precipitados en esta región con la construcción de la planta: la desaparición del agua y la formación de un largo a lo largo de un tramo del río, y la resultante inundación a lo largo de otro. Ambos hechos son devastadores para las familias que viven de la pesca y de labores agrícolas a pequeña escala, y que siguen sin saber qué va a pasar a su tierra y su propiedad si se construye la planta. Pontes Júnior explica:
Todavía falta mucho para que la planta sea una realidad, pero estamos preocupados con el hecho de que estas famílias no han recibido informaciones concretas sobre el proyecto.
Estas familias ni siquiera pueden contar con beneficiarse de la electricidad. Una de sus quejas es, bastante justificablemente, la falta de electricidad, a pesar de que la región de Volta Grande está a solamente 300km de la represa de Tucuruí. La empresa de distribución de electricidad ya ha informado a los granjeros y habitantes de los ríos que el programa Luza para Todos no llegará a los habitantes de las ensenadas que se inundarán si se construye la represa.
Bajo el encabezado “Abogado teme enfrentamiento en el sitio de la represa de Belo Monte”, el blog Indymedia [pt] informa de la preocupación de Pontes Júnior de la posibilidad de un enfrentamiento entre los pueblos indígenas y el lugar de la construcción una vez que los trabajos estén en marcha:
Estoy extremamente preocupado. Porque el discurso de los indígenas está yendo en el siguiente sentido: “Vamos a morir de todas maneras si represan ese río [Xingu], entonces vamos a morir luchando”. Temo un conflicto en el lugar de las obras de esa hidroeléctrica, entre los indios y los trabajadores de construcción civil. Eso puede pasar y, personalmente, es lo que más me angustia.
A pesar de todos estos impactos y problemas, los pueblos indígenas reafirmaron su posición sobre la construcción de la represa en diciembre de 2009, como lo informó el blog Brasil Autogestionário [pt]:
Nosotros, los pueblos indígenas, no vamos a sentarnos con ningún representante del gobierno para hablar sobre la represa UHE Belo Monte. Ya hemos hablado durante demasiado ttiempo y eso nos costó 20 años de nuestra historia. Si el gobierno brasileño quisiera construir Belo Monte de la forma arbitraria en que lo está haciendo, que sea total responsabilidad de este gobierno y de sus representantes como también de la justicia de lo que vaya a pasar con los ejecutores de esa obra, con los trabajadores, con los pueblos indígenas. El río Xingu puede convertirse en un río de sangre. Este es nuestro mensaje. Que Brasil y el mundo sepan lo que puede pasar en el futuro si los gobernantes brasileños no respetan nuestros derechos como pueblos indígenas de Brasil.
En la misma entrevista, Pontes Júnior reveló que en la reunión de los pueblos indígenas del 26 de agosto decidieron recurrir a las cortes internacionales y pedirles que denuncien la violación de sus derechos:
Espero que, con esa decisión, consigamos el apoyo internacional, principalmente de las entidades vinculadas a los derechos humanos, y también de las entidades técnicas, la Comisión Mundial de Represas, por ejemplo. Por ejemplo, los estudios técnicos pueden comprobar la inviabilidad económica de esa hidroeléctrica.
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